Deseo I Jujutsu Kaisen One Shots

💧Yuta Okkotsu💧

⚠️Advertencia de violencia y terror psicológico⚠️

Finjamos que aquí Rika no es celosa o no existe ¿ok?

ℂ𝕚𝕥𝕒 𝕖𝕟 𝕖𝕝 𝕡𝕤𝕚𝕢𝕦𝕚𝕒́𝕥𝕣𝕚𝕔𝕠.

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—¿Segura que no quieres regresar? —pregunta Yuta tomando con fuerza mi mano—. Está muy oscuro, puede pasar un accidente.

—No pasará nada, tranquilo —respondo guiándolo a otra puerta que da entrada a una gran sala—. No tengas miedo, yo te protegeré de los fantasmas —bromeo.

—No me preocupan los fantasmas.

Caminamos por toda la sala. Aún hay varios sillones y mesas acomodados en sus lugares aunque están llenos de polvo y humedad. Las ventanas, al igual que en todo el edificio, están cubiertas por barras de metal. Al final hay un pequeño cuarto con una pared de cristal y una estantería con pocos frascos de medicinas, algunos vacíos y otros con pocas pastillas en su interior.

—¿Crees que aquí pasaban el tiempo los enfermos? Y se ponían a jugar ajedrez o... no sé qué hacen en los psiquiátricos.

—Parece que sí. Es lo suficientemente amplio para eso —observa—. Ya vámonos, T/N. Ya recorrimos todo.

—No —niego—. Aún faltan las habitaciones.

—¿Qué tan interesantes pueden ser unas simples habitaciones? —Es sencillo notar su prisa por irse de ahí. De seguro se está cagando del miedo en sus pantalones aunque lo oculte.

—No sabemos lo que podemos encontrar. Eso es lo interesante. Yuta, aquí no vivía gente cualquiera sino gente que percibía el mundo de una manera diferente a la mayoría de personas. Estoy segura que encontraremos algo interesante. A lo mejor entramos a la habitación de un psicópata y encontramos una colección de dientes o uñas. Eso sería asqueroso pero interesante.

Miro a Yuta a los ojos. No lo veo muy convencido. Frunce la boca dudoso de si aceptar mi propuesta o no. Planto un tierno beso en dichos labios y a pesar de la escasa luz puedo notar cómo se sonroja.

—Está bien, pero prométeme que será el último lugar y luego nos iremos —suspira.

—Lo prometo —hago una gran sonrisa con mis labios.

Aún con las manos entrelazadas lo guío fuera de la sala, que recién terminamos de explorar, en busca de las habitaciones antes mencionadas.

Caminamos por varios pasillos, subimos escaleras inestables y guiados por los letreros y flechas apenas visibles por culpa del transcurso del tiempo damos con el largo pasillo lleno de puertas que dan paso a las habitaciones donde la gente con problemas mentales solía vivir durante su estadía en este hospital.

Lo único que ilumina el pasillo son las linternas de nuestros celulares, por lo que nos es imposible observar cada rincón sin avanzar. A pesar que desde que entramos al hospital hasta que cruzamos la última habitación he estado haciéndome la valiente, en este sitio es distinto pues comienzo a percibir una sensación que no había sentido en otras salas. Es como si el aire me pesara. Noto que la piel se me eriza y aprieto con mayor fuerza la mano de Yuta. Mientras nos acercamos a una de las habitaciones un fétido olor entra por mi nariz. Por obvias razones evitamos dicha habitación y pasamos de largo por ella hasta llegar a la última donde ya no llega el olor.

—No dudo que haya un cadáver en la otra habitación —digo mientras giro la manija de la puerta frente a la que llegamos.

—Y aún así insistes en explorar este lugar —balbucea Yuta.