Acosador (Freezer X Tu) [Parte 1]

cap 25

- Pero señora, ¿en que lugar podríamos ocultarnos?- pregunto Berryblue, quien acababa de leer lo propuesto por su líder.

La tierra.

Era un lugar en el cual no había muchos enemigos aparte de los Saiyajin restantes, pero no es como si yo tuviera intenciones de ir a buscarles pleito o algo parecido; no había ninguna amenaza allí.

Era perfecto. Solo habría que cuidar que nadie nos rastreara hasta allí, lo cual sería sencillo dado que no a muchas personas les interesaba el planeta, mucho menos a alguien que estuviera buscando a Freezer. Es decir, nadie imaginaria que el ejercicio de Freezer estaría allí.

‘Debemos ir a la Tierra’ escribí en el dispositivo para que se proyectara en el holograma producido por éste.

Berryblue solo meditó un momento y asintió.

- De acuerdo, nos pondremos en marcha rumbo a la tierra de inmediato - se retiró seguidamente luego de hacer una pequeña reverencia.

Ya estaba decidido, iríamos a la tierra.

Podría ver a mi familia nuevamente; al menos algo bueno había salido de todo esto, aunque el estado en el que estaba no era el mejor.

Pronto estábamos llegando a la órbita terrestre.

Yo estaba en la cabina, supervisando y arreglando todo desde allí.

No fuí yo quien se encargó de pilotar la nave desde mi asiento, está vez yo solo observaba lo que sucedía.

Pude notar una pequeña nave que pasó velozmente a un lado de nuestra nave, parecía ir en dirección a la tierra al igual que nosotros. No era buena señal.

No solo tú, si no también los pilotantes notaron la nave que se dirija a la tierra, notando la insignia de la patrulla galáctica en ella.

- Señora - no fui la única que se dió cuenta de la nave que nos rebasó.

Negué con la cabeza, en señal de que no prestaran especial atención y siguieran el camino según lo pleneado. Por alguna razón no sentía que algo malo fuera a pasar, aunque sabía que no era una buena señal, probablemente solo era una coincidencia que también se dirijiera a la tierra.

Poco después entramos a la atmósfera terrestres, aterrizamos en una especie de campo, sin pueblos o gente al rededor de muchos kilómetros. No quería que nadie supiera que había una nave alienígena en la tierra; claramente harían de ella un espectáculo.

Solo me dispondría a ir a visitar a mi familia; quería verlos con urgencia.

Pronto la nave estaba en modo camuflaje, solo salimos de ella en una nave explotadora Zarbon y yo. Entre menos saliéran mejor estábamos.

Llegamos al rededor de una hora a la ciudad dónde vivia. Pasábamos desapercibidos entre las nubes.

Al cabo de un rato ya estábamos en la puerta de mi casa. Gracias al cielo los vecinos de por aquí nunca estaban, la mayoría eran adultos jóvenes que se la pasaban en el trabajo y pocas veces estaban en casa.

Mi hogar, donde viví casi toda mi vida junto a mis padres y mi hermano.

Toqué el timbre dudando un poco.¿Que se suponía que diría? ¿Cómo explicaría todo el tema? No había pensado en eso; simplemente había venido por el impulso de querer verlos pronto.

Abrió mi hermano.

Se quedó inmóvil durante un par de segundos, y tocó con sus manos mi cara como comprobando que no era una alucinación.

- Deja de restregar mi cara con tus manos - dije, con una leve sonrisa. Mientras el parecía aún no creerlo.

- Eres tú, realmente eres tú - una sonrrisa apareció en sus labios rápidamente acompañada de una cuantas lágrimas.

- claro que soy yo, quien más seria? - pronto recibi un fuerte abrazo por su parte, al que correspondí amenamente.

- No sabes cuánto te hemos extrañado - apretó su agarre, mientras hundía mi cabeza en pecho, ahogándome.

- mhh! mhmhm!! - luche contra su agarre con las pocas fuerzas que tenía, me asfixiaba.

- lo siento, creo que me emocioné de más - dijo aflojando su agarre. Mientras yo recuperaba el aire.

- Y mamá y papá, dónde están? - pregunté, dirijiendo mi mirada hacia el interior de la casa, pudiendo ver lo impecable que seguía. Estaba justo y como la recordaba.

- Deben venir en cualquier momento, están en la comisaría.... -

- ¿ Por qué están— me calle de inmediato, captando lo tonta que era la pregunta, claramente la habían pasado muy mal sin saber de mi.

- Que tal si pasamos adentro? - dijo mientras solo me dedicaba una sonrrisa ambigua.

- ya estamos tardando - le devolví la sonrisa.

Pronto un ruido proveniente de detrás de los muros de arbustos interrumpió.

- Maldito animal, suéltame - Era Zarbon, quein entre quejidos y movimientos bruscos trataba de apartar un gato que se había enganchado a su muslo, jugueteando.

Mi hermano se colocó frente a mí en actitud protectora, ante su vista un extraño hombre verde estaba husmeando haciendo un alboroto mientras husmeaba.

- Lo lamento, no fue mi intención interrumpir - tosio mientras se disculpaba aún con el gato enganchado en su pierna.

Sali de detrás de mi hermano, mientras me reía un poco de la imagen de Zarbon.

- Solo es un pequeño gatito, que tanto mal podría hacerte? - me diriji a desenganchar al peludito, pero Zarbon se exaltó un poco y se movió alegando que podría ser peligroso, a lo que yo solo solté una carcajada.

Logré soltar sin mucho esfuerzo al minino que se había quedado atorado el la tela del pantalón al tratar de atrapar la trenza que caía por el costado del cuello del peliverde.

Poco después de entrer mis padres llegaron, mantenían una triate expresión hasta que me vieron al e trar hasta la cocina, dónde Mi hermano preparaba la cena.

- Mamá, papá, estoy de vuelta - les sonreí con amplitud, y sus caras me devolvieron el gesto con lágrimas de genuina alegría.

Corriero hacia mi estallando en lágrimas.

Me rodearon con sus brazos en un cálido abrazo junto a mi hermano, quien ya se encontraba a mi lado. Y sin darme cuenta; empecé a llorar.

No me había dado cuenta de lo cuánto que los había extrañado. Es decir, los extrañe desde que me fui de la tierra, pero no sabía cuánto me hacían falta realmente.

Hacia tiempo que no los veía o sabia de ellos, mi corazón estaba a punto de estallar de felicidad. Definitivamente los había extrañado demasiado.

Necesitaba ésto, necesitaba que alguien me hiciera sentir que todo estaría bien, que todo se solucionaría.
Las cosas no estaban llendo bien en estos momentos, pero si abrazo me hizo sentir que todo estaría bien pasará lo que pasará.

- No saben cuánto los extrañe - Alcancé a decir aún entre pequeños sollozos. Ellos solos apretaron más su agarre en respuesta.

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