C.U.A.T.R.O.

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– ¿Entonces, te gustó?

–Es hermoso madre. ¡Gracias! – Zilver agradeció a su madre por haberle comprado esos pendientes que vio por Internet.

– No es nada, hija ¿Vamos a desayunar? – eran las 10:00 de la mañana, pero aún no habían desayunado, la madre de Zilver quizo darle la sorpresa a su hija, y luego invitarla a desayunar. En parte, quería disculparse por haberla castigado las dos semanas anteriores, aunque lo hizo con su razón.

– Sí, claro – Zilver dibujó una sonrisa enorme en su rostro.

                                  •••

Eran las 6:30 de la tarde. Zilver había pasado un agradable día con su madre, hacía meses no estaban así de íntimas. La chica se encontraba en el patio trasero de su casa, le encantaba ver el atardecer, sobre todo desde aquella vez en que lo vio desde el mismo cielo.

– ¿Volveré a estar tan cerca de nuevo? – se preguntaba a ella misma –. Ahora solo estoy sentada entre la hierba, pero ¿volveré a tocar las nubes mientras veo el anaranjado cielo esfumarse poco a poco?

– ¿Todo bien hija? – su madre la saca de sus pensamientos.

– Oh, sí madre. Solo estaba pensando en que extraño ver el atardecer desde la playa – obviamente era mentira, pero ya sabía lo que pasaría si dijera de verdad en lo que estaba pensando.

– ¿La playa?

– Sí ¿recuerdas cuando íbamos con papá? Han pasado muchísimos años, pero de seguro sigue igual de hermosa.

– ¿Quieres ir? Puedo rentar una casa allá por unos días.

– ¿En serio lo harías? – digamos que la idea de la playa le daba un poco de emoción, ya llevaba bastante tiempo sin salir de su casa, y no estaría para nada mal irse unos dias a la playa.

– Por supuesto, ambas necesitamos un descanso de esta ciudad ¿no crees?

– Sí – Zilver asintió con la cabeza.

– Entonces haré unas llamadas, iremos lo más pronto posible – la señora le da un beso en la frente a su hija, y entra a la casa para ajustar sus "merecidas vacaciones".

– ¿Quién lo diría? Ir a la playa en pleno otoño, solo a mi madre se le ocurre – se ríe sola – pero sería increíble poder salir de este lugar, y no ir a una sala de rehabilitación. Quizás la playa sea el lugar correcto.

                                   •••

– ¿Y bien? ¿Te gusta?

Una casa de tamaño normal, con una habitación con vista directa al mar, sin ninguna persona alrededor ¿qué más se podía pedir?

– ¡Me encanta! Serán las mejores vacaciones, estoy segura – Zilver daba saltitos de emoción en su silla de ruedas.

– Ve a tu habitación, es la de la ventana que se ve hacia el mar, yo organizaré las cosas – ordenó la madre de Zilver.

– ¿No quieres ayuda?

– Tranquila hija, déjame esto a mi.

A Zilver siempre le disgustó la idea de que su madre siempre hiciera todo, nunca la dejaba ayudar, y Zilver sabe por qué, y eso le molestaba. Desde que su padre se fue, solo han sido ellas dos, y su madre siempre está ocupada, y Zilver pasa casi siempre el tiempo sola.

– ¡Esto es hermoso! – chilló Zilver al ver el mar desde la comodidad de su habitación. Su madre sonrió al escucharla.

– Sé feliz Zilver. Antes de que tengas que irte. Antes de que te vayas como tu padre – una lágrima corrió por su mejilla.

                              《¤》

"las olas se alejan de nosotras, pero yo nunca me alejaré de ti, madre"
                                             Zilver Klover.

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