La historia de un Alfa llamado Mikey

La historia de un Omega enamorado parte 1

Takemichi bufo con molestia ante las risas de sus amigos -No me parece gracioso - se quejo haciendo un puchero

Akkun tomo su estómago -Es la tercera vez que te mandan a escuchar la clase sobre el segundo género- se rió

-Eres el único que no acepta que eres un Omega - Takuya hablo para molestia del ojiazul

-No soy omega- se quejo Takemichi cruzando sus brazos, momentos antes la maestra le había dicho que tenía que presentarse de nuevo a la clase donde explicaban el segundo género, causando la risa de sus compañeros

Si bien Takemichi no era fuerte, tampoco era delicado como un Omega, el no tenía ninguna característica de un Omega, más que su facilidad para llorar.

-Take, aceptalo, aún siendo Omega Hina chan seguirá contigo - dijo Akkun ganando un golpe de Takemichi

-No soy Omega, se quejo tengo 16 si fuera Omega ya me abría presentado - siguió alegando

El de lentes hablo -Eso no es del todo cierto, algunos Omegas tienen destinados y estos no se presentan hasta que encuentren a su alfa - respondió

-Esos son cuentos, no existen los destinados - aseguro Takemichi molesto por la insistencia de llamarlo Omega

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Durante la hora del almuerzo una castaña se le acercó con un bento, sonrió para sentarse aun lado de el.

-Me enteré que fuiste llamado de nuevo- se rió la chica haciendo sonrojar a su novio

-Moo Hina, que mala eres - dijo en un puchero el Hanagaki

La chica rió tomando la cálida mano de su compañero -Aunque seas Omega estaré contigo - sonrió, haciendo sonreír también a su compañero.

Hinata era una beta al igualmente que casi todos sus amigos a excepción de Takuya que era Omega.

Soltó un suspiro sonriendo, el no era un Omega.

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La explicación comenzó al menos en esta ocasión no era el único mayor entre tanto chico de 11-12 años, había otros más, recargo la cabeza en la mochila frente a su pupitre, aburrido de escuchar lo mismo cada año.

No presto atención a nada hasta que escucho algunas risas, levantó la cabeza, alguien había dicho algo gracioso haciendo reír a los demás en ese salón.

Vio a su compañero levantarse jalando la mochila que estaba en el respaldo de la silla, moviendo la suya tirando la al suelo.

Bufo con molestia, escucho el gruñido del rubio frente a el, cuando sus ojos negros se posaron sobre el algo despertó en su interior

~Alfa~ Sus piernas se apretaron cuando en un jadeo escucho como un susurro ~mio~

Sus ojos se abrieron de la sorpresa ante el pensamiento que se colo en su cabeza ~Si, tuyo~ que pasaba con el, sentía su cuerpo caliente, humedad en cierta zona y solo quería que aquel chico lo tomara.

Sintió el jalón en la camisa el aliento en sus labios cuando el otro hablo ~Eres mi perra ~

Lejos de sentirse insultado jadeo un si, sus piernas eran como mantequilla temblaban y en cualquier momento ya no lo sostendrían.

~Alfa, alfa~ se repetía en su cabeza la cual se estaba perdiendo en el calor del momento

Los labios se juntaron en un beso desesperado, el área había Sido despejada, al ser destinados sus feromonas no atraían, eran como repelente para los demás, quienes estaban sorprendidos.

-Mierda- gruño la mujer, tenía que separarlos antes de que fuera tarde, tomo a uno de los chicos de los hombros para darles indicaciones de llamar algun maestro.

Del cajón de su escritorio saco dos jeringas, no era la primera vez que algún alfa u Omega se presentará en su clase, pero estos eran dos destinados, no sabía si los inhibidores servirían.

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Cuando Takemichi abrió sus ojos estaba solo en una habitación blanca, pero ahora todo era diferente la sensación de que algo faltaba la sentía en su pecho

~Alfa~ escucho en su cabeza, y lo busco por todos lados sin encontrar a nadie con el, sollozo dolido.

La puerta se abrió dejando ver al hombre con bata blanca y una cálida sonrisa.

-No estés triste, tu alfa está en otra habitación, muy pronto volverán a verse - indicó el médico, dando un poco de esperanza al ojiazul

-Como es tu primer celo, tendrás que pasarlo aquí, te ayudaremos a suprimirlo, ¿Cómo te sientes?- pregunto para tomar una lamparita de su bata y pasarla por los ojos azules.

Takemichi gimio bajito -Cansado, triste, solo- hablo bajito sorprendido de como estaba siendo consiente de diferentes cosas.

-No estás solo, tus amigos están a fuera, tus padres también...

-¿Mi alfa?- pregunto esperanzado Takemichi una parte de el se sentía estúpido de estar esperando a un desconocido, pero otra esa conciencia dormida anhelaba estar con alfa rubio, lo deseaba, sentía que tenía que verlo o cosas malas pasarían.

-Esta en otro lado del edificio-indico -Cuando se le de alta podrá verlo, en este piso no se permiten alfas.

Takemichi suspiro, aunque dentro de el estaba feliz de haber encontrado a su alfa, está vez no lo iba a perder.