CAPÍTULO 7: Rengoku-san.

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Tanjiro salió de la habitación para luego buscar a su hermana y amigos y explicarles su próximo movimiento.

A Zenitsu casi le dio un infarto cuando escuchó la parte en la que su amigo pelirrojo le comunicó que Nezuko se quedaría a vivir ahí con él.

En Inosuke no hubo gran cambio visible, pero por dentro lo entristecía saber que de ese momento en adelante, no vería al de la cicatriz tan seguido.

Uzui le había dicho que ese mismo día irían a la casa de su mejor amigo, por lo que Tanjiro le pidió a Nezuko que guardara sus cosas ya que desde ese día comenzaba su estadía con la familia Rengoku.

Tengen realmente ya no tenía ánimos de permanecer en Tokyo, así que planeaba volver a Toshiwara esa misma noche tomando un tren como vehículo junto a los dos muchachos y a sus esposas.

Los tres adolescentes se despidieron con un abrazo grupal y procedieron a hacer lo mismo que a la Kamado menor se le había pedido hace un rato: Alistar su mochila.

— Tanjiro, es hora de irnos.

— Está bien. Nezuko, ya nos vamos.

Tomó la mano de su hermana y ambos siguieron al más alto en silencio hasta llegar a la puerta de la vivienda. El ojirrojo se preguntaba cómo sería Kyojuro físicamente, intentaba imaginárselo, pero su imagen mental no se parecía en nada a la realidad.

— ¡Tengen!

— ¡Kyojuro!

Ambos adultos se dieron un pequeño abrazo seguido de dos amistosas palmadas en la espalda y el rubio los invitó a pasar.

— Y bien amigo mío, ¿qué te trae por aquí?

— Este niño —. Señaló a Tanjiro desde su lugar con el dedo índice.

— ¿Hay algún problema con él?

— Para nada, solo vengo a abusar de tu amabilidad.
Verás: El chico que tienes frente a ti quedó casi hechizado con una aprendiza de geisha que vio hace poco tiempo.

Él dice que no pero es obvio que la niña le gusta, y yo accedí a ayudarlo a encontrarla y a darle información que pensé que en un futuro le serviría.

La chica pertenece a una 𝘰𝘬𝘪𝘺𝘢 que está a una hora y media de aquí más o menos.

Yo hice un trato con la dueña de esa casa, y quedamos en que todos los martes desde las siete de la noche hasta las doce podrán verse.

Y como tú sabes, nosotros vivimos en Toshiwara, por lo que cumplir ese trato sería imposible por las horas de viaje y los gastos a cubrir de comida y hotel.

— Entiendo. ¿Entonces lo traes aquí para que pueda ver a su amada? — Habló él con euforia, elevando un poco su tono de voz.

— Exactamente. Y me preguntaba si serías tan amable de dejarlo vivir aquí contigo y tu familia hasta que su aprendiza se convierta en geisha. Su hermana también se quedaría en caso de que accedieras a mi tan repentina y apresurada petición.

— ¡Por supuesto que pueden quedarse! De esa manera, Senjuro no se sentirá tan sólo aquí.

— Amigo, gracias. Te debo una.

— ¡JAJAJA! No hay problema. Ahora jóvenes, ¿ven a ese niño de allá? — Señaló con la cabeza a un chico que estaba barriendo la parte de atrás del patio, cuyo porte representaba amabilidad y timidez.

— Sí, Rengoku-san.

— De acuerdo, él es mi hermano menor: Senjuro. Acérquensele y preséntense, él los llevará a su cuarto, donde se quedarán el tiempo que gusten.

Nezuko asintió y ambos se levantaron del suelo, haciendo una reverencia y yendo en dirección del pequeño y adorable chico.

— Buenos días Senjuro.

— Buenos días. ¿Quiénes son?

— Mi nombre es Kamado Tanjiro, y ella es mi hermana Nezuko. Nos quedaremos aquí por un asunto personal —. Dijo el pelirrojo algo sonrojado.

— ¿Durante cuánto tiempo se quedarán?

— Alrededor de unos dos años.

— Ya veo... Espero que nos llevemos bien — Dijo el chico sonriendo —. Los llevaré a su habitación.

— Gracias.

La chica del kimono azul. [TanjiKana].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora