VOLKACIO - QUERIDO MIO

Suspiros de amor

A la mañana siguiente Horacio sintió la luz del sol contra sus ojos informando que era hora de despertarse, al tentar las sabanas estas se encontraban vacías.

Un suspiro recorrió sus labios pensando que era demasiado bueno para ser real, pero antes de que sus pensamientos se volvieran más obscuros la puerta se abrió de par en par y el ruso entro por ella sosteniendo una bandeja que llevaba un plato de fruta y un jugo de naranja.

Volkov se sorprendió al ver despierto a su pareja, tenía planeado despertarlo con una sorpresa, pero parece que la sorpresa se la había llevado él, ya que su novio se encontraba recostado sobre la cama con la cobija cubriéndole unas partes del cuerpo mientras que las otras se le veía completamente desnudo, inevitablemente se sonrojo al verlo.

-Buen día, querido mío - dijo el ruso con una tímida sonrisa cohibido por la desnudez de su pareja.

-Buen día, para ti - sonrió ampliamente Horacio al ver a su novio en su faceta romántica -Veo que vienes a alborotarme el hambre - dijo pícaramente al ver como su novio lo contemplaba con deseo.

-Bueno... esa era la intención - dice aun sonrojado - ¿Qué tal descansaste? - dijo dejando la bandeja sobre la cama y sentándose a su lado.

-Mejor que nunca - contesto Horacio mientras contemplaba a su pareja.

-Ya veo... - dijo Volkov con un suspiro bajo y contenido por el deseo - Me alegra - sonrió levemente mientras iba acercándose a su novio.

-Ya - dijo H con una sonrisa provocadora - Veo... que te alegras de verme - sonrió mientras su mano recorría la pierna de Volkov dirigiéndose a su zona intima que se le veía ya algo abultada contra su ropa interior.

El ruso soltó un leve gemido cuando las manos de Horacio comenzaron a acariciar su ropa interior, ese sonido termino provocando la erección de su pareja, dejando al descubierto su miembro erecto. 

Volkov lo tomo con deseo aprovechando lo expuesto que se encontraba Horacio en ese momento. Este exhalo un gemido por el deseo que le provocaban las manos del ruso.

Horacio coloco sus manos sobre el cuello de su pareja y lo acerco más hacia él, uniendo sus labios en un beso cargado de deseo. H comenzó a recorrer su boca con la lengua sintiendo el sabor que su pareja.

-¿A que se debe este increíble amanecer? - comentó H en un susurro con sus labios aún pegados contra los del ruso.

-Buen-no... - tartamudeo entre sus labios - Creí necesario disculparme de forma adecuada - dijo mientras sentía la lengua de su pareja recorriendo sus labios.

-Ya... -dijo H sin separarse del ruso - Aunque a mi me gusto más tu disculpa de anoche - dijo contra sus labios mostrando una picara sonrisa.

Volkov no contesto al instante porque sello los labios de su pareja con un beso cargado de pasión, jadeando por el deseo se aparto un poco de su novio para poder hablar.

-Aunque me encantaría complacerte querido mío, me parece que ya vamos tarde a la Sede - dijo mientras H colocaba sus labios sobre su cuello, dejándolo sin habla.

-Mhmm... - dijo Horacio con sus labios recorriendo su cuello.

-H...- dijo a duras penas el ruso por el deseo contenido.

-Mhmm...- repitió Horacio provocando a su pareja.

Volkov cerró los ojos disfrutando de las sensaciones que recorrían su cuerpo con cada beso proporcionado por el menor, sabiendo que era una batalla perdida soltó un suspiro.

-¿Te-te gustaría ducharte conmigo?- dijo Volkov en un susurro.

Horacio se aparto de él, sonriendo de oreja a oreja. Inevitablemente V sonrió al imaginar su primera ducha juntos.