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ㅤㅤㅤGwendolyn no recordaba pasar tanto frío en su vida. Se acercaba Navidad, por ende todo Hogwarts estaba cubierta de nieve y las chimeneas de las salas comunes y el Gran Comedor estaban constantemente encendidas. Pero los pasillos estaban helados y ni hablar de la clase de pociones en las Mazmorras, se había vuelto una clase algo detestable para la castaña dado el extremo frío que hacía ahí.
Hermione también parecía no llevar bien el frío, pero Harry y Ron no tenían grandes problemas, incluso al último no le parecía molestar en lo absoluto. Gwen debía decir que envidiaba su inmunidad al frío, más cuando lo demostraba.
Una vez estaban ella y Ron esperando en uno de los jardines cubiertos de nieve a Hermione para ir a ver Harry en uno de sus últimos entrenamientos antes de las vacaciones, un poco contra la voluntad de Gwen. La nieve era bonita pero muy fría.
—¡Hey, niña callada!
Antes que se pueda girar, una bola de nieve golpeó su nuca, haciéndola gritar y encogerse de frío. Sintió la nieve fría colarse entre su bufanda y un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Escuchó risas escandalosas a su espalda.
Ron bufó.
—¡Fred, ve a molestar alguien más!
Gwen se giró y vio a los gemelos Weasley.
—Ya, ya. No te enojes, Ronnie —dijo aún riendo y se acercó con George. —Lo siento, niña callada. Es que te ves divertida así encogida y jorobada como una anciana.
Fred, o eso supuso la castaña, le pellizcó su roja nariz con los dedos enguantados. Gwen solo rio mientras Ron miraba mal a su hermano mayor, que a veces no parecía ser mayor que él.
—Su nombre es Gwendolyn.
—Sabemos su nombre, Ron —le dijo George y le revolvió el cabello.
Ronald se quejó y le dio un golpe en la mano a George.
—Entonces llámenla por su nombre.
—No sé por qué te juntas con él, Gwen. Claramente nosotros somos los pelirrojos divertidos —Fred le guiñó un ojo a la niña.
Gwen ocultó su boca levantando la bufanda para camuflar su risa. Ron se estaba poniendo tan rojo como su cabello de rabia.
—¿Pueden ir a molestar a alguien más? Molesten a... —vio que el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras salía al jardín. —Molesten a el profesor Quirrell —señaló al mencionado.
La castaña también miró y vio que detrás del profesor salía la señora Hawthorn.
