Había algo que le molestaba a Ran. No era simplemente por el hecho de que Sanzu haya sido grosero y arrogante con él cuándo lo confronto sobre su verdadero sub-Genero.Tal vez, era porque no pudo saberlo antes, ¿Cómo era posible que un Omega los engañará por tanto tiempo?
Molesto, solo pudo abrazar con más fuerza la sudadera de Sanzu que había robado ese mismo día de su casillero. Su aroma era exquisito, podría acostumbrarse a su olor.
Mientras pensaba en qué podría hacer, olvido que su hermano estaba ahí observándolo. Lo que Ran quería era solo un pequeño capricho del cuál probablemente se aburriría en poco tiempo, aún así tener a Sanzu sería simplemente maravilloso.
Si lo pensaba bien, realmente sentía que no podría amarlo, pero, sería bueno para satisfacerse a si mismo. En cuanto dejará de ser útil, podría botarlo.
— Vaya, él realmente logró engañarnos muy bien. — Hablo Rindou mientras se sentaba junto a su hermano.
— Ya lo sé. — Finalmente después de varios minutos abrazando la sudadera de Sanzu, Ran la dejó a un lado de él, mientras aún seguía pensando en alguna forma para tener a ese Omega.
— Estás pensando algo serio, ¿Cierto? — En cuanto Ran solto la sudadera del menor, Rindou la tomó y se la puso enseguida.
— Sí... Si lo pensamos bien, tenerlo podría ser una idea maravillosa. Golpearlo hasta cansarme ya no parece algo divertido. — Ran volteó a ver a su hermano, aunque al verlo con la sudadera de Sanzu hizo que se enfadara
— ¡¿Qué haces?!, ¡Eso es mío! — Grito Ran mientras intentaba sacarle a la fuerza la sudadera.
— No, no es tuya, es de Sanzu. — Le dijo burlándose de él, sonriéndole con arrogancia y comenzado a alejarse lentamente.
— ¡Pero yo la robé! Así que ahora es mía, ¡Dámela! — Algo con lo que Rindou realmente no contaba, era que Sanzu era mucho más pequeño que él, así que la sudadera termino atascada en el tan bien trabajado cuerpo del Alfa.
— Idiota, ¡La vas a romper! — Le gritó Ran, mientras rápidamente dejaba caer golpes sobre Rindou.
— ¡Deja de pegarme! —
Sanzu se recostó sobre su cama, sintiendo que el mundo se le venía encima. No sabía qué hacer ni a quién recurrir. Se sentía completamente solo y vulnerable ante aquella situación.
— ¿Qué debo hacer? ¿Cómo escapo de ellos? Son Alfas, son fuertes... Ellos van a destruirme —. Mientras se atormentaba con todos esos pensamientos, se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro en su habitación.
Después de varios minutos de caminar sin detenerse, se detuvo frente al espejo y se miró. — Soy un Omega, soy débil, ¡Soy una presa para ellos! — Agobiado por tantos pensamientos, cubrió su rostro con ambas manos y comenzó a sollozar, impotente por la situación.
Durante unos segundos, intentó pensar más allá del peligro que corría estando cerca de ellos. Ran parecía ser capaz de hacer algo que él no quisiera. Aún podía recordar aquella mirada que lo hacía estremecerse, la forma en que Ran lo miraba. Sanzu sabía que él estuvo a punto de arrancar su ropa de un jalón.
— No, no, no... No puedo pensar así. Tengo que encontrar alguna forma de alejarlos si es que vuelven a estar cerca de mí. — De nuevo, su caminata continuó de un lado a otro, tratando de pensar en una solución. Pero su mente estaba en blanco, no sabía qué hacer.
Finalmente, abrumado por la situación, se dejó caer sobre su cama, cubriéndose la cara con una almohada. De repente, cuando estaba a punto de caer dormido, se le vino a la mente algo. Aquella idea lo hizo sentirse más animado.
— Podría... — pensó Sanzu. Se sentó en su cama, con una mirada determinada. — Sí, puedo hacerlo. Puedo encontrar una forma de defenderme.
El fin de semana fue tan corto para Sanzu, ya que los nervios lo consumían. Si bien, su idea de defenderse podría ser útil, también sabía que podía hacerlos enfadar aún más y empeorar su situación, pero estaba cansado.
Había soportado todo tipo de humillaciones por parte de ellos, y no quería que fuera así por lo que quedaba de su vida escolar, sabía que sería un infierno.
Durante la mañana, Sanzu caminaba por el pasillo de la escuela, intentando evitar a los Haitani. Había estado evitándolos todo el día, pero sabía que no podía esconderse para siempre.
De repente, escuchó pasos detrás de él. Se dio la vuelta y vio a esos Alfas acercándose, con una sonrisa burlona en sus caras.
— ¿A dónde crees que vas, Sanzu? — Preguntó Ran, bloqueando el pasillo. Sanzu intentó pasar por un lado, pero Rindou se movió para bloquear su camino.
— No iras a ninguna parte. — Dijo Rindou, acercándose a Sanzu, quien se sintió acorralado. Sabía que tenía que actuar rápido. — Sabes muy bien que hay algo que debemos hablar, ¿O no? —
El peliblanco se sentía atrapado e indefenso ante ellos, de nuevo su cuerpo se paralizaba por su sola presencia ¿Por qué debía suceder en ese instante? Incluso su plan parecía estúpido ya cuando los tenía de frente.
No puedo... ¿Por qué de nuevo siento que soy su presa?
— Parece que de nuevo no puedes moverte, pequeño Omega... — Al escucharlo decir eso, no pudo evitar sentir tanta rabia, era el momento, debía actuar. Recordó su plan y metió la mano en el bolsillo de su sudadera buscando el gas pimienta que había tomado "prestado" de las cosas de su hermana.
— ¿Qué vas a hacer, Sanzu? ¿Nos lanzaras unos supresores o algo así? — Preguntó Ran, riendo. El más alto se acerco lo suficiente para que Sanzu finalmente se sintiera aún más en peligro y con todo el valor reunido en esos pocos minutos, apunto a Ran con el gas pimienta.
— No, intento defenderme con lo que tengo. — Le dijo sonriendo ligeramente, aún nervioso por si no funcionaba. Y aunque Ran y Rindou le miraban con burla, él estaba decidido a hacelo. — Voy a defenderme. — Y con eso, roció el gas pimienta en dirección a Ran y Rindou, que gritaron y se cubrieron la cara, retrocediendo. Sanzu aprovechó la distracción para finalmente hacer algo con lo que siempre soñó.
Tomo vuelo y con todas las fuerzas que tenía en ese instante, golpeó la entrepierna de Ran. Escuchar como este se quejo al recibir tal golpe, fue como música para sus oídos, pero no podía quedarse ahí.
Huyo, corriendo por el pasillo mientras ambos lo perseguían, gritando y cubriéndose la cara. Sanzu se sintió aliviado al haber podido alejarlos, pero sabía que no podía confiarse.
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Amor por capricho [HaitanixSanzu]
FanfictionVivir en un mundo donde tu futuro se define por un sub-genero un sistema de clases sociales o "segundo género" divididos entre alfas, betas y omegas. De este modo no solo existe la diferenciación biológica entre hombres y mujeres, lo que permite el...