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".・゜゜・Jisung trabaja vendiendo
flores a los pretendientes de su
pueblo; flores con espinas porque,
vamos: no es fanático de lo
romántico.
Y Bang Chan no se cansa d...
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"quiero crear un color que nadie haya visto antes; quiero ser mucho más. Desearía que él me mirara y piense «mierda, es tan bonito»"
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Ya no queda nadie: es demasiado tarde y los organizadores del evento recogen sus cosas. En unas horas más, la feria abrirá oficialmente después de aquella pequeña inauguración de cada año.
Jisung sigue en la fuente y Jeongin se acerca para despedirse.
- Lamento no haberte conseguido a alguien de nuevo.
- No creo que te disguste tanto ser mi San Valentín - bromea, dándole un abrazo en el que se pierde por más tiempo del esperado.
A Jisung no le gusta admitirlo, pero a veces necesita cariño. Y hoy es una de esas veces: está triste, aunque no sabe el motivo. Quizás que de pronto se siente muy solo.
Es la primera vez que le pasa o, al menos, la primera vez que puede admitirlo.
Quizás es verdad que toda la vida ha deseado encontrarse con alguien que encaje con él, con su forma de ser y de pensar, con sus necesidades, sus gustos, sus deberes y tiempos.
Es verdad que huye y que siente, pero no lo puede ver. A veces piensa que realmente no hay nada dentro de él: que está vacío. No encuentra sus propios sentimientos y no recuerda sus pensamientos.
Es frustrante cuando Jeongin se va porque, si de amores hablamos, ese chico es el amor de su vida, al menos en lo que respecta a la amistad.
Y, mierda, ¿dónde está Bang Chan cuando lo necesita...? Ahora mismo Jisung solo desea hablar con alguien. Por primera vez en su vida siente la necesidad de tener a alguien a su lado para contarle eso que siente: ese estresante ruido en su cabeza que le hace desear un disparo entre las cejas, incluso si es todo lo que tiene.
Jisung no comprende el amor. Nunca lo comprenderá, lo sabe, pero desearía tener una persona en frente que no tuviera miedo de decirle lo lindo que es o la fortuna que tiene de poder llamarlo "novio".
Lamentablemente para la suerte de su caprichosa cabecita, solo puede imaginar aquella situación si el coprotagonista es Bang Chan.
- Mierda - se da una suave bofetada al caer en cuenta de aquello. No le gusta en absoluto.
Ya rozan las dos de la mañana, pero se queda sentado en la fuente. Es como si estuviese esperando que Bang Chan vuelva a aparecer, pero nunca lo ha hecho antes. Jisung tiene la ilusión de volver a verlo este año.
Ya hace mucho frío y está agotado; lleva más de veinticuatro horas sin dormir y eso de observar sí que es agotador.
Jisung se sabe las historias de todos los que al menos una vez han asistido al festival de las flores. Él nunca fue de los que dan vueltas y buscan porque generalmente es buscado por sus rosas con espinas.
