03: LO$ER=LO♡ER

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"cuando me paré al borde de un precipicio, tu luz me guió, convirtiéndome en un ganador"

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De todos los sitios bonitos del pueblo que en ciudades grandes era conocido como "donde las plantas deciden florecer", el sitio favorito de Soobin era la plaza central.

Llena de fuentes y balcones al contaminado mar que los pueblerinos suponen limpiar en conjunto, la plaza central es un recordatorio constante de lo que para el peli azul es lo más bello de este mundo: la libertad.

No es un sitio al que vaya con frecuencia, claro que no: él ni siquiera vive en esa ciudad, es solo que sus padres se emocionan cada finales de invierno. Les encanta llevarlo ahí, divertirse juntos y esperar a que un día el joven progenitor de la familia Choi encuentre a alguien para compartir sus años próximos de vida.

Jisung no puede no alegrarse cuando lo ve llegar. Le parece un chico lindo, sí, y ocuparía ahora mismo el sitio que Bang Chan llena en su cabeza de no ser porque ha visto cosas en los años pasados.

Los padres de Soobin esperan que encuentre una bonita chica de cabellos largos, ojos redondos y labios gruesos para darles nietos lo antes posible; una chica con quien el joven pueda compartir la herencia que ellos dos, como personas de la tercera edad, han redactado hace casi una década.

Lamentablemente para ellos, lo único que Jisung ve año tras año es al joven Choi esperando con las manos vacías a su usual acompañante.

- No me mieres así - se ríe con vergüenza ante la dulce mirada de Han. Si hay algo por lo que Jisung no puede declarar abiertamente que odia el amor, es ese chico. Él y el castaño por el que espera a su lado cada año. Porque sí: el amor de Soobin es algo de una vez al año.

Porque es solamente una vez cada año que sus familias coinciden en la feria de primavera. Una vez al año pueden verse en persona. Una vez al año pueden pasar el día juntos, comiendo helado y caminando por la playa y los campos de flores. Soobin solo es así de feliz una vez al año.

Habiendo enfrentado una fatal depresión que abarcaba prácticamente toda su infancia debido al fallecimiento de su hermano menor apenas días de nacido, Soobin encontró la luz cuando fue obligado a comprar un par de flores en la plaza central de aquel pueblo.

Flores que le compró a Jisung a sus once años. Flores que jamás necesitó porque al final fue Huening Kai quien se le declaró primero, y así sería todos los años desde entonces. Todos los años, ese chico castaño le entregaría todo un ramo de flores azules, contando con sus pétalos cada día que no pudieron tenerse.

Ambos obligados a buscar una pareja entre el bullicio de la primavera, decidían pasar la vida junto... La vida, pero una vez al año.

Ahora eran mayores. Ahora debían tomar sus propias decisiones.

Jisung sonríe cuando Soobin se levanta a su lado, dando un saltito. Se ve ansioso y es entonces que nota por primera vez la maleta que cuelga de su hombro.

Mira en la misma dirección. Ahí está Kai, también con una maleta que deja caer para acelerar su paso. Para correr hasta estar delante del chico que ama.

Se abraza a su cuello, ocultando el cuerpo más pequeño del mayor entre sus brazos, acariciando su espalda y su cabello. Y a Jisung le parece precioso porque nunca antes presenció un amor tan puro y sincero.

Y se piensa que eso probablemente no es para él: aquello que llaman amor jamás le tocará. Piensa que no será capaz de sentir lo que esos dos sienten por el otro.

Siente envidia por eso. Se siente celoso porque muy en sus adentros le encantaría tener la valentía para escapar con un random del mundo al que de pronto decide llamar el amor de su vida.

Observa a los chicos que se alejan de él en dirección a una banca de la plaza. Observa el agarre de sus manos tibias, las caricias que se dan, los besos que se roban mutuamente, aquellas miradas cómplices que aseguran un plan del que Jisung sospecha hace bastante: esos dos se irán juntos esa misma noche y nadie volverá a saber de ellos. Es algo que saben desde años atrás, solo esperaban a que Kai fuera mayor de edad para que no lo reportasen como secuestrado al enterarse de que había huido con su novio.

Su novio... Ambos temían tanto salir del clóset frente a sus familias. Y Jisung entendía el sentimiento, es decir... ¿Cómo les diría a sus padres que todos los años acepta vender flores en la plaza central porque le gusta un chico fracasado...?

- Qué lindos - Chan susurra a su lado izquierdo. Jisung ni siquiera notó que se había sentado ahí, por eso se sorprende. - ¿Son tus amigos?

- No, bueno... Una vez al año.

- ¿No son de aquí?

- Espero que lo sean pronto.

Chan sonríe por ello. Le parece adorable notar que en realidad Jisung no tiene un corazón tan frío y vacío como presume constantemente. Y desea lo mismo por un instante: que esos dos pronto se vuelvan parte del pueblo. Que se queden, porque el amor que se tienen es demasiado trascendental como para perderse en las páginas de un libro de ciudad.

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El dia de las flores 。:¡!♡* ChanSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora