I need you

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Aldo

Nuestras respiraciones eran cada vez más entrecortadas y aceleradas, era clara la razón, sentía la necesidad de probar cada parte de su piel y sentir ese aroma que tanto me encantaba, mis besos fueron bajando a su cuello y el olor a su perfume seguía ahí a pesar de que habían pasado varias horas desde que se lo puso, me moría de ganas por dejar marcas y que todo aquel que las viera, se de por enterado que ya tiene a alguien; pero sabía que podía ser mala idea.

Sin duda dejaría marcas, pero en lugares donde nadie pueda notarlas a simple vista.

Quería grabarme el momento, las expresiones de valdo eran una joya para mi, los besos en el cuello y sus caricias me motivaban a seguir con los leves movimientos de cadera.

Sus manos empezaron a tocar zonas sensibles, mi espalda era una de ellas, no iba a quedarme atrás así que fui bajando mis caricias a su abdomen, no podíamos resistirnos más y los jadeos eran más que evidentes en la habitación, de un momento a otro ya solo nos encontrábamos en bóxers, los toques mutuos en nuestra piel sensible era suficiente para hacer notar nuestra excitación, ustedes me entienden.

Nos deshicimos de la única prenda que nos quedaba para así bajar mis besos a la blanca piel de su abdomen, mordiendo y succionando lo suficiente para dejar una marca notoria para aquel que lo viera sin playera pero escondida para sus seguidores, hasta que llegué a su muy notable erección, lo tomé entre mis manos y comencé a masajearlo de arriba a abajo.

-¿te gusta?- las palabras salían casi como un susurro.

Osvaldo

La excitación me tenía al borde, lo gemidos salían por si solos, no hacía falta responder a su pregunta pues era más que obvio que no solo me gustaba, si no que lo estaba disfrutando más que nada, su tacto era suave pero a la vez desesperado y con justa razón yo también tenía que aportar algo a esto. Lleve dos de mis largos dedos a su boca indicándole que los chupará, sin dudarlo lo hizo; a estas alturas ya se imaginaba lo que estaba apunto de hacer.

Tomé sus muslos separando sus piernas un poco, quería estimularlo masajeando en círculos para luego introducir un dedo y así comenzar unas embestidas de adentro hacia fuera, sus jadeos y el sudor de su cuerpo me indicaban lo que quería pero aún no era el momento, no quería lastimarlo. Introduje un segundo dedo con mayor facilidad a comparación del primero, el movimiento de mis dedos se volvía un poco más rápido, las embestidas aumentaban y estaba seguro que si seguía así Aldo iba a correrse en cualquier momento, pero esto apenas comienza.

-valdo, te necesito
-¿Qué es lo que quieres?- sabia perfectamente lo que quería, pero necesitaba escucharlo con su dulce voz.
-te quiero a ti, por favor, por favor
-dilo
-quiero sentirte dentro de mi, hazme tuyo, has que no olvide nunca este momento
-Amor, tú ya eres mío.

Esa palabras fueron suficientes para acercarlo a mi rostro y besarlo, mientras acomodaba mi miembro en su entrada, primero comencé frotándolo para luego poco a poco ir entrando en él, Aldo se separó de mi para soltar un gemido junto con un suspiro cargado de excitación, esto era música para mis oídos.

Él comenzó a moverse encima mío apoyando sus manos en mi pecho mientras yo lo tomaba de la cintura y así profundizar las estocadas, por si no fuera poco, tomé su miembro e hice movimientos para llevarlo al límite, sabía que lo estaba logrando, esa habitación fría y silenciosa ahora estaba siendo llenada de jadeos y suspiros que nosotros dejábamos salir sin miedo a ser escuchados.

-¿Te gusta?- misma pregunta, con la diferencia de que ahora yo era quien la hacía y de igual manera ya sabía la respuesta, su cuerpo me la daba por si sola
-me encanta, no pares

Sus deseos eran órdenes para mi, no iba a detenerme, no cuando ambos estábamos al borde.

-joder, voy-
-no, aún no

Sabía lo que en poco tiempo iba a pasar, los movimientos de mi muñeca eran cada vez mas repetitivos, las embestidas eran rápidas y fuertes, sin llegar a lastimarlo, iba a ser un momento que permanecería en mi mente mucho tiempo.

-valdo, ya no puedo
-hazlo, ya no te resistas más

Eso fue suficiente para que Aldo se corriera en mi mano y bastaron un par de estocadas para que yo lo hiciera en su interior, llevé mi mano a mi boca y tragué su néctar. Aldo se recostó a mi lado recargando su cabeza en mi pecho, había sido una noche cansada.

-te amo
-yo te amo más mi niño, fuiste un buen chico. Descansa

Bese su cabeza y en poco tiempo nos quedamos dormidos abrazándonos el uno al otro.

Aldo

Si me lo preguntan, si, logró hacer que ese momento no lo vaya a olvidar nunca.




















-zzz
Volví y empezamos fuerte
Gracias por tenerme paciencia, aquí tienen su recompensa.

Disfruten.

It was always you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora