11

243 9 0
                                    

SOFÍA

El timbre de la casa sonó, dejé de jugar con Jesús en la sala y me levanté.

- ¿Quién es... - miré a Don Edgardo ahí parado al abrir.

- Wao tanto tiempo - sonrió mirándome, mi corazón se aceleró porque un millón de cosas pasaron por mi mente en un minuto, miedo, alegría de verlo después de mucho tiempo, intriga de saber ¿Qué estará haciendo aquí? y se que si está aquí es por algo que está pasando y este es el momento de ser respondidas todas mis dudas hasta ahora - ¿Un abrazo? - extendió sus brazos.

Sonreí y lo abrace fuerte.

- Que bueno que está bien Don Edgardo ¡No puede ser! - me separé y el río mientras lo miraba por si no sea otra de mis pesadillas.

- Si, lo estoy. Tranquila, te veo nerviosa.

- No y como no estarlo.

- No chica, tú tranquila.

- ¿Y como usted llegó hasta acá? ¿Cómo supo que estaba aquí?

- Las vacaciones por Tucacas estuvieron muy divertidas, ví las fotos por tu Instagram.

- Ahhh - asentí.

- Soy un viejo pero no tanto, tengo que estar en tono con ustedes los jóvenes.

Reí.

- Que pena con usted por no hacerlo asar antes, venga pasé - me hice a un lado.

- Permiso - dijo al entrar y cerré la puerta - Lindo apartamento - dijo mirando el lugar.

- Solo por unos días nada más.

- ¿No te quedarás? - detuvo su paso para mirarme fijamente.

- No, aún no está en mis planes volver.

- Si, entiendo es comprensible. Pero sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

- Don Edgardo creo que ya he estado bajo su cuidado por mucho tiempo y no me mal entienda porque es un buen niñero - reímos - Pero ahora quiero ser yo que cuide de mi y mis bebés.

- ¡Felicidades!

- Gracias.

- Espero que no haya problema con Myke porque se las verá conmigo.

- Recemos.

- ¿No me digas que ese es el nene que está en tú barriga?

Miré a Jesús que estaba mirándonos desde el sillón de la sala.

- Si, él es Jesús. Ven mi amor - lo llamé y vino corriendo a mí abrazando mi pierna y mirando a Don Edgardo con pena - Mira el es un hijo amigo de la familia - no sabía ni como presentárselo - Se llama Don Edgardo.

- Hola, pequeño un gusto - estiró su mano y Jesús la miró dudando entre si chocarlas con él o no, me miró y yo acaricié su espalda animándolo que lo hiciera y las chocó - ¡Uy que fuerte! - sacudió su mano y Jesús sonrió - ¿Tú cómo que haces ejercicio?

- No - negó ríendo.

- Yo creo que sí. Ten te traje algo - le tendió una bolsa de regalo color azul rey - Espero que te guste.

- Ay Don no tenía que hacerlo, que pena con usted.

- ¿Dónde quedó la confianza? Sofía tranquila es solo un presente, también traje uno para tí - me entrego otra bolsa idéntica pero en color rosa.

- Déjeme decirle que...

- Eh, no digas nada más. No nos venimos conociendo desde ahora, solo acepta el regalo ¿Si?

Vicio 2 .Lyanno & Myke Towers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora