Había amanecido y la luz que entraba por la ventana bañaba a ambos con su luminosidad. Volkov se despertó un poco confundido por lo sucedido la noche anterior, miro a Horacio dormido a su lado y recordó los acontecimientos de la noche. Al recordar lo que había sucedido sus mejillas se pusieron coloradas. La noche había pasado y con ella los efectos del alcohol, el deseo y la excitación. Ahora era otro día y no podía creer lo que había sucedido. Se sentía un poco avergonzado por lo mucho que lo había disfrutado, y ver a Horacio semidesnudo a su lado no ayudaba a aplacar a su cuerpo, sentía deseo, un deseo que nunca antes había sentido por nadie, simplemente eran sensaciones desconocidas y no estaba seguro que le gustará que su cuerpo no obedeciera.
Se levanto de la cama dejando a Horacio dormido y decidió salir a correr para sudar las sensaciones que su cuerpo estaba transmitiendo. Se puso unos pantalones para ejercicio y bajo a la cocina en busca de una hoja para dejarle una nota a Horacio.
«Fui a correr, regreso en un rato, V.»
Salió por la puerta de la casa y se dispuso a alejarse del deseo. Durante su recorrido su mente no dejaba de imaginar a Horacio y las posibilidades que tendrían de ahora en adelante. Pero así como había pasado la noche, también la valentía que creció en su cuerpo una vez que hubieron terminado. El miedo había vuelto y más intenso que nunca, no sabía como debía reaccionar ¿Qué pasaría de ahora en adelante?, seguramente H querrá intentar mil cosas diferentes y V no se sentía listo. La noche anterior podría haber sido la excepción, habían tomado y pasado un día maravilloso, y probablemente era un broche perfecto para un día tan perfecto. Pero ahora le espantaba pensar en lo que podría pasar, no quería dejarse llevar ni adelantar las cosas, le daba miedo que Horacio se aburriera de él por no ser tan liberal a lo que sexo se refiere. Pero tampoco quería engañarse así mismo. Simplemente le daba pavor lo desconocido ¿Y si decepcionaba a H con su inexperiencia? sabía que era poco probable, pero esa posibilidad le espantaba. Además estaba el otro asunto, sobre no poder controlar su cuerpo, ahora mismo sentía crecer su miembro solo de recordar la boca de Horacio sobre él... Sacudió la cabeza y decidió aumentar la velocidad, esto no era normal y sentía que estaba perdiendo el control.
Por otro lado H había despertado y se sintió un poco confundido al no encontrar a Volkov a su lado, sin embargo una sonrisa cruzo por su rostro al recordar los acontecimientos de la noche anterior, había sido la mejor noche de su vida y de ahora en adelante habría un mundo de posibilidades junto a Volkov. Estaba un poco decepcionado por encontrar la cama vacía, imagino que si hubiera encontrado a V a su lado podrían seguir practicando. Así que decidió levantarse en busca de su amado. Bajo las escaleras creyendo que lo encontraría en la cocina haciendo el desayuno o algo parecido pero no había nadie.
-¿V? - pregunto en voz alta al no encontrar a Volkov por ningún lado.
En ello encontró la nota que le había dejado Volkov y se quedó mirándola con confusión. V no acostumbra salir a correr, y aunque le pareció un poco extraño, más extraña fue la sensación o el miedo que cruzo por su mente, la nota era algo fría, no esperaba un amanecer así después de lo sucedido la noche anterior.
Finalmente dejo ir sus miedos y decidió cocinar algo en lo que regresaba Volkov, pero este tardo tanto en regresar que decidió desayunar solo. En eso estaba cuando V cruzo por la puerta.
-Buen día - dijo Horacio mostrando una media sonrisa.
-Ah - comento V sorprendido de verlo sentado en la isla de la cocina - Buen día, H.
Horacio frunció el entrecejo un poco confundido, era una respuesta algo fría, y definitivamente no esperaba algo así.
-¿Quieres desayunar? - pregunto H con detenimiento.
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VOLKACIO - QUERIDO MIO
Научная фантастикаObsesionada con este ship. Esta historia solo es para todo aquel Volkacier con ganas de más.