011 | You do not love me?

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Si tuvieran que catalogar la alegría de Childe en un nivel, ni siquiera podría catalogarlo de lo feliz que se encontraba.
Al principio quizá era simple admiración, pero entre más salidas quedaba más encantado con el castaño, y ese día había sido la salida definitiva donde tenía en claro que sentía por el castaño.

Saco su teléfono y busco entre su lista de contactos, llamo a cierto número esperando a que contestara. Tardo un poco pero al final se escucho una suave voz adormilada del otro lado de la llamada.

—¿Qué?.- parece que lo había despertado.-

—¿Así me respondes? Que grosero.- las palabras de Childe eran simples burlas.-

—Son casi las putas once de la noche.-

—¿Y eso qué? Siempre te duermes tarde.-

—¡Pero hoy podía dormir temprano! ¿Qué es lo que quieres? Rápido, quiero dormir de nuevo.-

—Estoy afuera de tu casa, ábreme.-

—Hijo de...-

Acabo colgando para no escuchar sus quejas. No pudo después un moreno abrió la puerta de su casa, ese chico que siempre lucia espectacular para todos ahora era una porquería, sus cabellos azules estaban enredados, sus ojos mostraban cansancio y portaba la pijama de conejitos que le había regalado su preciada madre en navidad, además de que no portaba tu típico parche en el ojo.
Childe era una de las pocas personas con las que Kaeya se sentía en la libertad de no usar aquel parche, puesto que, para ser un muchacho tan atractivo, su mayor inseguridad era la heterocrimia que portaba, un ojo siendo azulado y el otro que tapaba tenía un color dorado. Childe recuerda haberlo ayudado con eso miles de veces, ahora es donde usaría esa excusa para que Kaeya lo ayudará a conquistar a Zhongli.

Childe estacionó su motocicleta y bajo de esta, no mucho después ya se encontraban ambos en la habitación de Kaeya.

—¿Ahora vas a decirme que pasa?.- pregunto el moreno.-

—Ocupo tu gran ayuda, Kaeya Alberich... Ragnvindr.- dudo un poco en decir esto último pues Kaeya a pesar de ser un Ragnvindr, no usaba ese apellido como tal.-

—Debe ser importante para que me llames por Ragnvindr y decidas visitarme tan tarde, ¿qué puede hacer el gran Kaeya por ti?.- pregunto de forma orgullosa.-

—Me bese con el señor Zhongli.- todo quedó quedó silencio.-

—¡¿Qué!?.-

—¡Guarda silencio!.- se escucharon dos voces extra, seguro de su hermanastro y de su madre adoptiva.-

—Me bese con el señor Zhongli.- el moreno quedó unos momento estático.-

—¿Sabes qué? Tienes que contarme todo si falta, rápido.-

Y así empezó el relato de cómo Childe acabo por besar a su profesor al que veía todos los días no solo por sus clases sino también por las clases extra que tenía todos los días sin falta.

—Wow... no esperaba menos de ti.-

—¿Y ahora que hago?.- el jengibre parecía preocupado por eso.-

—¿Cómo qué que vas a hacer? Lo dices como si nunca hubieras tenido una relación. Simplemente vas, le dices que te gusta, se hacen novios y listo, felices por siempre.-

—¿Tienes en cuanta que es un señor viudo con 2 hijos, 7 años mayor que yo y más a parte nuestro profesor?.-

—Pues... no lo tenía en mente hasta ahora, pero da igual, ¿qué es lo peor que puede pasar?.-

—Mm veamos... lo pueden expulsar de la escuela por tener una relación con un estudiante, sus dos hijos podrían asesinarme si se enteran que soy su pareja.- el moreno lo interrumpió aclarando su garganta.-

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