Prologo:
En mi primera vida algo sucedió, algo que me otorgó el don de renacer a voluntad, una promesa hecha a cambio de protección, forjada en una lámina de plomo unió mi alma y energía a la voluntad de Hades, dios del inframundo, así fue como se me permitió cada cierto tiempo siempre a principios del invierno abandonar los campos Elíseos, para hacerme de un cuerpo y así volver a morar en el mundo de los vivos, siempre perdiendo parte de mi esencia en esta nueva vida a cambio siempre de la protección de mi buen señor, quien había ganado su mala fama debido a que su vasto reino, encerraba y castigaba a la maldad humana, pero también brindaba paz y descanso a quienes habían obrado correctamente en sus vidas.
Si bien la confusión es comprensible si hay algo que el humano aún no es capaz de entender es que Hades y el dios de la muerte no son la misma entidad, Hades es el gobernante de su reino, más no es quien libera el alma de su cuerpo terrenal, ese trabajo pertenece a Tánatos, y así como la muerte puede ser violenta y dolorosa, en este nueva vida que e tomado para mi, he aprendido que también la muerte puede ser amable, una buena amiga quien te recibe en un momento de agotamiento y profundo dolor.
Mi segunda vida fue caótica, mi cabello rojo y los conocimientos que aún conservaba de la biblioteca de alejandría les provocó pavor a estos hombres y mujeres, aterrados por su nuevo dios, uno que describen como un ser omnipresente y omnipotente, que juzga como un padre, pero es capáz de horribles crímenes en masa, cuando la humanidad parece alejarse de su percepción de la rectitud, estos conocimientos y mi insistencia en salvar las vidas humanas que pudiera me hicieron merecedora de un título que era también mal visto en mi primera vida, “bruja”, fui traicionada por mi propia familia, quemada viva, mientras el fuego ardía a mis pies provocando el dolor más horrible que jamás había sentido y con el que aún hoy en día tengo pesadillas, mi señor junto a Tanatos vinieron a salvarme, tomando mi alma tempranamente antes de que el dolor transformarse mi energía en un rencor tan profundo que causaría que fuera enviada al tartaro en lugar de los campos Elíseos, donde me cobijará bajo la sombra de aquel sauce blanco hasta que mi señor nuevamente decidiera que estaba lista para tomar una tercera vida.
Mi tercera vida fue corta, nací en medio oriente, fui obligada a servir a mi padre y hermano mayor, mi madre y mis hermanas al igual que yo fuimos sometidas a sus voluntades sin poder hablar frente a otros hombres. Al nacer mis hermanas menores mi padre tomó la de venderme a cambio de comida, seda, perfumes y algunas cabezas de ganado, a un hombre de su edad, yo…yo tenía ocho años, morí nuevamente después de ser vejada brutalmente en mi luna de miel, hasta antes de eso, pensaba que el fuego había sido la forma más dolorosa de morir, pero cuando mi pequeño cuerpo inerte estaba comenzando a enfriarse en aquel colchón de plumas…entendí que había peores formas de morir. Esta vez mi señor no vino por mi, solo envió a Tánatos y a Hermes, ambos me notificaron que no podría volver a verlo que la Diosa del inframundo Persefone no estaba feliz con los favores que mi señor tenía para conmigo, por lo que de ahora en adelante, se me permitiría solo estar en los campos elíseos en el invierno, siempre bajo la vigilante mirada de la esposa de mi señor. fue así como permanecí al menos doscientos años sin sentir deseos de volver al mundo humano, sin desear formar parte de él, hasta que me encontré con Orfeo y su amada, les conté mis desdichas y el dolor que el mundo de los vivos me había otorgado solo por desear vivir libremente, debatimos sobre la oscuridad en los corazones humanos, Orfeo me dijo que su padre Morfeo, dios de los sueños, el dador de formas, siempre decía que los humanos soñaban con la luz y el balance que aquellos pocos que eran verdaderamente oscuros no habían aprendido su lección con las pesadillas y finalmente, terminarían en el infierno o en el tartaro, padeciendo mil veces el dolor y temor que había infligido, por toda la eternidad.
Aquellas palabras me brindaron cierto alivio, si bien es cierto jamás fui capaz de soñar con libertad mientras estaba viva, ahora deseaba hacerlo, tal vez, la vida humana se en gran parte por sueños y esperanzas, cosas intangibles que empujan al ser humano a mejorar. La primavera volvió y por primera vez en muchos siglos pude ver nuevamente a mi señor- Mi dulce muchacha, a pasado mucho tiempo- Su suave y apacible voz, tan profunda como las entrañas de la tierra y tan antigua como la existencia humana me conmovió de inmediato, me apresuré y abandoné el cobijo de aquel sauce para ir frente a mi señor, quien me miró, una tristeza tan grande que como humana jamás sería capaz de describir- Ya no puedo mantenerte aquí, ya no podrás regresar, la reina del inframundo, mi esposa, mi amada Persefone a demandado que seas expulsada de nuestros dominios, pues eres tú la esencia de un antigüo amor y esto estaba haciendo infeliz a su esposa, yo no recordaba nada de mi primera vida, por lo que solo pude llorar, al morir en mi segunda vida había sido juzgada como bruja por el dios cristiano y sus sacerdotes, eso me dejaba un solo lugar al cual regresar al momento de morir otra vez…el infierno.
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Bitterswett Dearms
FanfictionLuego de un largo viaje tu alma encuentra por fin una vida a la cual sacarle provecho...pero una pandemia te obligará a dormir por un largo tiempo ¿Serás bienvenida en el reino de Morfeo?