Bucky Barnes OneShots e Imaginas

Control de emociones (Stucky x hija)

Prólogo: Hydra te secuestra y cuando tus padres te encuentran, se te hace difícil el poder acercarte a ellos nuevamente.

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Word count: 620
Advertencia: Menciones de tortura.

Bucky y Steve estaban hechos pedazos. Habías desaparecido cuando tenías doce, y te encontraron un año después cuando ya tenías trece años. Hydra te llevó y te torturaron, te borraron la memoria y para cuando al fin te hayaron, estabas desmayada en el suelo.

T'challa les ofreció llevarte a Wakanda para que los doctores te revisaran, pero aún así, no despertaste en tres meses. Y cuando por fin lo hiciste, no recordabas quiénes eran.

Bucky intentó abrazarte, pero te alejaste de él, aún asustada con todo lo que estaba sucedediendo.

Ambos, Steve y Bucky intentaron acercarse a ti durante el tiempo en el que estuviste en Wakanda, pero nada parecía funcionar. Y cuando llegaron a la Torre, te habías vuelto muy cercana a todos, menos a ellos dos que los tratabas con frialdad.

Realmente no sabían qué hacer, y les partía el corazón ver que no confiabas en ellos. Pero aún así te daban tu espacio para no agobiarte y darte tiempo para que recuperaras la confianza y cariño por ellos.

Te llevaron de vuelta a vivir a la casa que tenían, y adoptaron a una pequeña gatita que la llamaron Alpine. La terapeuta que estabas viendo les recomendó a tus padres adoptar un animal para que te hiciera compañía. Así que te llevaron al refugio de animales más cercano, y apenas viste a aquella gatita blanca, pequeña, indefensa y de ojos azules brillantes, te encariñaste inmediatamente con ella, y ella contigo.

De verdad querías volver a acercarte a ellos, a tus padres, pero no sabías cómo. Wanda te había ayudado mucho a reparar tus memorias, pero no sabías muy bien cómo manejar tus emociones ni mucho menos expresarlas. Así que ella y Pietro te recomendaron que podrías hacer algo por ellos, y Peter te sugirió que tal vez podrías iniciar con algo pequeño. Como por ejemplo, prepararles el desayuno.

Te levantaste muy temprano por la mañana y bajaste las escaleras de la casa con mucha cautela con cuidado de no despertar a ninguno de los dos super soldados que dormían en su habitación.

Llevaste a Alpine contigo y te pusiste manos a la obra para preparar su desayuno favorito, no sin antes haber alimentado a tu magnífica ayudante felina.

Les hiciste unos panqueques con huevo revuelto, tocino y unas frutas en otro plato para que pudieran compartir. Por último, preparaste una taza de café para Steve, y una de chocolate caliente para Bucky.

Justo cuando estabas terminando de acomodar las cosas en la mesa, los dos soldados entraron a la sala donde estaba puesta la mesa.

–¿T/N qué haces despierta tan temprano?–Te preguntó Steve.

–B-bueno es que... y-yo... q-quería hacer algo por ustedes y les preparé desayuno...–Bajaste la cabeza avergonzada, jugando nerviosa con tus manos.–Realmente quiero acercarme a ustedes, es solo que no sé cómo hacerlo. No sé cómo volver a ser su hija otra vez.–

Bucky fue el primero en acercarse a ti, y te dio un abrazo fuerte, mientras dejaba besos en tú cabeza.

–Siempre vas a ser nuestra hija, muñeca. No importa dónde estés, ni lo que pase. Nada va a cambiar eso.–Tomó tu rostro con ambas manos y limpió las lágrimas que habían en tus mejillas, para luego dejar un beso en tu frente.

–No te imaginas lo mucho que te amamos, princesa.–Steve se les acercó y los abrazó a ambos, dejando un beso en tu cabeza.–Nos hace muy feliz que estés de vuelta.

–Los quiero mucho...–Sollozaste ligeramente, abrazándolos con fuerza a los dos mientras llorabas.