A special day

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-Osvaldo-
No saben la emoción que tengo en estos momentos no pude ni dormir, por fin iba a volver a ver a mi mejor amigo después de muchos años sin tenerlo cerca de mí, me encuentro arreglándome lo mejor posible (aunque solo iré al aeropuerto) pero tengo que estar presentable para este día tan especial.
Contaba las semanas, días, horas y minutos para verlo otra vez; admito que lo extraño muchísimo, en especial a sus chistes tontos pero buenísimos y sus ojos cafés, miopes; igual a los míos.

Camino al aeropuerto no puedo parar de pensar en todo lo que tengo planeado para hacer en estas semanas con Aldo.

Y ahí estaba yo. Sintiendo como los nervios recorren todo mi ser, mientras espero verlo entrando por la entrada de una de las salas del aeropuerto, ¿por qué tarda tanto? O solo son mis nervios.
Le hice un cartel que dice "te extrañe Aldito" probablemente no sea de su agrado, aunque no sé porque no le gusta que le diga así; de igual manera no me importa.

Han pasado exactamente 30 minutos y cuando menos me lo espero, lo veo.
Su risa al ver el cartel me dio mil años de vida y sin pensarlo me lanzo a él para no soltarlo, de verdad lo extrañaba y no pienso desaprovechar este tiempo que estará a mi lado.
-te extrañé- le digo con lágrimas en los ojos.
-ya también te extrañé valdo- contesta él de la misma manera; solo que él puede manejar mejor su voz entrecortada.
-apoco si?-digo tratando de hacer menos serio esto.
-claro, tanto tiempo sin tus chistes malos; los extraño
-¿malos? Pfff que dices, son buenísimos
-si si, lo que tú digas
-¿Quieres ir por algo para desayunar?
-si, muero de hambre, la comida del avión es muy mala
-vamos pues.

Rápidamente salimos del aeropuerto y caminamos hacia mi camioneta, subo sus maletas en la cajuela y nos subimos.
Pasamos a un drive thru y nos dirigimos a mi departamento.
Y bueno cuando por fin llegamos, nos sentamos a disfrutar nuestro desayuno. Un desayuno de starbucks se tiene que disfrutar, no todos los días me doy ese lujo y sigo sin entender porque le gusta tanto comer de ahí.

El resto del día nos la pasamos platicando y decidimos no salir, queríamos hablar sobre lo que había pasado en nuestras vidas, durante tanto tiempo y también porque Aldo estaba cansado después de ese vuelo.
Sin duda las aventuras apenas comenzaban.

Teníamos mucho tiempo para disfrutar...

It was always you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora