Capítulo I: ведьма

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I: BRUJA

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Tipo de narrador: Tercera persona

Tiro furiosa de los tubos de ensayo que tenía enfrente para luego llevar sus dedos a su frente frustrada de no encontrar nada de lo que buscaba en esa sangre que había pasado toda la mañana haciendo diferentes exámenes médicos, pero nada fuera de lo normal más que un nivel bajo de anemia y alergia al fenobarbital

Fue hacia uno de los rincones encendiendo las cámaras de seguridad de la habitación donde tenía a esos seis niños encerrados, su atención estaba en la más pequeña del grupo, una niña de catorce años, Twelve

Pasaba una y otra vez sus dedos por su mentón mientras esperaba que hiciera o dijera algo que pudiera servirle, llevaba cinco días ahí y no había hecho nada para liberarse, ni siquiera cuando la llevaron a las pruebas con uno de sus colegas donde le sacaron muestras de sangre que ella aun no encontraba nada. Era una decepción, había leído y analizado muchas veces su historial, que era para que se liberará en menos de dos minutos, el dispositivo que tenía en el cuello que se supone que la detendría de usar sus poderes, era el único que estaba desactivado ya que la pelirroja así lo ordenó, si usaba sus poderes no pasaría nada

Quería verla usar sus poderes, quería saber si era cierta la teoría que tenía en la cabeza. Si esta niña podría alterar la realidad, ella quería eso, quería replicarlo, pero lo único que la niña hacía era recargar la espalda contra la pared mientras movía las piernas jugando con la cadena de uno de sus tobillos. Eso hizo que la rabia de la pelirroja creciera más, el tiempo se le acababa, y si no lograba un avance, a ella también la matarían por no hacer nada y solo perder el tiempo con esa niña que en las madrugadas tarareaba canciones de bandas británicas

Ved'ma— murmuró la pelirroja en un perfecto ruso, <<bruja>>, eso era lo que era esa niña

No podía negar que desde que vio llegar a esos seis niños por las cámaras de seguridad, se quedaba observándolos más tiempo de los que debería. Los recordaba, y odiaba hacerlo, sobre todo a los dos más pequeñas, que lo mismo que tenían de jóvenes lo tienen de letales

Incluso sintió algo extraño en la boca del estómago cuando vio como la rubia más pequeña se presentaba ante los demás con ese nombre... el nombre que ella le puso cuando la tuvieron encerrada en el laboratorio de Hawkins.

Sin embargo sus sentimientos se volvieron a endurecer cuando recordó la verdadera razón por la que había hecho esto. Quería lo que esos seis tenían, pero ella no. Nunca diría eso en voz alta, pero les llegaba a tener envidia, porque esos mocosos si habían nacido de las mujeres que entraron en el Mk-ultra, mientras que ella solo fue un hueco para llenar un asiento vacío en el laboratorio, un simple bulto que su padre vendió para tener dinero para licor. Tuvo que buscar maneras de destacar con lo poco que podía, pero comparada con ellos, era ordinaria, a pesar de ser el número seis

—¿Tienes algún avance, koroleva? — un hombre que le llevaba varios años de edad entró a su oficina, acarició el cabello rojo de la chica, pero ella solo se quedó en silencio, <<reina>> él le decía así ya que ante sus ojos, era eso

—No— se limitó a responder

Ya se esperaba cuando aquel hombre rubio se acercó a ella tomándole el cuello con tanta fuerza que la hizo hacer una mueca, él nunca fue delicado con ella ni cuando era una niña, le gustaba imponer control sobre ella

𝐊𝐎𝐑𝐎𝐋𝐄𝐕𝐀¦ Stranger Things¦ [Steve Harrington] ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora