The Beautiful World of Goku

3.

La pobre Jung Soon sentía como la excitación nublaba levemente su juicio, no entendía o mejor dicho no quería aceptar el hecho de que quería corresponder el beso.

Quería unir sus labios a los de Goku.

Apuesto, amable, jovial, humilde y especialmente afectuoso, todo eso lo era Son Goku, todo lo que deseaba que fuera su novio.

Miró mucho tiempo su comportamiento con Suling y todas esas cualidades eran lo que siempre pudo ver. Internamente sintió envidia hacia su compañera de trabajo y por ello un de alivio la inundó cuando se enteró que su relación había terminado.

Curiosa era la gravedad, pensó Goku cuando su pectoral bajaba cada vez más al punto de que pudo sentir con facilidad los grandes pechos de la muchacha, su escote resaltaba ante la mirada azabache de Goku.

Era la primera vez que la detallaba de esa manera, era linda, no, la palabra correcta era hermosa, preciosa, pero sin dudas tierna.

Era una ternura de mujer, sus mejillas, sus labios carnosos, su cabello sedoso, sus grandes ojos azabaches que lo miraban de esa forma tímida no lo dejaban pensar correctamente.

¿Tan tonto era que nunca le había prestado atención hasta ahora?

-"Mi mira tan fijamente... ¿qué estará pensando?" -se preguntó la muchacha abrumada por sus sentimientos.

"Glup"

-Jung-Sook... -murmuró Goku, su cálido aliento estremeció a la azabache quien cerró sus ojos con fuerzas.

-¡¿Sí?! ¡¿Q...qué ocurre?! -preguntó con nervios apretando sus manos de forma inconsciente.

Podría salir fácilmente de esa situación, bastaba con voltearse levemente y ya, pero estaba ansiosa esperando a ver dónde llevaba este asunto.

-Eres muy bella -habló Goku esbozando una gran sonrisa que le transmitió cierta sensación de inocencia y honestidad.

Esas palabras y esa expresión dejaron anodadas a la chica, probablemente jamás olvidaría ese preciso momento. Ese instante donde su cuerpo tembló por tres meras palabras y una sonrisa.

El segundo donde Son Goku la había dejado sin aire en sus pulmones, pero a la vez llena de vida.

Su rostro estaba tan rojo que fácilmente se podía comprar con una manzana madura.

Una dulce y jugosa manzana si se lo preguntaban a Goku.

Repentinamente el hombre se puso de pie sin perder de vista en Jung Sook que seguía con la misma expresión atónita en su rostro.

-Ven, levantate -con amabilidad le extendió su mano causando que la muchacha por fin reaccione.

De forma timida sostuvo la mano de Goku que con suavidad y delicadeza ayudó a que se ponga de pie.

-¿Estás bien? ¿no te lastimaste verdad? -le preguntó curioso, pero ella ni siquiera era capaz de verlo.

Claro que lo notaba y por supuesto que sabía por qué razón estaba así por lo que suspiró.

-S... sí, no me lastimé... gracias a ti -respondió avergonzada jugando con sus manos.

Goku la analizó unos segundos y supo que debía hacer.

-Oye, lamento si dije algo que te ofendió pero... simplemente se me salió -mencionó rascando su nuca- Quizá mucha honestidad -agregó riendo con un pequeño rubor.

-¡N...no! ¡e.. está bien! -se apresuró en decir la azabache agitando sus manos.

Justo en ese momento aquel ascensor comenzó a moverse para alivio de ambos, más para Goku.