Una caja extraña

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Desperté temprano, por ser casa nueva, cama nueva y... ¡Todo nuevo! Creí qué me costaría más trabajo conciliar el sueño, pero me la había pasado tan bien con Eduardo y, había hecho tantísimo qué en cuanto mi cuerpo tocó la cama caí rendida ante morfeo.

Comencé mi día con el desayuno luego de hacer mis necesidades mañaneras, cómo cualquier otra persona normal, me puse ropa de trabajo una vez más e inicie a acomodar el resto de cajas.

Por lo qué entendí, Ed estaría en el trabajo a esta hora así qué hice la faena yo sola, al menos hasta la hora de comer qué me puse a preparar un poco de atún con verduras y una sopa "fácil y rápida" de preparar. Al terminar debía seguir, ya sólo me faltaban 3 cajas y por suerte todas cosas personales qué iban en mi habitación o al menos 2 de ellas, la otra aún no la habría y no ponía por ningún sitio qué se suponía qué llevaba dentro.

[...]

Llamé a mamá, había estado todo este fin de semana arreglando mis cosas para terminar las cajas y así hacerme espacio, aunque ya era mucho, prefería tenerlo despejado y no tropezar cada dos por tres con las cajas medio vacías o vacías qué aún quedaban por ahí y por allá. El punto es qué, llegué a la caja qué no reconocía y pensé en qué quizá se equivocó mamá o se le olvidó poner de qué era, la llamé, pero no atendió ninguna de las 6 llamadas, lo qué me hizo pensar qué quizá se encontraba en el trabajo, suspiré, estaba cansada y deseaba terminar, me dí por vencida, tomé el cutter y me decidí al no saber de qué o para qué era, corté con cuidado la cinta qué pegaba la caja para mantenerla cerrada, sin embargo eso no sirvió de mucho pues aún así me corté, salí disparada al baño y me lavé la herida, no era grande pero sí profunda así qué me costó trabajo hacer qué me dejará de salir sangre.

Al volver abrí por fin aquella misteriosa caja, me quedé anonadada cuándo por fin descubrí su contenido.

— No puede ser...

De: Mi  Para: Me¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora