Capítulo 1: Mal presagio.

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Lloyd, ninja verde, es un adolescente en la pubertad de casi 18 años. Vive junto a los demás ninjas, todos de su edad aproximada, en el monasterio del Maestro Wu, con quienes ha vivido mil aventuras. Todos son maestros elementales que dominan uno de los muchos elementos. Kai, ninja rojo, domina el fuego; Nya, domina el agua; Jay, ninja azul, domina el rayo; Cole, ninja negro, domina la tierra. Zane, por su parte, tardó tiempo en descubrir su verdadero ser: un robot construído por su padre con un exterior exactamente igual a una persona común, a diferencia que su pareja Pixal, quien es un robot sentiente con esa misma apariencia.

Lloyd, el elegido por las profecías y salvador de Ninjago, es el maestro del poder, y el ninja verde.

Semanas después de que el Tornado de la Creación haya destruido a los Oni, el padre de Lloyd, Garmadon, sigue desaparecido de la faz de los 16 reinos. Mientras que los ninjas han continuado su entrenamiento, celebrando sus victorias recientes, el ninja verde sigue sin sacarse de la cabeza a su padre, así como a aquella chica que una vez amó: la ahora difunta Harumi, quien al traicionar a Lloyd y ser la mano derecha de Garmadon, falleció cuando un edificio colapsó encima de ella..

Era de noche, y la tranquilidad estaba presente en el monasterio. Todo el mundo estaba durmiendo, pero Lloyd tenía problemas para conciliar el sueño. Él se levantó para dirigirse a la cocina, a beber un vaso del agua.

Mientras sacaba un vaso, el ninja del agua irrumpió por sorpresa. Ella estaba en un pijama rojizo, con su peinado desaliñado.

-Bueno, Lloyd. ¿Qué haces aquí?- Dijo Nya.

Lloyd, que seguía con la cabeza ocupada por muchos pensamientos de todo lo ocurrido, respondió.

-¿No lo ves, Nya? Sólo estoy bebiendo un vaso de agua.- Dijo Lloyd.

Nya le miró con una expresión de incredulidad, esperando más información de parte de Lloyd. Él, por su parte, estaba nervioso.

-Ehm... Bueno, vale, no puedo dormir. ¿Contenta?- Dijo Lloyd.

Se notaba que Lloyd ocultaba algo más.

-Venga, suéltalo, anda.- Dijo Nya.

Lloyd dio un pequeño suspiro.

-Vale...-Dijo Lloyd.- ¿Recuerdas lo que ocurrió hace varias semanas? Cuando... bueno, cuando casi la palmo. Pues mientras estaba inconsciente, vi al Primer Maestro del Spinjitzu. I-Incluso os lo dije, aunque no me creyerais.-

-Ya, claro. El mismo maestro que básicamente creó Ninjago y el arte del Spinjitzu que desterró al Señor Supremo te ha hablado. ¿Y qué ocurre con él?- Dijo Nya.

Lloyd se puso más nervioso al notar el sarcasmo e incredulidad en la voz de Nya, y quería cortar la conversación. Intentó mantener la calma.

-Mira, no me apetece tener esta conversación ahora mismo, ¿vale? Vete a dormir.- Dijo Lloyd.

-Lloyd, sabes que puedes contarme qué ocurre.- Dijo Nya.

-Te lo contaré... en otro momento.- Dijo Lloyd.

-Terminaré por enterarme, ya verás.- Dijo Nya.

Nya se fue a su habitación, y Lloyd se bebió su vaso de agua, y volvió a su habitación, procurando no tropezarse.

Lloyd sabía que nadie le iba a creer igualmente, pero era incapaz de tranquilizarse. Se sentó en su cama, y se tumbó, procurando dormir. Aún así, sus pensamientos seguían dándole vueltas, y abrumándole. Daba vueltas en la cama sin poder descansar. Cinco minutos, diez minutos, media hora, dos horas... Lloyd se hartó, y se levantó de la cama. Miró un reloj: 3:41 de la madrugada.

Con un corazón atormentado y con una mente nublada por el cansancio, acudió a los aposentos del maestro Wu. Antes de entrar a su habitación, Lloyd habló.

-¿Maestro Wu? Maestro Wu, ¿puedo hablar con usted un momento?- Dijo Lloyd.

La respuesta tardó un poco en llegar.

-Adelante, pasa, joven Lloyd.- Dijo Wu.

Lloyd cruzó la puerta de su habitación, y ahí estaba Wu. Sentado en su futón, con una barba y un bigote blanco de gran longitud que mostraba su avanzada edad, aunque todavía era más que capaz de combatir con el fiel bastón que su padre le regaló. Maestro de los ninjas, ha servido de guía y ayuda a los ninjas en sus aventuras, y son inseparables.

-Siento importunarle, maestro...- Dijo Lloyd.

-Puedo sentir tu corazón afligido. ¿Qué ha ocurrido?- Dijo Wu.

Lloyd titubeó bastante. Se sentó frente al maestro Wu, y le costó empezar a hablar.

-Verá, maestro... He tenido una visión...- Dijo Lloyd.

-Entiendo. ¿Qué aparecía en esa visión?- Dijo Wu.

Lloyd se puso más nervioso. Agachó un poco la cabeza, incapaz de mantener contacto visual.

­-Volví a ver al Primer Maestro del Spinjitzu. Otra vez, maestro.- Dijo Lloyd.

-Ya veo... ¿Qué te dijo?- Dijo Wu.

-Él... dijo que estaba orgulloso de mi cometido, pero me dijo algo. Su voz... no la recuerdo bien, pero sí que me dijo que... Mi padr- Garmadon, estaba en este reino. Dijo que está en la Isla Oscura, donde antes estaba el Señor Supremo antes de que él le liberara.- Dijo Lloyd.

Hizo una pequeña pausa, y el miedo se veía en su rostro.

-El Primer Maestro me enseñó... a mi pad- a Garmadon, volviendo a la Isla, y enfrentándose al Señor Supremo... y ganándolo.- Dijo Lloyd.

-Hmm... Temí que llegase este día, Lloyd.- Dijo Wu.

Lloyd tragó saliva. Los nervios le inundaron.

-El Señor Supremo murió hace mucho tiempo... ¡Zane lo destruyó! Es imposible que pueda volver... ¿verdad? Si fuera así, ¿por qué luchar contra él? ¿Qué quiere hacer mi padre?- Dijo Lloyd, casi desesperado.

-Esto es un gran problema. Lloyd... El Señor Supremo fue destruido, pero me preocupa que Garmadon haya encontrado alguna forma de hacerle volver.- Dijo Wu.

Wu cerró los ojos y se acicaló el bigote. Lloyd le miraba muy fijamente, con terror en su mirada.

-Lloyd... Garmadon es más poderoso que nunca. No sé por qué querrá resucitar y enfrentarse al Señor Supremo, pero un combate de esas dimensiones no puede terminar bien en absoluto.- Dijo Wu.

-¿Hay... algo que podamos hacer, maestro?- Dijo Lloyd.

-Encontrar a Garmadon, y detenerlo.- Dijo Wu.

Lloyd se levantó de un salto.

-¿¡Qué!? ¿¡Cómo vamos a hacer eso!?- Dijo Lloyd.

-Tenemos que elaborar un plan con los demás.- Dijo Wu.- Pero por ahora, debes ir a dormir, y recuperar energías. Las heridas de la batalla contra los Oni siguen cicatrizándose... igual que tus heridas emocionales.-

Wu se levantó, se dio la vuelta, y abrió su armario. Sacó unas hojas, y una tetera llena de agua caliente.

-¿Quieres té del sueño?- Dijo Wu.

-Sí, por favor.- Dijo Lloyd.

Ninjago: Padre e hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora