Cuando llegó el momento de bajar de la silla casi me caigo,por qué lo pendeja nunca se me va a quitar.
Pero Freezer me tomo por debajo de los brazos y me colocó de pie en el suelo.
- ten cuidado - me dijo y colocó su mano en mi hombro.
Sentí como mi rostro se volvía rojo como un tomate, creí que las personas se burlaran o rieran, pero no dijeron ni una sola palabra, y no se escuchó ni tan siquiera una pequeña risa.
- gracias - dije en un tono casi inaudible debido a la vergüenza.
<< Por qué siempre me pasa todo lo malo? >> Le reproché a mi suerte debido a que casi quedo humillada nuevamente, al menos Freezer había impedido que me cayera.
Me retire del lugar junto a Freezer, recogiendo mi dignidad.
El no quitó la sonrrisa llena de maldad hasta que ya estábamos solos en mi habitación.
Ya no me sentía tan asustada de él, si bien no sabía cuál era la razón para que le impedía lastimarme, me dejaba más tranquila el que no hiciera.
Pero seguía teniendo cierto recelo hacia él, ya no me austaba tanto quedarme sola con el, él no parecía tratar de sobrepasarse conmigo.
Parecía estar tranatando de hacerme sentir cómoda, debido a que me secuestró me seguía sintiendo incomoda con su presencia, pero ya no le temía tanto como al inicio, no parecía tener malas intencionhes conmigo.
El quería que fuese su mujer no?, el no me pedía nada a cambio ni me hacía daño, y hasta la había presentado ante sus súbditos, después de todo el ser la mujer de alguien poderoso no parecía algo tan, tan malo.
- mañana saldremos de la nave, tengo trabajo que hacer, vamos a estar fuera un par de días - me avisó luego de entrar.
- de acuerdo - conteste después de que un escalofrío recorriese mi columna por la idea de tener que pasar tanto tiempo a su lado.
Me lo quedé mirando y el me devolvió la mirada con una cara sería.
El me intrigaba, como es posible que cambie de actitud tan súbitamente?, Quizás es bipolar.
Estubimos así algunos segundos hasta que el apartó la mirada.
- si necesitas algo puedes decírmelo, te daré cualquier cosa que quieras.... No te contengas - dijo, y yo aproveché la oportunidad.
- me dejarías libre? - pregunté espectante.
El volvió la vista hacia mi nuevamente.
- me temo que eso es imposible, que parte de que ahora eres mi mujer no entiendes? - dijo en un tono irritado, dejándome desconcertada.
- era odvio, pero aún así tuve que intentarlo - exalé con una sonrrisa amarga y pronto sentí unas manos en mis mejillas.
- no quiero que te sientas triste, tampoco quiero que me temas, puedo darte lo que quieras y hasta más, solamente no me dejes nunca - tomo mi cara entre sus manos con una expresión que denotaba dominio y otro sentimientos que no alcanzaba a distinguir.
Yo solamente lo miré, en ese momento entendí que nunca más podría volver a ser libre, y que definitivamente este sujeto estaba chiflado de remate.
- todo lo mío ahora es tuyo también, por qué insistes en dejarme?, Puedo dártelo todo, puedo darte amor, protección y poder - su expresión combio a una de tristeza - no te obligare a quererme, solamente no me dejes - dijo, aunque yo sabía que de todos modos no tenía escapatoria de este sujeto.
Me abrazó, y yo me sobresalté por tal acción sin previo aviso, ese ser definitivamente era extraño, poco a poco correspondí a su abrazo y el pareció sorprenderse.
Si jugaba bien mis cartas tal vez podría seguir viviendo bien en este lugar.
Si quiero ser favorecida por él; tengo que saber jugar bien mis cartas.
El se aparto de mi luego de algunos segundos, pude ver en si rostro una sonrrisa, si sonrrisa me aterraba, pero era lo que había y tendría que acostumbrarme a ella.
- está bien, no te dejaré - dije finjiendo una sonrrisa, después de todo el ahora ser su ‘ esposa ’ era como tener un sugar, si quieres algo tienes que ser amable con el, solo con la diferencia que el no es un viejo rabo verde, ni tenía un aspecto decrépito.
- hum - emitio mientras sonreía satisfecho, era más fácil de complacer de lo que pensaba, ganarselo no sería trabajo difícil para ti.
Salió sonrriendo de la habitación, moviendo de un lado al otro su larga cola, lo cual te pareció divertido ciertamente era como un perro, uno muy aterrador.
Un rato después tu estómago rugió, y pronto llegó la persona con tu comida.
Después de comer te colocaste ropa más cómoda, y saliste a ver qué hacías, no había nada que te entretuviese en tu habitación, por lo que las personas eran tu único método de entretenimiento.
Quería salir así sea solo para perderme, pero ya no soportaba solo ver las paredes.
Al salir me topé con Zarbon, quien se encontraba fuera de la puerta a un costado, junto a otro sujeto.
- hum? - me extrañó que estuviese acá, pero luego recordé que de ahora en adelan Zarbon me acompañaría a todas partes - hola Zarbon - dije acercándome a él.
- saludos, mi señora - se arrodillaron ambos ante mí.
- saludos, mi señora - dijo el otro hombre al lado de Zarbon.
Nunca lo había visto, era una cara nueva para mí, aunque bueno, solo conocia unas pocas personas en este lugar, por lo que la mayoría de personas me eran desconocidos.
- quien eres? - pregunté con curiosidad, parecía estar familiarizado con Zarbon, por lo que me daba algo de intriga.
- puede llamarme Dodoria, estoy a sus órdenes - Dijo sin levantar su cabeza.
- bien - sonrreí - pueden levantarse, se siente raro que siempre que me vean se arrodillen - dije, pues me ponía un tanto incomoda ser la única de pie, me hacía sentir extraña.
- d-de acuerdo, si usted lo dice... - se colocaron ambos de pie mirándose entre si un poco nerviosos.
- oigan, que tal si damos una vuelta, estoy aburrida - hablé estirándome, les hable como si hablara con mis amigas, lo que pareció ponerles aún más nerviosos - Vamos a la cafetería! - dije alto mientras comenzaba a caminar.
- señora.... - dijo Dodoria.
Me detuve de inmediato - es hacia el otro lado, no es así? - cerré mis ojos avergonzada.
- si - afirmó Zarbon a mi pregunta.
- de acuerdo....- gire sobre mis pies - vamos - comencé a caminar nuevamente en la dirección correcta y ellos me siguieron.
- Señora.... - habló Zarbon está vez.
- lo sé, lo sé - rediriji mi marcha por el lado contrario al que estaba llendo equivocadamente.
<< que vergüenza >> me reproché a mi misma, quería que la tierra me tragara, no me equivoqué una sino dos veces.
Seguí el camino hasta la cafetería sin equivocarme más, y entré sin voltear a verles, evitando la vergüenza.
Me dirijí rápidamente a la sección donde se encontraba la comida, más en específico a las cosas dulces, había muchas cosas pero me decidí por un flan.
- aquí tiene - dijo la persona que se encargaba de la cafetería, entregandome el plato con el flan.
- gracias - se veía muy rico, así que comí un poco antes de llegar a una mesa - delicioso - siempre me han gustado las cosas dulces, era una suerte que hubiera un lugar que las tuviera en este sitio.
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Acosador (Freezer X Tu) [Parte 1]
FanficEste libro tiene continuación en el libro 'Hasta el final del universo'; que estará publicándose el primero de enero. Has pasado los últimos días sintiéndote odservada, hay alguien que te sigue a cualquier parte que vallas, pero cada vez que volteas...