(04)

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—Eso primero díselo a tu padre!—salió de ahí sin fijarse en sus ojos—

—Que mierda de vida es esta—se sentó y cerró los ojos—Sigo pensando que tú estás vivo, pero a la misma vez siento que te alejaste de mi—una lágrima brotó por el ojo derecho, secándose rápidamente—

Tocaron la puerta de entrada con brusquedad, el joven sabiendo de quien se trataba. Se levantó de el sofá y se dirigió a la puerta. Abriéndola sin expresión alguna.

—Ya te lo dije, no de divorciaras!—entro a la casa dicha esas palabras—

—cerró la puerta—Y a ti quien te da el derecho de casarme sin mi voluntad Jeon—siguió a este—

—Disculpa—volteó parando su paso, para mirar al más joven—

—Lo que escuchaste, Jeon—

—El contrato está firmado, por ti.—frunció el ceño—No tienes ningún derecho, yo si lo tengo—sonrió—Estás bajo mis órdenes jovencito—hizo una señal y unos hombres entraron—Ya saben lo que deben hacer—miró a su hijo de reojo antes de salir—

Los hombres tomaron a Jungkook por brazos y pies tirado en el piso. Con un látigo empezaron a pegarle sin piedad alguna. Las lagrimas salían sin parar, y esos hombres no dejaban de pegarle por todo su cuerpo. Lloraba sin ninguna expresión, sin gritar. Lloraba recordando todo sus momentos felices que fueron destruidos en un abrir y cerrar de ojos. Lloraba sin consuelo alguno a medida de los golpes. Un latigazo tras otro, dejando marcas a su paso. Pero ni un solo ruido por parte del joven. Porque el grito más doloroso de un hombre es el silencio.

Luego de unos 40 minutos de dolor, de golpes sin parar. Los hombres se fueron, dejando tirado al joven con marcas. Lleno de sangre, llorando echo una bolita. Le dolía todo el cuerpo, moretones, marcas rojas llenas de sangre. Con la mínima fuerza se levantó, ir al baño y darse una ducha para quitar aunque sea un mínimo dolor. Salió de la ducha, se puso una bata holgada y se recostó. Aún teniendo dolor, cerro los ojos para tratar de dormir. Pero los recuerdos lo turbaban de una manera abrumadora, no dejándolo dormir.

—Jungkook?—entró un Omega—Estas dormido, o solo cerraste los ojos?—se sentó en la esquina de la cama mirando al Alfa—

—Solo estoy recostado—hablo débilmente—

—Sucedió algo mientras no estaba—miró al Alfa, estaba triste por la pelea de antes—Lo lamento mi Alfa, no debi decir esas cosas horribles.—hizo un puchero de arrepentimiento—Le dije a tu padre sobre lo qué pasó y él me dijo que ya no iba a volver a pasar—se acercó más al mayor—

—Si, se que le dijiste—frunció un poco el ceño, seguía débil—

—Como?—confundido—Tu padre te llamo?—

—Solo dio una pequeña visita con varios hombres, nada fuera de lo normal—dicho eso se volteó dándole la espalda al omega—

—el Omega no entendía a que se refería Jungkook, pero se levantó de la cama y caminó hasta la puerta de la habitación—Estaré en la cocina, prepararé la cena—dicho eso salió y cerró la puerta—

[Al siguiente día en la mañana]

—Kookie! Ya está el desayuno—entro a la habitación—Ya está el desayuno dormilón—removió un poco a Jungkook pero este dio un brinco, dio un empujón brusco a Jimin y se alejó de este—Q-que sucede..—lo miro preocupado y asustado—

—No me vuelvas a tocar—suspiro profundo y se levantó, aún tenía la bata y debajo un bóxer. Así que se quito la bata, dejando ver su espalda marcada—

—Jungkook!—se levantó rápidamente de la cama preocupado y se acercó al nombrado—Pero que coños te pasó!?—

—Esto fue por tu culpa—miro al omega amenazantemente, dándole a saber que no se acercará—Te lo advierto, no te me acerques—dio unos pasos y se adentro al baño—

Jungkook se dio un baño largo, el Omega había bajado a la cocina. El alfa se puso una ropa cálida para el clima, ya que iba a salir. No estaba de humor, y seguia adolorido. Una caminata lo relajaría un poco, ya que amaba la primavera.

—A donde vas? No has desayunado—miro al alfa caminar a la puerta—

—No quiero ver tu puta cara, y no pienso comer tu basura de comida.—miro al Omega—Y a donde vaya no es de tu importancia—salió y dio un portazo asustando al Omega—

El clima estaba tranquilo tal y como él presentía, el cielo estaba despejado. Y las calles estaban tranquilas, dio un suspiro y camino hacia el parque. Era su lugar favorito para relajarse, y se encontraba siempre a un muy lindo perrito. Parecido a un lobo, de ojos verde esmeralda. Un perrito blanco como la nieve, reflejaba paz en el joven. Llego al parque y fue a sentarse bajo un árbol muy frondoso, cómodo y la brisa daba perfectamente.

—Al fin un poco de paz—suspiro pesado, sintió un aroma el cual reconocía perfectamente—Hola!—sonrio para el perrito—Como haz estado pequeño?—el perro ladró y se acostó a un lado del alfa recostando su cabeza en su regazo—Me alegro de verte pequeñín, el día está muy bonito no crees—miro hacia el cielo y poso su mirada nuevamente en el bello perro blanco—Tú aroma me recuerda a alguien—el perrito lo miro—Alguien el cual yo amo mucho—acaricio su cabeza—Pero tristemente ya no está conmigo, pero te tengo a ti—sonrió para este—Me duele el cuerpo—se quejó y el perrito lo miro preocupado haciendo un sonido—No es nada, solo unos pequeños golpes—sonrió y recostó su cabeza al gran tronco, cerrando los ojos y disfrutando de la brisa que pasaba por ahí—

Lo perdiste para siempre {KookV}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora