Capítulo UNO

42 5 8
                                    


10 años después

Kate

Doy la última bocanada al cigarro mientras lo deposito en el cenicero apagándolo con el simple hecho de aplastarlo, mantengo el humo y suelto.

El frio de Nueva York me obliga a inmediatamente de haber dejado de fumar a esconder mis manos en mi abrigo mientras sigo mirando por mi balcón. Son al menos más de las 9 de la noche, sin embargo, esta ciudad no parece dormir ni descansar. Me obligo a abrazar mis piernas pues el frio me está haciendo tiritar, estar descansando en mi sillón de mi terraza suena mejor que ir a encerrarme en mi habitación.

Mi laptop sigue ahí, al frente de mí, con el mismo correo que he leído más de veinte veces.

Jade ha muerto....

Debería llorar, pues fue mi mejor toda la secundaria, sin embargo, no ha habido lágrimas, ni siquiera una, ni mis ojos se han cristalizados, solo pude prender un cigarro y quedarme leyendo el correo por lo que creo una hora al menos. Se que debería llorar pues fue mi amiga, pero intento recordar la última vez que la vi y puedo jurar que lo he olvidado.

La última vez que recuerdo haberla visto, fue un año después de salir de la preparatoria, estábamos esperando autobús en el mismo lugar y nuestra conversación se basó en solo saber cómo estaba la otra, no hubo un abrazo, no hubo un "te invito a salir después", no, no hubo nada de eso, solo hubo cenizas de una amistad que el tiempo y la distancia separo.

-Mierda Kate, solo has algo -murmuro entre dientes, hablar conmigo misma ha sido un nuevo habito que he adoptado con el paso de los años.

No hago nada.

Intento recordar el rostro de Jade, me viene a la mente la chica con hoyuelos y dientes perfectos de 5to grado, aunque estoy segura que no es la Jade de 28 años que acaba de morir.

Siempre pensé que recibiría la noticia de un matrimonio, de un hijo...nunca de que una de nosotras murió.

Saco mi celular de mi bolsillo y marco el único número que tengo en marcador rápido.

-¿Kate? -la voz contesta al segundo pitido.

-Hola Megan, necesito que me compres un boleto de avión a Chicago para ahora, lo más pronto posible.

-¿Paso algo? -noto la preocupación en la voz de mi asistente, sin embargo no quiero decir nada -. ¿Algo con tu familia?

-No, solo necesito un boleto de avión y que digas que faltare al menos tres días en la oficina.

-Claro jefa, te mando todo por mensaje.

Y corto.

Me obligo a levantarme mientras tomo mi laptop deslizándome hasta mi habitación sacando mi maleta de bolsillo para empacar para ir a mi hogar. Odio ir a Chicago, odio realmente esa ciudad. Puse cientos de kilómetros de distancia entre esa ciudad y mi nuevo hogar que volver me resulta algo nostálgico, sobre todo si la razón es la muerte de una vieja amiga.

Luego de salir de la universidad, y el tema de One Direction, intentamos seguir siendo amigas, pero el tiempo, la distancia y cosas que pasaron en el camino nos alejó cada vez más hasta que un día ninguna hablaba con ninguna de las otras, es más no puedo ni mirar a Danielle ni a Camil y eso que en un tiempo fueron todo lo que tenía.

Aquel pasado de mis amistades lo entere tan profundo que casi olvido que existieron en sus minutos, supongo que la gente no exageraba cuando decía que las amistades de escuela no perduran en el tiempo.

Y si hablamos de One Direction, pues no duraron más de dos años juntos después de su reencuentro, solo fue cuestión de tiempo para que volvieran a separarse, y hacer lo mismo de siempre...enojarse. Al igual que con las chicas, la relación de empezó a enfriar y tras una relación toxica que tuve por un par de años, simplemente desaparecieron de mi vida y cuando ya al fin dejé eso, me di cuenta de que ellos también me habían dejado y entre ellos también.

El regreso de One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora