T.R.E.S

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— Finalmente mi castigo acabó – dijo Zilver acostada boca arriba sobre su cama – ¿Pero de qué me sirve? Ni siquiera salgo de esta casa.

— Pero si siempre hemos salido estos dias.

— Pero no es lo mismo, es emocionante volar por los cielos, pero, antes tenía amigos y podía salir con ellos. Eran bonitos tiempos.

— Simplemente podrías ir a las rehabilitaciones y volver a caminar, pero has repetido reiteradas veces que – fue interrumpido.

— Que no quiero volver a caminar, lo sé, pero a veces me da este sentimiento de volver a andar como las personas normales.

— Tú eres una persona normal, Zilver.

— ¿Una humana que puede volar? ¿Normal? No me hagas reir. Incluso mi madre me ha dado por loca muchas veces.

— Que los demás no puedan ver tus alas, ni verme a mi, no significa que no seas normal. ¿Y si ellos son los que no son normales?

— Como se nota que no eres un humano. De niña soñé muchas veces con ser el viento, poder ser libre como él, y mira, resulta que ahora tengo al viento justo frente a mí, hablando conmigo sobre si los humanos son normales o no ¿no estaré loca de verdad?

— Cállate tonta. Acordamos que nunca dirías quien soy, con que alguien pueda solamente pensar en mí, me verán, y será un lío para mí y para ti.

— Tienes razón, a veces olvido las cosas.

— Como tus alas, por ejemplo.

— ¿Y si las olvido para siempre que sucederá? ¿Y si te olvido a ti? – dijo Zilver parándose junto a la ventana.

— Zilver...

— ¿Qué pasa si olvido todo?

— Zilver... – su cara de asombro hizo que la chica se asustara un poco.

— ¿Qué?

— Estás de pie – dijo señalándola.

Zilver se asombró, y se recostó a su ventana.

— ¿Ves lo que te digo? Agreguemos otra cosa a la lista de "Zilver la rara".

— ¿Pero cómo? No estás volando.

— Soy extraña, ya deberías saberlo. No dudes que en 5 minutos caiga directo al suelo.

Y como si lo hubiera deseado, pasó. Zilver perdió el equilibrio y casi cae al suelo, pero el chico a su lado, a quien ella llamaba Vi, evitó que cayera, aguantando su cintura.

— Te lo dije.

— Mejor siéntate en la cama y no te levantes en un tiempo ¿ok? – la deja en su cama.

— Buena idea, no me sorprendería que en estos días salga caminando y mi madre me vea y se desmaye del susto – ambos rieron.

— Me tengo que ir.

— Nos veremos pronto otra vez, es una promesa, ¿Lo recuerdas verdad?

— Por siempre y para siempre – y un soplo fuerte de aire entró por la ventana, y el chico se fue.

                               《¤》

"y cuando sentí al viento hablarme, supe que no estaba sola"
                                        Zilver Klover.

Zilver's Wings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora