Almas Gemelas

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Ali Rahmet y Hünkar acaban de llegar a Adana, después de muchas horas de viaje, antes de bajar del avión Ali Rahmet dejo un suave beso en la mejilla de ella, y le susurro en el oído.

A: Te extrañare amor mío.

H: También yo -dijo Hünkar en voz baja- .

Ambos amantes se fueron a sus mansiones, Hünkar no dejaba de observar el bello anillo en su dedo, tal vez no vería a Ali Rahmet en algunos días pero tan solo de recordar que cuando una pareja se ama tanto, el tiempo no podría separar sus corazones con el amor inmenso que se tienen.

Como era de esperarse así fue, el tiempo no cedió mucho al amor de aquellos amantes y los separo por muchos días, pero siempre habrá un motivo para reunir aquellas almas sinceras.

Habría un importante evento dentro de unos días en donde el gobernante invito a todos los habitantes, Ali Rahmet al momento de enterarse llamo a la mansión Yaman, a lo que contesto Saniye.

S: Buenos días, mansión Yaman ¿Quién llama?

A: Buenos días Saniye, habla Ali Rahmet.

S: Buenos días Señor, ¿en que lo puedo ayudar?

A: Necesito hablar con la Sra. Yaman

S: Señor Fekeli, ella aún no baja de su habitación, pero le diré que lo llame enseguida.

A: Muchas gracias Saniye. -corta la llamada-

Efectivamente unos minutos después la Sra Yaman bajo hacia la sala, en donde Saniye le pudo comunicar de la llamada del Sr Fekeli.

Inmediatamente ella lo llamo, extrañaba su voz.

A: Amor mío ¿Cómo estas?

H: Sr Fekeli no pude contestar así, que pasa si no hubiese sido yo.

A: Siempre se cuando llamas, mi corazón me avisa.

Hünkar al oírlo provoco una sonrisa en su rostro

H: También yo se cuando llamas, y hablando de eso ¿para que llamas?

A: Aparte de extrañar tu hermosa voz, extraño tus hermosos ojos y provocativos labios, nada más.

H: Ay Fekeli -se ríe- que te parece si nos reunimos hoy, extraño beber café

A: Por supuesto mi vida, dónde siempre, te haré café.

H: Esta bien, a las 3, nos vemos .

A:  Nos vemos

Cortan la llamada y ambos esperar a que las horas pasen lo antes posible para verse.

Hünkar vistió cómodamente pero muy bien, ya que iría a verse al hombre que tanto le aceleraba el corazón de tan solo pensar en su nombre.

La Sra Yaman no dejaba de ver la hora para irse, simplemente dijo que tendría algo importante que hacer y salió de la mansión, y obviamente, se puso su anillo y brazalete que unían los nombres de dos personas enamoradas.

Al salir de la mansión era como salir de la realidad, en donde ya no pensaba mas si era una Yaman o si era la mujer mas importante de Cukurova de Adana o de toda Turquía, ella ahora solo es una mujer indefensa que desea reencontrase con quien la hace olvidar todo, quien la hace sentirse bien, amada e incluso a quien daría su corazón en la otra vida sin pensarlo dos veces.

Los ojos de la Sra Yaman iban cristalizados mientras viajaba, los recuerdos vividos y que lastimaban su corazón eran cambiados por los momentos que podía vivir junto su amado, si bien era un amor a escondidas, eso ya no importaba, lo importante que su corazón volvía a latir con fuerza otra vez.

Las 50 sombras de HunkeliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora