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Merlin

Iba caminando a los aposentos del príncipe como siempre a esta hora del día, con su almuerzo en la mano. Arthur anda muy raro últimamente. Nada inusual para otra persona, por que hace todo como siempre. Revisa los papeles, practica con su espada, participa en los torneos pero durante todo este periodo no se dignó a mirarme a la cara.
Sus interraciónes conmigo se limitan a darme órdenes. Eso para otro noble no es nada raro, pero yo puedo notarlo, ya que nuestra relación no se limita al de un sirviente y su amo.

- Su almuerzo ya está listo- le dije cuando entré a su cuarto

-Gracias, puedes dejarlo ahí - dijo sin mirarme a la cara, como si yo no le interesara en lo absoluto.

Salí de su cuarto y me dirigí donde Gaius mientras iba pensando sobre que es lo que le hizo cambiar su actitud hacia mi.

-Hola Gaius, Tú sabes lo que le pasa a Arthur últimamente?- Tenía que averiguar que le pasaba

-Por que preguntas ? ¿has notado algo extraño?- preguntó

- No, es solo que... últimamente es muy frío conmigo y no me mira a la cara. Tenía una pequeña angustia por eso.

-No lo se, yo lo noto como siempre -dijo restándole importancia -Vamos, el rey nos espera

- El rey ? ¿para que?

- No lo se, nos convocó con urgencia a nosotros y unos cuantos sirvientes más, dijo que era una reunión importante -

Era extraño, por que Uther querría convocar a los sirvientes y si era una reunión importante,¿ por que yo también?
Nos dirigimos a la sala principal y llegamos donde el rey, quien ya estaba listo para empezar la conferencia.
Ordenó cerrar todas las puertas dando por entender que la reunión era secreta y que nadie debía abrir la boca sobre el tema que hablarían ahí.

-Convoqué solo a sirvientes más leales e importantes para lo que voy a anunciar ahora, no quiero que de lo que vamos a hablar hoy se oiga una palabra en el palacio, todos quedarán callados y mantendrán el secreto. El que no lo haga será decapitado. ¡¿ ENTENDIDO?!- exclamó Uther antes de empezar la reunión

- Sí, su majestad -se oyeron del grupo de sirvientes, la mayoría viejos que llevaban más de 20 años en el palacio.

-Se ha decidido la fecha del matrimonio del príncipe Arturo!

No podía creer lo que oía. ¿ quien era la princesa?¿ Arturo lo sabe? ¿ Cuando era la boda? de repente me surgieron incontables dudas en mente. La gente se veía tan asombrada como yo, lo que significaba que la noticia era secreta hasta ahora. Y si es así, ¿por que Arturo no estaba aquí para anunciar su matrimonio?  ¿Él estaba de acuerdo?

- La princesa visitará el palacio dentro de unos días, así que quiero que arreglen todo para un recibimiento decente y un banquete. Mi hijo Arturo aún no lo sabe, así que quiero que lo mantengan en secreto. Cuando menos personas saben sobre esto más tasa de éxito podemos tener en este compromiso a diferencia de otros cuando se arruinaron. El anuncio público alterara a la gente y atraerá a los que querrán arruinar ese magnifico día, así que comenzarán con los preparativos hoy y sin decir nada a nadie, tampoco al príncipe -explicó Uther.

eso significaba que Arthur no tenía ni idea de lo que su padre planeaba. Iba a comprometerlo sin siquiera decirle. Eso ya sobrepaso los límites hasta para Uther.

- Pueden retirarse y comenzar con los preparativos en silencio -Anunció con firmeza el rey -menos tú, sirviente personal de Arthur - me indicó a mi.

Cuando todos se retiraron me quedé solo en la sala con el rey esperando que hablara.

- Eres el sirviente personal de Arthur así que mi hijo confía mucho en tí- Empezó por fin -así que tendrás una tarea especial - me miró con firmeza -tendrás que asegurar que Arthur no se entere de nada hasta que la princesa venga a Camelot, no quiero que se entere de los preparativos ni mucho menos de su boda

¿Como puede ser tan cruel que ni siquiera planea decirle a Arthur?

-Si Señor - dije un poco molesto

- Muy bien, puedes retirarte - dijo Uther al final y salí



En otro reino

- Que averiguaste?

-El gran mago Emris está en Camelot - dijo inclinando su cabeza con miedo

- Camelot?¿ Así que se escondía ahí?- dijo la mujer con una sonrisa maliciosa en su cara. Después de tanto tiempo buscándolo por fin lo había encontrado - Justo en un momento adecuado -dijo la mujer

-Ahora podemos sobrepasar las fronteras de Camelot sin que nos atrapen. Después de todo, nuestra querida princesa Charlotte se casa con el adorado príncipe de Camelot.

La mujer y su subordinado empezaron a reír con un tono un tanto malvado. Tenían un objetivo al mente y no precisamente era la unión de sus reinos a través del matrimonio.

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