• Inesperado - KakuIza.

Pañal.

Cuando la bebé tomó la suficiente leche, dejo de succionar quedando profundamente dormida sobre el pecho de izana, agarrando con su pequeña manita fuertemente la camisa del moreno.
Kakucho se encargó de ponerla sobre su hombro para darle pequeñas palmaditas en su espalda, hasta que escuchó un tierno eructo salir de su boquita.

La acostó nuevamente en su cuna sin antes abrigarla bien por la baja temperatura que hacía, poniendo varios peluches de animalitos a su alrededor.

— Ahora yo tengo mucha hambre, kuchoo..

Izana se quejó aferrándose por detrás a el cuerpo del más alto.

— Vamos a la cocina, puedo prepárate lo que me ordenes.

— Quiero un katsudon.. y también onigiris.

— De acuerdo.

— Pero cárgame, no quiero bajar las escaleras.

El azabache obedeció alzando al moreno para salir junto con el de la habitación.
Al llegar a la cocina comenzó a preparar lo que le pidió, mientras izana solo veía la televisión ahora acostado sobre el gran sofá, comiendo tranquilamente una manzana..

. . .

Pasaron casi dos horas en las cuales pudieron descansar un rato más, hasta que la bebé empezó a llorar nuevamente.
Por suerte ya habían terminado de comer e incluso de lavar los platos que utilizaron.

— ¿Ahora por qué llora?

Kurokawa quito la vista de su celular, su cabeza estaba colocada sobre las piernas de su novio, quién leía un libró bebiendo un poco de té de limón.

— Es común que los bebés lloren todo el tiempo. — Dejo la taza sobré la mesa de madera que estaba al centró. — Tenemos que ir a verla.

— Bien..

Los dos se levantaron para ir a la habitación donde la bebé no paraba de llorar.
El primero en entrar fue izana, tomando a la pequeña con delicadeza para revisarla.

No sabía la razón por la cual se debía su llanto.. pero al momento de que un olor desagradable apareció, hizo una mueca de asco.

— Creo que se cago... e-eugh.

— Hay que cambiarle el pañal.

— Hazlo tu, yo no..

Dejó a la bebé en el cambiador, alejándose lentamente.
Kakucho solo frunció el ceño agarrándolo del brazo para acercarlo otra vez.

— Tienes que ayudarme, izana. — Dijo seriamente. — Cuando yo no esté en casa, alguien tendrá que cambiarla y ese serás tu.

— Pero.. ugh, ya qué.

Hitto comenzó a quitarle el mameluco, después el pañal sucio indicándole al moreno donde tenia que limpiarla con las toallitas húmedas que estaban al lado.
Izana empezó a limpiarla tratando de no vomitarse mientras lo hacía.
Cuando terminó tiro las toallas junto con el pañal al pequeño bote de basura que estaba al rincón.

Kakucho puso un poco de talco y después trató de colocarle bien el pañal limpió.. no recordaba cómo le enseñaron esa vez en el hospital.
Izana intentó igual colocárselo pero ninguno de los recordaba como era la forma correcta de ponerlo.

Estuvieron varios minutos intentando colocárselo, pero finalmente lograron (gracias a búsquedas de internet) ponerle el pañal a la perfección.

Al terminar hitto le puso de nuevo el mameluco.

— Eso es todo lo que tienes que hacer.. no es difí-

Dejo de hablar cuando sintió cómo el moreno le aventó un poco de talco directamente a su rostro intencionalmente.

— Ups, lo siento~

— ¿Ah si? — Kakucho también tomó un poco para aventárselo igual en la cara.

— ¡Oye!

Izana molestó comenzó a perseguirlo con la botella de talco en mano, aventándole un poco más hasta dejarle toda la ropa en blanco.

— ¡Detente! — Kakucho se cubrió la cara, tratando de quitarle el talco.

Jugaron por un largo rato así, quedando con toda la cara y el cuerpo llenos de aquel polvo.
Parecía como si se tratara de unos niños pequeños; recordando las veces en la que jugaban aventándose la nieve durante su infancia, trayendo buenos recuerdos.

Dejaron de perseguirse por toda la habitación cuando nuevamente el llanto de su pequeña se hizo presente, por todo el escándalo que hacían.

Día veinte.

Quise hacer un momento tierno y divertido pero creo que no me salió ajkaksjs.