El peligro de la belleza

Epílogo

La vibración de las llantas sobre el asfalto, el ronroneo del motor calentándose y las fuertes gotas de agua haciéndome derrapar por la pista y nublando un poco mi vista, haciendo las cosas más interesantes, me recordó a la primera vez que lo hice.

Algo que jure no volver a repetir, carreras de deportivos, solían ser a media noche a las afueras de la ciudad, ilegales, en las cuales habían drogas, alcohol y lo que me llevó a estar sentada otra vez aquí, dinero. Era definitivamente una gran fuente de dinero, si es que ganabas claro está.

-Concéntrate Bianca, ya no es la primera vez. Me oí susurrar mientras posicionaba el coche en la línea blanca

3... se me erizo la piel.
2... tuve que pestañear para enfocar la pista.
1... me relaje completamente.

La chica, de pantalones extremadamente cortos y un top blanco bajó, los banderines que indicaban el comienzo de la carrera, hundí el pie en el acelerador y cambie la velocidad, sin dudarlo lo que manejaba ese día era una belleza, un Porsche 996 Abflug s900, precioso por dentro y por fuera.

Mi competencia era ruda, creo que incluso rozamos un poco las puertas, no podría confirmarlo, estaba sumisa en la adrenalina del momento.
Las gotas chocaban cada vez más fuerte en el parabrisas.

-Dannazione. Maldición. Gruñí, al ver que se empezaba a empañar el vidrio.
No tenía mucha visión de los demás pilotos así que me limité a pasar por la línea de meta, reduje drásticamente la velocidad y me acerqué a la pequeña caseta de apuestas.
Baje la ventanilla y recibí un sobre blanco.

Esa noche gane 3 carreras serían 3,600 dólares, tome todo el efectivo, lo metí en mi mochila, tire los sobres a la basura.

Baje del coche, camine un poco, cuando vi que estaba ya lejos, me saque la capucha, la mascarilla y me acomode el cabello detrás de las orejas, seguí caminando y vi a Derek fumando, le entregue el dinero y me fui.

Camino a casa vi a unos chicos sonriendo y bebiendo a la salida de un bar, deseé que mi vida fuera tan sencilla como la suya.