III

1.1K 87 19
                                    

Hay algunas cosas que no podemos cambiar, el dolor y sufrimiento es parte de nuestra vida diaria, al igual que nuestro egoísmo, orgullo, ira, felicidad y tristeza. Todos somos diferentes, nadie igual, ¿Quien eres tu?

.
.
.

Katsuki, desde pequeño fue primer hijo de masaru bakugou el actual rey de aquel mundo, no solo eso, era el iniciador de la nueva dinastía que apenas estaba siendo creada, el quería una vida privada sin nadie. Pero sabía que algún momento iba a morir, ¿Quien se encargaría de todo lo que construyó? Sus pensamientos fueron casi deseos, entre un ataque una valiente mujer que de un flechazo su corazón latió con desesperación, era valiente y fuerte, a su mano una espada quien se defendía de aquellos malos quien trataban de llevarla consigo, cosa que fue sumamente imposible debido que masaru y sus guardias enseguida ayudaron, dejando a ella libre con su pequeño pueblo. Muchos dirán, así comienza una historia de amor tan linda, pero fue todo lo contrario pues mitsuki era difícil de manejar, en muchos sentidos.

Masaru tardó al rededor de casi cinco años en enamorarla, y su inicio de su relación comenzó con una flor regalada por masaru, un tulipán rojo dónde declaraba su amor, ahora nuevo símbolo de la dinastía de aquel reino, enseguida su llama y pasión hicieron traer a sus hijos, por ley, claro que katsuki tuvo otros hermanos quienes no llegaron a ser la mitad de él, su padre sabía que eso traería consecuencias al querer tomar el trono así que katsuki, único heredero y favorito al trono tomó la vida de sus hermanos para evitar una disputa cuando su padre muriera, masaru murió dejando su reino a manos de su valiente hijo, quien no fue más nombrado que el rey, el magnífico, el conquistador que trajo varias victorias en honra a su nombre, supo que mitsuki estaría en buenas manos, así muriendo en paz.

Ahora le tocaba a katsuki seguir con la tradición, a lo que él había puesto sus ojos sobre aquella dama, una Omega con un carácter algo bipolar. Claro que era linda, atractiva, poco ruda, demasiado consentida al ser hija de papi y mami, claro que se ganó con esfuerzo a la señora mitsuki quien la apreciaba mucho, eso trayendo fruto de solo una noche de pasión a su hijo. Hiroki su primer hijo. Apartir de ahí, estaba prohibido tener otro hijo con la misma concubina debido a tradiciones, pero Katsuki no le importaba eso, pero, aquella ahora quería privarlo de todo, de sus actividades, lloraba cuando algo se le negaba, pedía las cosas más caras y monedas de oro, incluso llegó a engañar a katsuki con un sirviente cosa que se rumoraba, katsuki quería matarla pero al ser la favorita de su madre, simplemente dejó de poner sus ojos en ella y seguir con su mandato.

Hoy es su cumpleaños y lo menos que quiere es pasar peleando con aquella omega, pero ahora a sus ojos estaba alguien más, no podía sacar de su mente al pecoso esmeralda quien lo había retado tan fácilmente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy es su cumpleaños y lo menos que quiere es pasar peleando con aquella omega, pero ahora a sus ojos estaba alguien más, no podía sacar de su mente al pecoso esmeralda quien lo había retado tan fácilmente. Aroma exquisito que le hizo mover sus orejas, sin evitar ese tan dulce tono de cabello y sus pecas como gotas de chocolate caídas en sus mejillas, pedazos de estrella lo mencionó en su mente.

— Kirishima. -el cenizo mencionó mientras se acomodaba en su trono, mirando la celebración mientras cantaban y bailaban, su fiel amigo quien estaba a su lado enseguida se acercó dándole una reverencia.

— A sus órdenes majestad.

— Quiero.. más bien, te ordeno a traer cada joya/diamante verde del tesoro imperial. -hizo un movimiento con sus manos dando la orden, aquel algo confundido asintio su cabeza para después acatar sus órdenes e irse de aquel lugar. Si bien, katsuki también tenía corazón, emociones y sentimientos, apenas había conocido a ese chico y su corazón latía por verlo de nuevo, ¿Que cosas le gustaran a ese pecoso? Un bello detalle antes de iniciar su cortejo sería de gran ayuda. ¿Un anillo o collar? Sus pensamientos se basaban a eso, algo que tenía nuestro cenizo es que le gustaba ser detallista y muy exigente al momento de iniciar la clavada de su interés hacia alguien, ese alguien motivo de sus pensamientos era Izuku Midoriya, nueva debilidad.— Esto.. es una mierda muy interesante..

Por otro lado se encontraba el pecoso quien estaba sentado en aquella cama, frente suyo tenía a aizawa dándole clases de modales para la noche, ya estaba vestido; bonito traje blanco que le hacía sentirse cómodo, en su cabello verde risado algunas joyas y una tiara de oro con diamantes a forma de pequeñas hojas, zapatos a su talla, muy cómodos. También frente suyo una bandeja de plata llena de comida debido que aquel había dicho que traía su sed y apetito.

— "Muy bien, míralo a los ojos.. no hay nada más romántico y sensual que una mirada encantadora y seductora a los ojos de un alfa, no tengas miedo y acércate firme. -aizawa nuestro maestro del encanto.— No le des órdenes, se amable y gentil. Trata de satisfacerlo no solamente con tu cuerpo, que sean a base de palabras y toques sutiles como una tomada de mano o un masaje en los hombros. -aquel pecoso escuchaba con claridad.— Tampoco seas muy atrevido, habrá momentos para eso. No elijas el más apretado o el más flojo, aprende a escuchar y consolar. Con paso a tiempo, todo se dará. ¿Entiendes?

— Entiendo. -asintio el pecoso.

— "Bien, ahora.. -comenzó a enseñarle los modales, cómo saludar y despedirse sin darle la espalda, aizawa estaba más que contento de que ese chico fuera sumamente inteligente. Claro cosa que este había estado logrando con un día, aquella castaña le costó tres semanas, estaban avanzando rápido. Le enseñaba muchas cosas y otras muy importantes, los días dónde eran llamados para visitarlos y el famoso pañuelo violeta, significa la entrada del paraíso. — Además estarás recibiendo clases con los demás, esta será tu habitación ahora en adelante.

Ya eran casi las siete de la noche, se escuchaba el carruaje pararse frente al castillo mientras la madre mitsuki estaba en la sala principal tomando el té con su nuera camie, mina, su sirviente shoto y ahora llegada de Aizawa esperando ya las órdenes de quién quería hoy en su habitación para pasar el rato. Primero en entrar fue kirishima con algunos cofres que estaban llenos del pedido del cenizo, después de eso entró aquel con una sonrisa para saludarlos, dando a decir que si día fue genial.

— Aizawa, ¿Mis aposentos están listos? Quiero un baño. -el rubio pasó sus manos por el cabello de su pequeño Hiroki.-

— "Si majestad, enseguida le llevamos su cosas.. -aquel asintio y enseguida caminó hacia la otra habitación, claro que paró en seco antes de pasar mirando a todos los que estaban ahí, menos a uno, ese pecoso.— ¿Desea algo más?

Camie ya estaba casi arreglando sus cosas para ir con el cenizo, dejando a su pequeño en brazos de su abuela cuando el rubí giró su rostro hacia el pelinegro y el bicolor.

— Lleva a ese chico a mis aposentos, lo quiero ver cuando salga de asearme. -con eso recibió un "cómo ordene, majestad" por parte de ambos quienes se miraron con una sonrisa, para después despedirse de aquellas dos y abandonar la sala.

.
.
.

Eso sería todo, juju💕

Mi Ruiseño | KATSUDEKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora