Juramento

2 0 0
                                    


— Ok, tu cara acaba de decirme todo. Te deseo toda la suerte del mundo con el tema de la película y que tengas una linda vida.


Dije abriéndole la puerta para que se marchara.


Me sentía tan derrotada en ese momento.


La esperanza cruel que no sabía que conservaba se hizo añicos y cada uno de los trozos se enterró en mi pecho, haciendo que cada inhalación se volviera dolorosa.


— Era un niño cuando empecé a escribir esa novela ¿Qué importa ya?


— Si no importa ¿Por qué carajos no me lo dijiste? ¿Qué quieres que piense cuando me has ocultado tantas cosas relacionadas con ella?


— Quería dejar esa parte de mi pasado atrás ¿de acuerdo? No es una etapa de mi vida que me guste recordar y aunque te cueste tanto creerlo no me siento orgulloso de haber estado enamorado de la mujer que causó la muerte de mi hermana. No la mencioné simplemente porque quería que volviera a desaparecer, porque tenía miedo de que te atormentara a ti como me atormentó a mí.


— ¿No querías que me atormentara? ¿De verdad me creías tan tonta como para no darme cuenta o querías estar seguro de que Karina había cambiado de opinión antes de decírmelo?


— No digas tonterías, ya no tenemos nada que ver uno con el otro. Va a estar en la película porque no tengo ninguna razón objetiva para oponerme a la decisión del director, pero no voy a estar en las grabaciones ni necesito estar en contacto con ella. No me buscó tan desesperadamente porque le interesara, su único motivo para tratar de redimirse era que tenía miedo de perder su primer protagónico por mi culpa, ¿Por qué o por quién quieres que te lo jure?


— Los dos sabemos que sólo puedes jurar por la luna.


Llegados a este punto poco importaba si mi Romeo de verdad era inconstante o yo estaba convirtiéndome en una versión femenina de Otelo, no podía seguir con una relación que se había convertido en una tortura y aunque lograra exorcizar el fantasma de ojos plateados, aparecería otro y otro más.


— Dime que tengo que hacer para arreglar las cosas, te juro por lo que tú me pidas que si pudiera cambiar el pasado para no haberla conocido nunca lo haría sin pensarlo y de esa forma tal vez hubiera visto a Rebeca ir a la universidad, graduarse, aprender a manejar... La odiaba por lo que le había pasado a su hermana, eso lo creía, pero si las cosas no hubieran sucedido así ¿Habría podido apartar los ojos de esa belleza para mirarme siquiera? Y es que en mi ultima noche insomne me di cuenta de que la sobra de Katia había estado en nuestra relación desde el principio. ¿Habría sentido la necesidad de declarar tan convencido que nunca se enamoraría de mí y de apartarme si no hubiera estado tan asustado de que el amor lo destruyera como a su hermana? O tal vez había escarmentado en cabeza propia y temía que lo decepcionara como lo había hecho ella.


— No hay nada que hacer, no se puede cambiar el pasado.


— Ok, si tengo que hablar con el director para que no aparezca en la película lo voy a hacer, lo que sea para dejar esto atrás de una maldita vez.


— Estás loco, no pueden cambiar a la protagonista después de haberla anunciado.Bueno, técnicamente si podrían, pero sería un absoluto desastre mediático, por no hablar del costo de volver a grabar las escenas que ya hubiera grabado ella.


— No me importa y tampoco si hace falta cancelar toda la maldita película.


— ¿Así? ¿Y que cambiaría eso? Ya me dijiste que el que ella aparezca no significa que tengas que verla y te creo, pero ese no es el problema, el problema es que desde un principio me costó mucho trabajo confiar en esto, confiar en mí y no me ayuda nada enterarme de que me ocultaste cosas. Es tu carrera y puedes hacer lo que quieras con ella, pero te estoy diciendo bien claro desde ahora que eso no va a arreglar las cosas.


— ¿Y que las va a arreglar entonces? Desde que te vi por primera vez, resplandeciente entre la multitud, supe que tenía que buscar la manera de acercarme a ti para conocerte mejor, aunque no tenía idea de que iba a acabar tan loco por ti. Al principio me pareciste una chica adorable que tenía un talento extraño para mantener mi interés, luego descubrí poco a poco que eras tan dulce, tan genuina y tan cálida que merecías todo el amor del mundo y no creí que mi corazón lleno de remiendos y cobarde pudiera dártelo, pero cuando te solté me di cuenta de que en realidad no había tenido opción, ya estaba tan enamorado de ti como sólo un kamikaze podría estarlo y después de todo el trabajo que me costó que me aceptaras de nuevo no me voy a ir a ningún lado a menos que tú me lo pidas y aún así antes haría cualquier cosa para hacerte reconsiderarlo. Te amo y ni el regreso de Katia ni la aparición de nadie más lo va a cambiar.


Puse la cabeza entre mis manos, y quería arrancarme el cabello de desesperación.


¿Cómo era posible que me hubiera dicho te amo por primera vez en estas circunstancias? ¿Cómo era que no podía ponerme a saltar de gusto después de haberlo escuchado?


No me sentía capaz de pelear con los fantasmas de los dos para que esta historia de amor no se convirtiera en un maldito cuento de terror, pero ¿Realmente podía renunciar a él?


Siempre supe que iba a ser difícil como el carajo, pero de verdad podría decirle que se marchara sabiendo que me amaba? Aunque supiera que podía cambiar de opinión después, ¿podría renunciar a la posibilidad de ser feliz con él por ahora?


Todos los sentimientos encontrados se desbordaron como si se hubiera roto una presa y todas las lágrimas que me estuve guardando, las que no quería que él viera, empezaron a salir en un flujo incontrolable.


— También te amo.


Confesé llorando con la cara oculta en su pecho.


— Te amo niña adorable.


Dijo tras darme un beso en la frente.


— Te amo mujer de armas tomar.


Volvió a decir repitiendo la misma acción.


— Te amo romántica masoquista. Te amo rayo de luz que me sacó de las sombras. Te amo compañera.


Dijo, dándome un beso por cada frase.


Cuando sintió que mis sollozos se habían detenido, me apartó un poco de él para poder ver mi rostro.

— Por favor no llores. Te juro y no por la luna que nada me haría renunciar a lo que encontré contigo.


Y selló el juramento con un ultimo beso en mis labios.

Sólo en ficciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora