1.

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Otro día más, sin anormalidades, tan cotidiano como los demás y eso lo frustraba, lo cansaba de sobremanera.

Por alguna razón siempre tuvo la sensación de que aquella no era su vida, la vida que debió tener. Que se perdía cosas inimaginables, llenas de emoción, incomparables e insuperables, como alguna serie de ficción, nunca supo como expresarlo bien.

Y vivía con ello, esperando algo que no sabía si llegaría algún día.

Una vez más miró el cielo pensativo, el viento movia sus curiosos cabellos en punta pues se encontraba en el último piso de aquel gran edificio recostado sobre la barandilla.

-¿Qué voy a cenar esta noche? -preguntó a nadie en específico mientras le daba un sorbo a su bebida con gas.

Vestía un traje formal, pantalones y saco negro, sostenía su corbata entre sus manos, era su descanso y podía quitarselo por lo menos ahora.

-Te gusta mucho este sitio, ¿no es así, Goku? -una voz femenina habló con diversión llamando la atención de Goku.

-¿Huh? ¿Suling? ¿pero qué haces aquí? -preguntó el muchacho de pelos en puntas suspirando, en realidad no quería lidiar con esta hermosa mujer en estos momentos.

-Se te nota decepcionado de verme, ¿tanto me odias por lo que pasó? -preguntó la mujer mientras se acercaba al hombre.

Él la detallo de reojo, cabello corto castaño, obviamente había ido a la peluquería como siempre, un costoso vestido rojo que se pegaba a su formidable cuerpo, pechos no tan grandes, su fuerte estaban sus piernas y cadera bien formadas, o eso pensaba Goku.

Su rostro bien maquillado, con joyas en su cuello y orejas que simplemente rezaltaban sus ya bellas facciones.

-¿Odiarte? Nunca podría hacer tal cosa -respondió el hombre con rostro aburrido exaltando levemente a la chica que intentó fingir desinterés- Me divertí mucho a tu lado ese tiempo -terminó bebiendo su gaseosa.

-Yo también, es por eso que no entiendo... -ella intentó hablar con más seriedad ya parada a su lado.

-Si aún no entiendes simplemente me das la razón -habló el joven mirándola directo a sus ojos- Eres bella, inteligente, audaz. Sin dudas eres una increíble mujer -comenzó a decir logrando sonrojar a la mujer que desvío su mirada- Pero nunca sabes cuando detenerte -sonrió entonces con resignación.

-Lo hacía por nosotros -intentó justificar con tristeza.

-Lo hacias por ti, yo intenté detenerte tantas veces porque me preocupas y lo peor es que aún lo sigo haciendo -dijo el chico rascando su nuca- La verdad es que has llegado muy profundo en mi corazón -se burló de sí mismo.

El se paró frente a ella y posó su mano en su mejilla, Suling disfrutó aquel tacto cerrando sus ojos y colocando sus propias manos sobre las del chico.

-Siempre estaré allí para ti, mi linda neko-chan -murmuró el joven y fue suficiente para que los ojos de la mujer soltaran unas cuantas lágrimas con una triste expresión.

-Goku... -ella decía con tono triste.

Sin duda alguna ella aún amaba al azabache frente suyo y el hecho de que le dijera por ese apodo caló profundo en su ser, más cuando recordó la primera vez que le llamó así.

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"Neko-chan"

-¿Qué demonios significa eso? ¿es un insulto japonés o algo así? -preguntó la castaña apartando su mirada de su computadora para ver a Goku quien estaba parado a su lado mirándola sonriente.

The Beautiful World of GokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora