Capítulo 4

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Cuando entré en su oficina todo parecía estar igual, excepto por el montón de papeles de su escritorio.

Parece ser igual de desordenada que tú.

Después de ignorar a mi conciencia me senté en el sillón de la otra vez y la observé mientras buscaba en su desastre de papeles.

-Perdón por hacerte esperar, a veces a la gente se le va el tiempo cuando me hablan de sus problemas

- No te preocupes, se ve que esa chica te necesitaba más que yo

Al parecer ya había terminado de hacer lo que sea que estuviera haciendo ya que empezó a ordenar algunos papeles y se paró para dirigirse hacia unos cajones que tenía en una esquina.

-Si bueno, a veces necesitan soltar todo de a una y no esperar a la siguiente cita- dijo mientras me veía y luego iba a su escritorio para sentarse nuevamente.

Sacó otros papeles de su escritorio y una vez que terminó de escribir unas cosas me miró

-Bueno, eso ya pasó así que podemos continuar-sonrió- dime ¿Qué te gustaría hacer ahora?

Mi cara cambió a una de confusión, ¿de verdad me estaba preguntando qué quería hacer?

- ¿No se supone que tú eres la que organiza lo que se hará?

Al parecer mi pregunta le divirtió porque empezó a reír.

Vaya, hasta su risa es linda

-Tienes razón

Puso una cara como si estuviera pensando muy seriamente y luego me miró con una sonrisa

-Bueno, escojo que tú me digas qué es lo que quieres hacer

La verdad es que no sabía que era lo que pasaba así que no dije nada. Ella pareció notar que seguía un poco confundido y continuo.

-Bueno, viendo que no tienes ni idea, ¿te parece si propongo algo? - Dijo con un tono entre tierno y divertido

-Sorpréndeme

-Podríamos hacer algo así como preguntas y respuestas, así nos conoceremos un poco más, ¿Te parece bien?

- No parece ser mala idea

-Genial, ok así va a funcionar esto, yo hago una pregunta y una vez que contestes te tocará preguntar a ti, pero, si no quieres contestar porque te da pena o algo parecido tendrás que cumplir un castigo

- ¿Qué clase de castigo?

-Puede ser el que sea, siempre y cuando se pueda hacer aquí, puedes escoger el que quieras

-De acuerdo, solo no te quejes si el castigo no te gusta

-jaja, claro

Estel se paró y se sentó de piernas cruzadas del otro lado del sillón y yo tuve que hacer lo mismo para que quedáramos frente a frente.

-Bien, tú eres el nuevo aquí así que empieza tú

Lo pensé durante un momento y su extraña decoración fue lo primero que se me vino a la cabeza

- ¿Por qué pusiste esas fotos tan raras por decoración?

- ¿Te refieres alas de la pared de la sala de espera?

-Sí

-Bueno, yo no diría que son extrañas, pero yo no las puse

- ¿No?

-No, bueno sí, pero yo no las escogí, normalmente les digo a mis pacientes que si hay algo que los haga felices traigan una foto de eso para colgarla en esa pared y cada que vengan puedan verlo y sonreír un poco, así pueden olvidarse de sus problemas al menos por un rato.

Sombras en mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora