Narra Ana
Después que mi jefecita me dejara salir más temprano me fui a mi casa para cambiarme de ropa e ir a casa de los padres de Vicky con los cuales tenía una amistad desde que su hija y yo íbamos juntas a la misma Universidad.
Su mamá me había invitado a comer. Cuando conocí a su hija nos hicimos muy buenas amigas incluso con ella fue con quien perdí mi virginidad cuando tenía 18 años y era con ella que me acostaba desde entonces.
No me había acostado con una mujer o hombre aparte de ella, hasta que me acosté con mi jefa, Vicky no sólo se acostaba conmigo, ella si se acostaba con otras mujeres y eso a mí no me importaba.
Ella y yo solo éramos amigas que solían acostarse a veces, me la pase el resto del día en casa de los padres de mi amiga.
Vicky no fue a comer porque estaba en el club haciendo el inventario, pero si durmió conmigo en mi departamento como dijo, esa noche ella tampoco fue al club, sus padres se hicieron cargo del negocio familiar por esa noche.
-Pensé que me dejarías sin cenar. - le dije cuando la miré cruzar la puerta de mi departamento.
Ella traía llaves y no tenía que tocar.
-Cuando te he dejado sin cenar preciosa.
Me dio un beso en los labios y después acomodó la comida en la mesa para cenar.
Después nos fuimos a mi habitación a ver una película, pero esa mujer nunca terminaba de ver las películas porque prefería tener sexo.
-Hace unos días me acosté con mi jefa - le dije después de pasar un delicioso sexo con ella.
-¿Enserio? - me dijo sorprendida, incluso dejó de besarme la espalda cuando me escuchó decir eso.
-Muy enserio, pero ella estaba muy borracha que ni se acuerda o eso pienso yo, y si se acuerda a de pensar que sólo fue un sueño.
-O más bien una pesadilla, tu jefa piensa que eres muy fea. - las dos empezamos a reír. - sabiendo que no es así. - dijo mientras volvía a besar mi espalda.
-Sabes que me miró bailar en el club, bueno en realidad miro a Queen B, la cual le gustó mucho porque quiso hablar con ella, si supiera que la mujer que se esconde debajo del antifaz y la peluca soy yo.
-¿Y piensas darle la oportunidad de hablar contigo?- me preguntó.
- Si, quiero hacerle pagar todas las humillaciones que me ha hecho durante los tres años que he trabajado para ella, pienso enamorarla, voy a hacer que se vuelva loca por Queen B y Ana Gabriel al mismo tiempo.
Verónica me había humillado tanto que algunas veces había logrado bajar mi autoestima, pero está era mi oportunidad de cobrarle todas esas humillaciones.
Al día siguiente preferí irme en taxi a mi trabajo, Vicky se quedó aún dormida en mi departamento y sabía que ahí se quedaría todo el día.
Cuando llegué a la oficina me puse hacer todos los pendientes, mi jefa llegó enseguida de mí, y me trató como siempre y era peor que antes, ahora me gritaba hasta por el intercomunicador.
Cuando por fin se llegó el fin de semana me sentí libre de esa mujer con un genio de los mil demonios.
El viernes en el club no la mire, pero el que si fue a verme fue el Príncipe, quien me llevo un hermoso vestido.
Ese príncipe era muy guapo lástima que era una persona conocida y no me miraba siendo una persona pública y reconocida por todo mundo, él era con el único con el que me sentaba a platicar y a tomar unos tragos.
Dijo que estaría todo el fin de semana en la ciudad y que me iría a ver los dos días que fuera a bailar.
Siempre pagaba una muy fuerte cantidad de dinero para que bailara en privado para él y a mí siempre me depositaba también una muy buena cantidad.
El sábado fue mi mejor noche, porque ese día si fue a verme bailar mi querida jefa. Cuando baile en su mesa le dije que pensé que no la volvería a ver, pero lo hice con un acento francés para que no reconociera mi voz.
Después ya no la mire porque después de mi baile pase el resto de la noche bailando en privado para el Príncipe.
-Quiero que me acompañes a una fiesta muy importante dentro de tres meses en mi próxima visita a este país. - me dijo el Príncipe mientras compartía con él, una botella de champagne.
-Sabes muy bien que no salgo con los clientes -le dije negándome.
-Es que yo ya no soy sólo un cliente de este club Queen B, al menos yo te consideró mi amiga.
-Pero eso no importa.
-No me des una respuesta ahora, piénsalo tiene tres meses para pensarlo, si en tres meses sigues negándote a no aceptar mi invitación me mandas un mensaje, pero debes hacerlo antes del 10 de mayo porque si no lo haces voy a pensar que si aceptaste ir conmigo a esa fiesta e iré por ti a tu departamento.
Ese Príncipe había averiguado donde vivía, incluso el ya sabía cuál era mi nombre verdadero y mi cara, pero nunca pedía que me quitará el antifaz, se conformaba con que lo escuchará para desahogarse por toda la presión que tenía en sus hombros por ser una persona importante.
Esa noche él me llevó a mi departamento a pesar de que nunca lo invitaba a pasar, él se regresaría a su país al día siguiente a medio día.
El domingo yo no trabajaba en el club y me la pasé todo el día en mi departamento en pijama, ese era mi único día de descanso.
Las semanas fueron pasando y mi jefa cada sábado iba a verme bailar a pesar de que no cruzaba palabra con ella, en la oficina me seguía tratando mal pero iba a empezar a cobrarme todas esas humillaciones.
-Señora necesito que me autorice estos cheques para pagar todo el material. - le dije cuando me encontraba en su oficina haciendo el inventario de fin de mes.
Siempre lo tenía que hacer en su oficina porque ella iba firmando todos los cheques que le iba pasando.
-Ana me podrías ayudar con estas medidas. - me dijo cuando ella se encontraba hablando por teléfono con uno de los ingenieros de la constructora.
Me pare a su lado, ella se encontraba sentada detrás de su escritorio hablando por teléfono.
Estaba haciendo las medidas que me dijo y sentí que algo cayo en mis ojos a pesar de que tenía puestos esos enormes y horribles lentes.
Me los quite y me empecé a tallar mis ojos, pero lo que me cayó hacía que me lastimara y no podía abrirlos, me enderece tratando de limpiármelos.
-¿Que tiene? -. - me pregunto al ver que me tallaba los ojos con una de mis manos.
-No sé, creo que algo me cayó en los ojos.
-Déjame revisarte - dijo poniéndose de pie, tuve que levantar mi cara para que me revisará ya que ella estaba de pie y yo estaba sentada.
Me agarró de mi rostro y me pidió que abriera mis ojos, yo los abrí.
-Creo que le cayó basura de las puntas de los lapiceros.
Sentí que me echó aire con su boca hasta lograr sacar lo que fuera que traía dentro de mis ojitos.
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The Obsession (VerAna)
RomanceAna Gabriel tiene desde los 18 años trabajando en un pretigios club como bailarina y a la vez trabaja como secretaria personal de la CEO Verónica Castro, todo se complica una noche qué Verónica se emborracha porque su prometida la dejó horas antes d...