Capítulo veinte.
perspectiva de Argentina.
Una melodía se hizo presente en mi memoria, era dulce, delicada, te transmitía cierta melancolía y dolor. No logró recordar muy bien cómo era la letra, pero decía algo así como "mi piel súplica el roce de tus manos, aunque sea por última vez..." la canción hablaba de soltar a la persona que amas, aunque te aferras a la idea que todo vuelva a ser como antes, tienes la esperanza de volver a ser feliz, aunque de antemano sabes que se despedirá para nunca más volver. suena ilógico, pero mientras veía como mi casa la consumían las llamas se me vino el recuerdo de aquella melodía, fue raro. Mire a Perú quien se encontraba a mi lado, su mirada era distante y llena de dolor y temor, sus manos temblaban, parecía sumergido en su mundo. Sinceramente, no me afectó ver a mi casa prendida fuego, eso era lo de menos, en el fondo está feliz de que aquel lugar donde viví un infierno se estuviera consumiendo bajo las llamas, fue como quitarme un peso de encima, me dolió ver a Perú de aquella forma, por primera vez dude de él... vivimos juntos 4 meses y nunca mencionó a su hijo, ¿Cómo puede ser aquello?, conocí un lado de Perú totalmente diferente, era como si se tratará de otra persona la cual mencionaba estados unidos, aquel Perú no era mi Perú, me sentí engañado y confundido, me di cuenta que ciertamente aquel Perú a quien yo amaba y adoraba era sólo una idealización que yo había construido con el tiempo, yo era el tonto por haberle abierto las puertas de mi vida a un extraño que hablaba conocido en poco tiempo, y con sus encantos me había hechizado, me sentí patético...
Nunca le había mencionado de mi familia a alguien, sólo lo hice con Perú, y por un instante me sentí arrepentido de haberlo hecho, ¿Qué me está pasando?, siempre fui seguro con lo que siento, pero por primera vez estoy dudando... todo es falso... lo nuestro es falso... el es falso... estos 4 meses son falsos... mis sentimientos son falsos... yo soy falso... todo es falso...
Sentí como si me hubiese tomado el pelo, como si me hubiese visto la cara de pelotudo, yo nunca había estado así, tan enamorado, tan ilusionado, ¿Cómo puedo evitar que mi corazón se fracture en mil pedazos?
En este tiempo había sentido que podía recurrir a Perú para sentirme seguro, ahora no tenía a quién acudir, estaba sólo.
Dios mío, soy tan patético.
―argentina...¿Qué vamos a hacer?― preguntó Perú con su dulce voz.
Cuando vi sus ojos me volví a enamorar de ellos, allí lo comprendí, aquel Perú que mencionó estados unidos era el mismo Perú que yo me enamoré, no podía dejarlo, estaba perdido, no había marcha atrás, sabia que si el se iba podrían pasar mil años y yo lo seguiría esperando, creo que eso es lo que realmente me enojo, porque conocí un lado de Perú que no es tan dulce como el lo era, y no importaba si Perú en su pasado hubiese hecho algo horrible, yo lo seguiría amando. dios mío, soy tan patético
―quédate tranquilo, ya veo que vamos a hacer, pero algo es seguro, todo va a estar bien― le dije.
me di cuenta en ese instante que, yo quería sentirme seguro al lado de Perú, pero también tenía el impulso de cuidarlo, él era mi bebé y yo era su bebé. Se que suena raro, pero así lo sentí en ese momento, era el fin del mundo y sólo nos teníamos a nosotros mismos, y con eso me bastaba.
Más tarde, a eso de las 7 de la tarde, bajé al pueblo para ir al teléfono público, y llamé a quien yo podía acudir, a París. Era la primera vez que le pedía un favor.
―¿Hola?, ¿Paris?, si, soy yo, argentina... he, ¿te puedo pedir un favor?
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Perú, el país más hermoso (Argentina x Perú)
RomanceNada más hermoso que verte desnudo caminando con el pelo revuelto por el cuarto, o verte que yaces intacto como un ser sagrado en el lecho donde sueñas con calidez y en donde también compartimos con pación y erotismo. Nada mas bello que tu, mi queri...