Capítulo 19

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Narra Miranda

Últimamente no me sentía tranquila, sentía que algo dentro mio no estaba bien. Y si, era el rencor que guardaba que no me dejaba avanzar, que hacia que compare mi torturante vida con la de las demás que aparentaban que llevaban una mejor; el rencor no me estaba dejando disfrutar de mi nueva familia, de mi papá, de mis primas. Sentía que todo lo que los demás hacian, era para destruirme cuando yo no era el centro del mundo o quizá lo hacian para ayudarme pero yo no lo podía ver de esa forma. 

_¿Podemos hablar?-Patricio se encontraba armando un bolso.

_Miranda, de verdad que no quise ofenderte con la propuesta que hice y me di cuenta que tenes razón, que no tengo que invadirte y es por eso que me vuelvo a la casa de Guido. Lo que si, lamento informarte que todo el tiempo voy a estar encima tuyo para asegurarme que estés bien, que comes y que tenes todo lo necesario para vivir, porque sos mi hija y quiero lo mejor para vos. 

_Pa, necesito ayuda.-Confesé.-Siento una presión en mi pecho que no me deja ni respirar.-Mi voz comenzó a quebrarse.-Siento mucho rencor por mi pasado y no quiero sentirme así, no quiero lastimarte, perderte o perder la familia que encontré, que es la que tanto soñé. Porque si, sé que aparento ser fuerte, fría, forra pero por dentro me siento vacia, quiero sentirme querida, saber lo que es tener una familia normal como la que todo el mundo tiene. Pero todo el tiempo la estoy cagando y ya no quiero ser así.-Lloré y él sólo atinó a abrazarme.-No quiero que te vayas, quiero que seas mi papá, ser tu hija y que no me dejes. 

_Tranquila, no te voy a dejar. Te prometo que vamos a buscar ayuda profesional para que puedas afrontar esos traumas y puedas sanar las heridas de tu alma. Quiero que sepas que vos sos mi mayor amor, mi prioridad, mi todo. Y jamás voy a dejar que te caigas, no estas sola.-Yo lloré y me aferré más a él

Patricio era la persona que en tan poco tiempo se había ganado mi corazón, no sé si era por el hecho de que nunca tuve una figura paterna o porque de verdad lo sentía como tal, pero siempre sus palabras de aliento hacian que me calmara, me tenia paciencia hasta cuando ni yo me bancaba y más allá de los maltratos que recibía de mi parte, jamás se alejó de mi. A veces hasta sentía que no me merecía todo su amor, pero por otro lado yo sabia que realmente lo quería, pero mi orgullo y mi rencor no me dejaba demostrarlo.

Una vez que me calmé, fui a darme una ducha en lo que él me preparaba la cena ya que se habia hecho de noche y mi panza pedía a gritos comida. Mientras me bañaba pensaba en Bianca,en lo mal que siempre la traté y en las disculpas que debía darle. 

Siempre culpé a Bianca por ser "Cheta", por haber vivido una vida llena de lujos, viajes y con una educación de primer nivel, cuando en realidad ella no tuvo la culpa de tener esa vida, y mucho menos era responsable de la vida miserable que yo viví. Pero esas comparaciones ridículas que se daban en mi mente no me hacia ver con claridad las cosas. Bianca tenia razón, yo no era la persona más sufrida del mundo, había gente peor. Pero este era mi dolor, el que no me dejaba respirar ni mucho menos disfrutar de mi vida, de mi familia. Y era agotador estar así, vivir con ese vacío en el pecho, con bronca, con ganas de llorar todo el tiempo preguntando al cielo porque mierda me tocó vivir esta vida de mendigar amor y hasta comida desde chica. Necesitaba y quería sanar esa herida cuanto antes para poder sentir que realmente soy la persona que quiero ser y viviendo la vida que siempre quise vivir. 

_Cociné ñoquis, sé que te gustan.-Dijo Pato sirviendo mi plato cuando me senté a la mesa.

_Si, gracias.-Sonreí.

_¿Cuándo empezaste a sentirte así?

_Creo que toda mi adolescencia.-Suspiré.-Si te soy sincera, siempre fui de sentirme mal, vacía y es por eso que vivía de joda, lo tomaba como una salida a todos mis problemas. Pero ese vacio se llenó de rencor y no me di cuenta hasta que apareciste vos, tus hermanos, las chicas y comencé a sentir bronca de que todos hayan tenido una buena vida menos yo, en especial con Bianca.

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