Venganza° Finnick Odair [Traducción]

Primer acto, capítulo dos: el camino lineal

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El banquete presentado ante ella no consolida el hoyo en su estómago. El vacío gruñido no es por hambre, sin embargo, ella mecánicamente fuerza cucharadas de comida en su boca. La sopa pastelera se quema a medida que baja por su garganta, enviando ráfagas de especias a través de su lengua. Ella rompe un panecillo hinchado y lo empuja hacia abajo, un poco agradecida de que todo lo que tiene ante ella sabe increíble como se ve. Aun así, no ayuda a su espíritu en lo más mínimo.

Criada con Pinky, Zelda clasifica a través de las montañas cualquier guiso recogido en su tazón. Evan, sin embargo, recoge un montón de papilla, de alguna manera logrando que la delicadeza parezca poco apetecible. Fallon piensa que sus ojos se parecen a los vacíos de su padre, mirando sin comprender cómo sus cubiertos empujan la comida de un lado a otro.

Solo Fallon mira hacia arriba cuando las puertas laterales se abren. A primera vista, el resentimiento reemplaza el entumecimiento en lo que ella percibe como una sonrisa en el más joven de ellos. Las manos de Finnick descansan casualmente en sus bolsillos y un suéter tejido con cables se encoge de hombros sobre su torso. Su odio se encona, reaccionando con la acidez de su miedo una vez que se da cuenta de lo engreído que se ve.

Detrás de él sigue Iris Maybank. Las facciones angulosas y los pómulos altos le dan un aspecto felino; es indudable que es hermosa, pero las líneas afiladas de su rostro la marcan con ferocidad. Su cabello negro azabache fluye más allá de sus hombros e incluso con su intensa mirada, parece complacida. Acerca de qué, Fallon no podía imaginar. Pero tal vez todos los Víctor eran tan felices como parecían en la televisión, a pesar de lo que ella quería creer.

Callum es el último, y aunque Finnick es alto, tiene unos centímetros más que él. Su cabello color arena y sus ojos claros son encantadores, pero el hocico que parece crecer le da un aire de normalidad. Los tres son tan intimidantemente atractivos que, aunque es lo último que debería estar en su mente, comienza a sentirse insegura.

Es solo su suerte que Finnick se siente directamente frente a ella, sin que nada se moleste en encontrarse con su mirada inquebrantable. No dice una palabra mientras despliega la servilleta y acomoda los cubiertos.

Tímida, no es una palabra que Fallon usaría para describirse a sí misma. Ella se colocaría en el extremo opuesto del espectro; cuando uno es franco hasta el punto de la insensibilidad. Su seguridad natural debe provenir de la forma en que creció, además del aislamiento autoinfligido. En su opinión, esto es muy diferente de la introversión. Pero en este momento, incluso cuando su ira es más fuerte que su miedo, no puede encontrar las palabras para decir algo.

Fallon sabe exactamente quién es el chico que tiene delante. La voz de Caesar Flickerman resuena en su cabeza. Querido del capitolio, chico dorado, rompecorazones. Él es la razón por la que el mundo gira para la mayoría de las adolescentes. Fallon nunca fue del tipo que se desmaya o presta atención a algo que no la afectaba directamente a ella o a su hermano. Incluso entretener a sus amigos era una tarea. Le daba vergüenza que sus compañeros de clase hicieran cualquier cosa por algo que nunca habían visto en persona. Pero incluso ella puede reconocer que tenían una razón para hacerlo. De cerca, cuando él se sienta a dos pies de distancia de ella, reconoce que no son solo las cámaras, sino que en realidad se ve así en persona.

Pero eso no era importante para ella ahora. Su inspección de sus rasgos no fue por admiración sino por pura y amarga curiosidad. ¿Cómo podía estar sonriendo en un momento como este? Su expresión talla hoyuelos en sus mejillas e incluso mientras mastica se quedan allí, por alguna razón. Sin embargo, sus ojos eran diferentes; el sol entra en destellos por el túnel, encendiendo las notas de color en ellos. Su mente de artista usa pinturas para darles sentido. Verde espuma de mar con acentos de tonos más oscuros, tal vez algo de cobalto y un poco de ocre brillante.