¿Y SI..? | Chris Evans (TERMINANDA)

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Chris Evans

— Vamos, llegaremos tarde..

Me jalo del brazo, es que no entendía que su pequeña estatura no podría moverme..

— ________ , vamos, sabes que no puedes moverme de aquí.

Con mi mano libre lleve la cuchara de cereal con leche a mi boca.

— Uff... — resopló — bien, no vengas,—  me quito las llaves del bolsillo — iré yo sola.

Corrió hacia afuera.

— Mierda. —  exclamé, no dejaría que un pequeño duende se lleve mi auto, corri tras ella, y justo antes que arrancará me puse frente a ella — Ni se te ocurra hacerlo — advertí — juro que si lo haces, voy a matarte.

— Tienes dos opciones o vienes conmigo o paso sobre ti.

— No lo harías — hizo zonar el motor del auto — carajo, bien, deje subir, no vallas a manejar — la señalo — _______ dejame subir, no vallas a manejar.

— No lo haré, ya súbete.

Corri lo más rápido a la puerta del copiloto y subí.

No quería ir, no quería verla, pero no tenía a nadie, se que no quiere estar sola en esto.

Entramos y tome asiento mientras ella hacia lo que tenía pendiente, espere unos minutos

— ¿Y bien?

Alce la mirada quedando embobado, se veía tan hermosa, tan única, tan especial, me a hechizado con su belleza.

Pero a la ves me dolía tanto acompañarla a escoger el vestido de su boda.

— Estoy viendo a una princesa. — me sonrió — mi princesa por fin se casará con su príncipe azul — argumente con ligera tristeza

Se acercó a mi tomando la basta de su vestido, tomo mis manos eh hizo que me pusiera de pie.

— Yo ya tengo a mi príncipe azul — tomo mi mejilla — ese eres tu, ¿lo olvidaste? — negué, era nuestro apodo — y yo tu princesa.

— _______ no quiero. Yo no quiero que....

Acaricio con dulzura mi mejilla y me prestó más atención.

— Dime, dime lo que quieras — su mirada me pedía algo a gritos — soy capaz de todo...

La pequeñas lágrimas que se escaparon de mis ojos pero, las limpie rápido.

— Quiero que seas feliz, te vas a casar y no sabes cómo me emociona el hecho que hallas encontrado al indicado.

Bajo su mano y se alejo lentamente.

— Si... Tienes razón — suspiro — iré a probarme otro, ya vuelvo — giro para irse.

Es que solo muy en el fondo quisiera ser yo quien la esperara en el altar, no hay nada que pueda hacer.

Cinco meses después...

Estaba nervioso, vería a la mujer que amo casarse, lo peor es que sería yo quien la llevará.

Termine colocando la rosa en mi bolsillo, camine los pasillos encontrándome con Aarón

— Dios amigo te ves muy bien..

— Igual tu — dije  — ¿Nervioso?

— Como no estarlo, voy a casarme — bajo la mirada.

— ¿Pasa algo?

— No — niega indeciso — que puede pasar, ire a mi puesto, nos vemos.

Asentí, segui mi camino lleno de emociones, impotencia era una de ellas, ver a la mujer que logré amar casarse no es el mejor día que puede tener uno, llorar era uno de mis torturosos sentimientos.

Toque la puerta hasta que oí su voz con un simple —pase— entre cuando todo en mi explotó, verla tan hermosa, como la reina de mis sueños, esa sonrisa, sus labios, todo es perfecto..

— Por favor dime qué me veo bien.

— Es más que eso —mis ojos se cristalizaron — Dios, no tengo palabras para decir lo hermosa que estás.

Suspiro y se acercó a mi caprurandome en sus brazos, me estaba torturando de la peor manera, libere mis lágrimas rodeándola de la cintura, no quería que se case y sea feliz con alguien más, solo conmigo.

— Hey — alejo su rostro del mío para tomar mi mejilla — ¿Que sucede? — hablo tan suave — estás muy sensible últimamente.

Baje la mirada, todo esto estaba matandome.

— No quiero. No lo quiero... — tomo con más intensidad mi mejilla.

— Dime lo que tanto te impide mirarme. — la miro sumo cuidado y miedo.

— No quiero que te cases — su gesto cambio radicalmente — no puedo ver a la mujer que amo casarse.

Sus ojos se humedecieron, bajo su mano y quiso alejarse pero tome sus mejillas.

— Es que es inadaptado que te pida esto, no debería, pero mi corazón me pide a gritos que te lo diga, se que esto no cambiara nada, pero necesito decírtelo. Decirte que te amo.

— No — empezó a soltar sus lágrimas — no hagas esto, no ahora — negó —no, no, no..

Se alejo de mi tomando su cabeza, sabía que la perdería después de esto.

— ¿Por qué ahora? ¿Por qué hoy? — se paseaba con desesperación — no, tu no puedes hacerme esto ¡No en mi boda!

— Perdon, perdoname. — suplico — Haz como si no te hubiera dicho nada.

— Pero lo hiciste.

— ¡Perdón!

Nos miramos con dolor, impotencia. Se acercó a mi derramando lágrimas.

— ¿Sabes cuál es lo peor? — la mire esperando con todo mi dolor — que ese maldito día te pregunté que era lo que te pasaba y no fuiste valiente en decirme toda esta mierda. — solte algunas lagrimas — Te di una oportunidad para poder tomar nuestras manos eh irnos — me sorprendi —  pensé que verme con el vestido te daría el valor sin embargo me equivoque.

Tome sus manos y me acerque a ella.

— Vamonos — aliento — entonces vámonos lejos de aquí, de todos.

— ¡No! — se soltó — no me pidas una cosa justo cuando es mi maldita boda.

— ¿Me amas? — el silencio invadió todo a nuestro alrededor — dime si me amas.

Tocaron la puerta alejándonos de nuestra discusión.

— Linda — escuchamos la voz de Scarlett — ya es hora, debemos irnos.

Nos miramos, con la mirada le suplicaba que no me deje y se quedará conmigo.

—Por favor... — murmure — no te cases..

— Te amo pero, es demasiado tarde y afuera hay un hombre maravilloso esperando por mi. — tomo la basta de su vestido — Si tan solo me hubieras dicho esto días antes todo fuera distinto — camino pasando por mi lado — no te obligare a qué me lleves al altar.

Sentí la puerta abrirse para luego ser cerrada, ya no tenía a mi mejor amiga mucho menos a la mujer que amo.

Lleve mis manos a mi rostro sollozando, gire para salir de este maldito lugar.