Siempre oí a la gente... pedir ayuda, pero no me sentía en la obligación de darles la mano, pensé que con el tiempo las cosas les saldrían bien, que todo se resolvería....
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Que equivocado estaba...., desde que "eso" paso comprendí que la oscuri...
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La gran ciudadela se había revelado finalmente, dejando a todos sus visitantes más que impactados, no tenían palabras para describir el lugar, no tenían idea de como todo ese lugar podía estar oculto sin que nadie antes lo haya descubierto
- I-Increíble... - dijo la diosa viendo como el lugar brillaba mas que una perla, toda esta estaba construida de oro
- No te equivocas Aqua... esto si es increíble - dijo Darkness de igual manera, con una gran sonrisa
Todo era tan hermoso y espléndido, parecía que nada podía interrumpir el momento, parecía...
- ¿Saben? me han estado fastidiando... desde hace mucho tiempo, de rodillas - ordenó Norman encendiendo su anillo, amenazando a los tres presentes - ¡Ahora! -
- H-Hey... cariño, ¿no hablamos de esto antes? - dijo Aqua tratando de calmar a su amante, pero este la miro enojado, haciendo que se trague sus palabras
- ¡De rodillas! - exclamó este sin hacerle caso, a lo que Kazuma empezó a forcejear con la paladín, la cual lo tenía sujeto con una llave, mientras el padre y la hija hacían lo mismo con sus respectivos guardias
Antes de que alguien pudiera reaccionar o atacar, una flecha cayo en la espalda de uno de los soldados, atravesándolo por completo
- ¡¿Qué pasa aquí?! - preguntó alterado Norman al ver como sus hombres empezaban a caer muertos, a lo que Darkness se puso en frente suyo, destruyendo algunas flechas con sus puños, jalando a Aqua a su detrás, viendo fijamente a los responsables
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