Mi vecino, el de arriba.

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Olvidé actualizar la semana pasada:(. ¡Doble capitulo hoy! Disfrutad.

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Después de admirar las habitaciones y lo espacioso qué era mi nuevo sitio salí en busca del resto de cajas, usando ya el elevador para ser más rápida y sobretodo, cansarme menos.

Cuándo iba a la mitad (o eso creía) de mis cajas, un vecino llegaba de trabajar y amablemente se ofreció a apoyarme para terminar la faena antes, cosa qué le agradecí como un millón de veces, me había salvado de la tortura pues ya me había cansado y no pensé en esto demasiado por la mañana cuándo elegí mis zapatos.

— De verdad muchísimas gracias, Eduardo.

— No tranquila, es un placer... Además así he podido conocer a mi vecina de abajo, ya tendré a quien zapatearle cuando no me dejes dormir.

Ambos echamos a reír y al volver a mi vehículo tan sólo faltaba una caja, se ofreció a llevarla él mientras yo cerraba mi coche y lo alcanzaba, le dije que estaba bien.

[...]

Ed se ofreció a seguir ayudando, decía qué así iba a invitarle la comida y al mismo tiempo se entretenía, en casa no había mucho qué hacer pues dejaba impecable todos los días antes de irse al trabajo y así llegar a dormirse... Aunque nunca lo conseguía y se quedaba viendo el techo fijamente por horas. Gracias a él avancé muchísimo en desempacar y acomodar las cosas, al menos lo poco qué tenía para la cocina ya estaba todo fuera de cajas y metido en su sitio, lo siguiente fue lo de la sala incluidos algunos libros y mi x-box junto a sus videojuegos.

— No inventes... ¡¿GoW?! tenemos que jugarlo, creo qué nos lo ganamos.

— Sí, creo qué tienes razón.

Reí ante su reacción, sin poder negarme pedí una pizza y luego me acomodé a su lado para empezar a jugar en modo campaña.

Más tarde la comida llegó, mientras comíamos vimos una película, al terminar seguimos platicando un poco más hasta qué dieron las 6:37 de la tarde.

— Fué un gusto y placer ayudarte oh... igual conocerte, por supuesto.

— Nada que, ¡hoy fuiste mi héroe! Muchas gracias Ed.

— Siempre al rescaté de una damisela en peligro, cómo buen caballero/príncipe qué soy.

— Jajaja! ¡Ven cuándo gustes! Debemos terminar la campaña, ahora no puedes abandonarme!!

El me sonrió y se despidió, en cuanto las puertas del ascensor se cerraron entré a mi apartamento y cerré la puerta con seguro, lista para dejar el resto de cajas para el día siguiente y por hoy, irme a dormir.

De: Mi  Para: Me¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora