-Al parecer te gustó mucho la idea, quedaste muda- tenía toda la razón no sabía que decir o como reaccionar ante aquello que me había pospuesto, sobre todo porque mi mente hacia miles de planes
-No, no es eso, es sólo que; apenas nos conocemos y bueno me agrada la idea pero es algo precipitado, no tengo dinero y mis padres, dudo que lo tomen de buena manera-
-Somos muy grandes cómo para depender de lo que nos digan ¿no crees?- me miró con tristeza y algo de esperanza
-Si tienes razón, pero aun vivo con mis padres y bueno- en realidad quería ir a Corea era la oportunidad que siempre estuve buscando yo no podía dejarla ir, pero por otro lado no quería mostrar mi interés por ir
-Bueno si tu madre decide hecharte de casa podrías vivir en mi departamento tiene un cuarto extra y bueno del pago podrías trabajar con mi padre para solventar los gastos y ser dependiente-
El brillo en su mirada me daba esperanzas y me hacía sentir mal, pues yo quería sacar provecho de lo que me ofrecía-Me gusta la idea, suena muy tentador, pero mi madre, se le partiría el corazón-
-Yo podría hablar con ella, no es difícil créeme- Extendió su mano frente a mí mostrándome su meñique para unirlo con el mío en señal de promesa
-Esta bien, confío en ti- hice lo mismo para que nuestros dedos quedarán entrelazados, mi corazón empezó a latir más de lo normal, podía sentir su respiración cerca de mí rostro, estaba tratando de besarme ¿que debía hacer?
-Aquí está su orden- dijo una voz femenina detrás de nosotros, era la mesera que con suerte me había salvado de aquel beso
-Muchas gracias, vamos arriba muero por ver el atardecer- Dije con mucha emoción para tratar de no hacer el miento incómodo
-Claro, después de ti- Subimos las escaleras que quedaban para llegar al segundo piso y ahí estaba el sol llenando de colores pasteles el cielo.
-Te dije que te gustaría, es muy buena la vista- dijo para después sorber de la tasa de café que llevaba en las manos
-Es perfecto, sin duda si fuera pintora es algo que amaría dibujar- suspire para después sorber de la tasa de café, el aroma era gloria para mis fosas nasales
-¿Y bien? - me miró fijamente sin mover un solo músculo de su cuerpo
-¿Qué cosa?- estaba confundida no tenía ni idea de qué era lo único me preguntaba
-¿Qué tal está el café? Por tus gestos al olerlo creo que bien-
-En efecto es lo más delicioso que a probado mi paladar-
-Bueno estamos a mano, ¿te quieres quedar o quieres que vayamos a hablar con tu mamá sobre Seoul?- ese tema me ponía nerviosa me moría por ir pero no quería ser evidente
-Es muy pronto no lo crees?-
-Si pero es una salida que debe plantearse con anticipación, la reservacion del vuelo y debo consultar con mis tíos sobre el hospedaje-
-Tienes razón, vamos con mi madre a ver que dice, pero te advierto que nos era nada fácil convencerla- suspire pesadamente dándome el último sorbo a mi café
-Nadie pude resistirse a mis encantos- ambos nos miramos y comenzamos a reír, Alex era el chico más gracioso del mundo.
-Tranquilo, es mi madre, no puedes coquetear con ella es mayor que tú además estaría celosa- esperen ¿yo dije eso?
-¿Celosa? pero si eres mi amiga no deberías amenos que - entre alzó una ceja mirándome fijamente e intentando acorralarme contra la pared
-Oye Tranquilo, me refiero a que me quitaría la atención de mi mejor amigo, eres el único que tengo y bueno mi amiga pues desde que entramos se hizo más popular y no e sabido de ella pasa todo el tiempo con las porristas-
Hice un ligero puchero
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Tocando las estrellas
Teen FictionVictoria, una chica temerosa e insegura, pero soñadora, con la ilusión de algún día llegar a significar algo para aquel chico de la televisión que le dio un nuevo significado a su vida, se oculta tras las paredes de su habitación en donde cada que...