cap 24

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- Bien, aquí estamos - era ahora o nunca. Funcionaría, TENÍA que funcionar, o si no.....

Subimos la montaña fácilmente gracias a que me llevaron volando. Era un poco vergonzoso, si, pero era la forma más rápida y fácil de llegar todos juntos.

En la cima, había una cueva, muy oscura, tanto que no se podía ni siquiera divisar una sola parte de sus adentros, tenía que aceptar que si daba miedo.

Dentro de la cueva no llegaba ni una sola pisca de luz natural, por lo que tuvieron que alumbrar con linternas especiales de larga duración.

Los soldados estaban prácticamente rodeandote por completo en un círculo apretado. Aveces llegaban a ser un poco asfixiantes, pero en este momento era muy necesario debido al lugar que a simple vista estaba desolado pero muy muy oscuro y frío.

Después de caminar durante un par de horas que se sintieron eternas, pudiste ver a lo lejos un rayito de luz. Era tenue, pero era luz a fin y al cabo.

Salí corriendo de inmediato, esos tenues rayos de luz eran mi esperanza. No me importo dejar a todos atrás.

Esos rayos que al llegar a ellos alguien más los había capturado.

La hermosa flor de tonos rosa pastelosos que emanaba esa luz dorada; que poco a poco se apagaba, arrancada de raíz y aprecio nada por las garras de una bestia.

La monstruosa bestia de ojos de iris rojas como sangre, con cuernos en forma de espiral, y con un cuerpo que acemejaba una nube de tormenta tan obscura como el carbón, relámpagueante. En sus manos horrendas tenía la flor, cuya luz ya era casi inexistente.

Se apresuró a irse por dónde había llegado probablemente, ni siquiera supe si podría haberme siquiera visto, parecía tener mucha prisa por regresar.

Sin dudar ni un segundo lo seguí, pero  fue en vano, por más que trate de seguirlo fue demasiado rápido para mis cortas piernas debiluchas.

Mis piernas se debilitaron y caí al suelo en estado de shock, mientras lágrimas caían de mis ojos sin control.

Solo pude ver cómo se alejaba la luz de mi esperanza, que cada vez era más y más baja. La flor estaba muriendo, de que servía si la flor moría, incluso si lograra encontrarla ya seria demasiado tarde para ello, si la flor la estaba muerta, no concedería ningúna petición.

Los soldados, quienes te habían seguido debido a la luz de tu linterna en la cabeza, habían llegado hasta donde estabas, logrando también ver al monstruo y siguiéndole, pisandole los talones.

Algunos soldados, bueno, más de la mitad se quedo contigo, tratando de hacerte reaccionar, sin embargo no emitias ni un solo ruido, tus lágrimas solo brotaban de tus cuencas y nada más, mientras veías a la nada, hacia donde se llevaron la flor.

Para ti todo era como si pasara en cámara lenta, o al menos así lo interpretaba tu cerebro. Solo podías escuchar las voces de los soldados a lo lejos llamándote preocupados y gritándose cosas entre si. Por otra parte tu mente estaba en blanco.

Algunos minutos más tarde ya estabas inconsciente, mientras los soldados te llevaban de vuelta, con una flor ya marchita y algunos raspones.

Habían fallado.

No solo eso, tu tampoco estabas bien.

....

Desperté en mi cama, envuelta en sábanas y con la mente nublada, solo pensando en que pasaría ahora. Había fallado, no podía creer que había fallado. Algo tan fácil como ir en busca de una siemple flor. 

Preguntándome qué tendría que hacer, tenía que buscar otra forma de revivirlo pronto, pero dónde podría encontrar otra?

No sabía que sentía; no sabía cómo sentirme al respecto. Estaba frustrada, triste, enojada, pero no lograba expresar nada de ello, no sabía que sentir en este momento.

Se escucho el sonido de pisadas entrando al cuarto, era Zarbon, quien parecía que no había dormido en días.

- Señora, al fin despertó! - sorprendido habló fuertemente al darse cuenta de que había habierto los ojos, aunque aún seguía acostada sin moverme - La señora, la señora despertó, busquen al médico - lo escuché gritar mientras corría de vuelta a afuera.

En eso de unos minutos llegó un hombre con aspecto parecido al que una rana, con la piel llena de verrugas prominentes y abundantes, piscosa, de color morado y con unos ojos saltones. Tenía un traje de doctor, que completaba su aspecto chistoso.

- Señora, ¿con se siente? - con mucha prisa, se apresuró a examinarme, mientras dos enfermeras que habían llegado con el me ayudaron a levantar.

- ... - quise hablar, quise decir que estaba bien , sin embargo ni un sonido salió de mi boca, solo se quedó abierta como si fuera a hacerlo.

Tome mi cuello con mis manos, conmocionada, al igual que

- oh, no - escuché decir al doctor por lo bajo.

Después de una examinacion, el doctor se dispuso a salir. La puerta se abrió dejándole pasar, y  al mismo tiempo dejando ver a Varios de los capitanes militares junto a Berriblue y Zarbon, quienes al parecer estaban esperando por ti. 

...

Después de algunas horas más de quedarme en cama, solo quise caminar un poco, queria despejar mi mente.

Afortunadamente no había nadie en los pasillos aparte de ti.

Mirabas por el cristal hacia el espacio. El espacio; gigantesco, oscuro pero iluminado por algunos puntos que eran estrellas.

El doctor dijo que el que no pudiera hablar era producto del shock psicólogico que había sufrido, mi cerebro aún no procesaba, o quería procesar lo sucedido.

Dijo que pronto pasaría, que todo tenía que ver solo con que terminara de asimilarlo por completo, aunque si impediría mi correcta comunicación por ahora.

Nada estaba saliendo bien.

Y todo iba de mal en peor.

- ¡Señor, nos atacan! - Pude escuchar a un soldado que gritaba desde lejos aceracandose a mí con rapidez y desespero.

Definitivamente nada estaba saliendo bien.

Que se suponía que hiciera ahora?. Nos estaban atacando, y no sabía que hacer.

Corri hacia la cabina, dónde ya se encontraba Berryblue. Dando órdenes a los soldados.

Por el cristal podía verse un extraño sujeto, el cual no alcanzaba a divisar bien siquiera.

Trate de hablar, pero ni una palabra salió de mis labios. Me sentí impotente, mi gente estaba siendo atacada y no podía hacer nada al respecto.

No tenía una fuerza increíble para vencer al enemigo, no tenía superpoderes para hacerlo; no podía vencer yo misma al oponente. Solo podía dar órdenes; hacer que los demás hagan las cosas por mi solo por qué yo se los ordeno, y ahora ni siquiera podía hacer eso como para decirle cómo vencer o algo parecido.

Me sentía inútil.

El ver cómo los soldados con dificultad vencieron, solo me hizo sentir angustia al tener tantas perdidas en el ejercicio.

No podíamos enfrentar a cada enemigo que apareciera.

Había que encontrar una solución a el problema de los enemigos. Freezer no estaba, no podía vencerlos  sin problemas o matarlos él, como lo haría sin pensar.

Si no podíamos vencerlos, tendríamos que huír.

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Acosador (Freezer X Tu) [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora