|Capítulo Seis: Mi corazón habló.|
¿Por qué dije que si?
Me coloqué contra la puerta y sigilosamente me senté en el piso. ¿Por qué le dije que si? ¿Es por que aún siento algo por él?
Imposible.
Han pasado muchos años desde que terminamos y cada uno decidió irse por su camino. Esto es solo una salida. Una salida de amigos.
Una salida de amigos, que fueron pareja y ahora son exnovios.
Es solo una salida.
De amigos.
Para así ver cómo nos ha ido en nuestras vidas. Eso es todo. Han pasado muchos años desde la ultima vez que hablamos. Solo hablaremos y recordaremos nuestras conversaciones.
Eso espero.
Mi corazón comenzó a palpitar apresuradamente, varios recuerdos se me asomaron cuando anduve de pareja con Rowan.
Rowan.
—¡Ey! ¿Qué haces? ¿Qué pasó?—Rosalia se asomó a la cocina, ahora andaba vestida con el uniforme de la librería. Su expresión se tornó a uno de preocupación al verme ahí sentada contra la puerta.
Alcé la vista y le contesté. —Nada.
Ella arqueó una ceja y me preguntó. —¿Quién andaba en la puerta?
—Rowan.
—Ah. —ella se me acercó y me ayudó a levantarme del piso mientras me limpiaba el sucio de mis pijamas. —¿Y que quería? ¿Hablaron?
La miré rara. —¿Por qué tantas preguntas? —ambas caminamos hacia la cocina y comencé a preparar la cafetera.
—Nada, quería saber. —ella se encogió de hombros.
La miré nuevamente rara, se notaba nerviosa. Coloqué agua en la cafetera, la cerré y encendí el aparato. —Bueno...
Ella me interrumpió. —Tengo que irme a trabajar. —y sin que yo dijera algo adicional, ella se apresuró en buscar sus cosas y salir del apartamento. Me quedé con la boca abierta, pensando en lo que quería decirle.
Rosalia nunca se iba a trabajar sin tomar una taza de café. Algo andaba mal o simplemente estaba muy tarde para esperar la taza de café. Era mi día libre, así que tenía el apartamento para mi sola y eso significaba que iba a ver películas, ver si estudiaba de la universidad y por último, tratar de escribir la novela que llevo meses escribiendo en mi computadora. Porque siempre, siempre, tengo un bloqueo de escritor y nada me ayuda para continuar a escribir mi historia.
Luego de desayunar, me dediqué a estudiar de la clase de literatura. Aproveché el tiempo para escribir un trabajo de investigación hasta que me llegó un mensaje de texto de parte de Rosalia.
Rosalia: No cocines, llevaré comida. 🫣 4:35 pm
Blaire: ¿Qué piensas traer? 🫣🤔 4:36 pm
Rosalia: 🍕🤤 4:37 pm
Blaire: 🤤🤤🤤 4:37 pm
Al terminar el trabajo de investigación, me dediqué a bañarme y a arreglarme un poco para así recibir a Rosalia.
—¡Ey! ¡Llegué y traje nuestro antojo. —gritó Rosalia desde lejos, suponiendo que acababa de llegar al apartamento.
Rápidamente al escucharla, me levanté de mi asiento y me dirigí hacia la cocina.
—¡Oye, te tardaste mu...—me detuve al fijarme que Rosalia no andaba sola. Y quien andaba con ella era nada menos que Rowan, de nuevo. Rosalia soltó una sonrisa y dijo:
—¡Mira a quien me conseguí en el lobby del condominio! —no sonó como una pregunta, sino una aclaración.
Rowan solo sonrío tímidamente. —Al parecer el destino quiere que nos encontremos, Blaire.
Al parecer.
Maldición.
Maldito el destino. Ya hoy fue suficiente en ver a Rowan. El destino quiere que yo respire y me coma a Rowan porque a aparece a cada rato a mi vida.
—Lo invité a comer. Espero no te moleste. —ella soltó una carcajada y sonrió pícaramente. Me guiño un ojo y colocó la caja de pizza en la mesa de la cocina.
—No, para nada. —mentí.
Sentí que mi párpado izquierdo empezó a parpadear rápidamente. Era un tic nervioso.
Al parecer Rosalia quería que Rowan y yo volviéramos a conectarnos después de tantos años.
Te odio, Rosalia.
Pero te amo.
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Imposible Odiarte
HumorTras estar en tres relaciones fallidas, Blaire Mendoza ya se rinde en el amor. Decidida en enfocarse en su último año de estudios universitarios, en su trabajo y en su pasatiempo como escritora, le ha puesto una equis a todos los chicos que se le ac...