Cap 8

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Yoongi salió de allí. Estaba destrozado. No solamente lo habían rechazado sino que aparte era culpa suya por tener mala reputación.

No podía creerlo.

Regresó, con su pesado lienzo bajo el brazo, caminando por las inseguras calles.

Las personas lo miraban atentas, esperando que hiciera algo con ese cuadro, pero Yoongi sólo los ignoraba.

No había aparecido en público desde hacía varios meses, y eso solamente porque iba a comprar algunas cosas que le faltaban.

De repente, un niño de no más de un metro de alto se le acercó y le abrazó.

Yoongi no sabía cómo responder, estaba en shock.

No podía abrazarlo de vuelta, ya que tenía su cuadro, pero entonces llegó una mujer, alta, de cuerpo delgado y cabello corto, que parecía ser su madre.

Yoongi no pudo ver su rostro en ese momento ya que estaba mirando al niño y tratando de quitarlo de la pierna de Yoongi.

Aquella mujer quiso disculparse por el incidente y por inercia lo miró a los ojos.

-Lo siento, mi hijo... -Ambos se quedaron impresionados. No podían decir palabra alguna.

Se miraron fijamente. Toda la gente que se encontraba alrededor los miraba espectantes, esperando a que dijesen algo, o eso era lo que Yoongi creía.

Al fin, uno de los dos habló.

-Debo irme. -Yoongi acomodó su cuadro y se dirigió con paso rápido a su casa.

La mujer se quedó paralizada, con su hijo haciendo berrinche a su lado.

[...]

Cuando Yoongi llegó, entró rápidamente y cerró la puerta de un portazo. Tenía la respiración pesada y sus pulmones dolían. Su ansiedad social al parecer no se había curado del todo.

En ese momento, Jungkook salió por la puerta de la cocina y al ver a Yoongi en ese estado fue a socorrerlo, cambiando su estilo de ropa y cabello, a una camisa roja a cuadros con una camiseta blanca y Jeans. Su cabello había pasado de algo largo a más formal y corto.

Yoongi aún no podía creer cómo Jungkook podía hacer eso.

Jungkook, dándole su espacio, lo ayudó con ejercicios de respiración para que se calmase y le contase lo que le había sucedido.

-Jung... Kook... -Tragó saliva.

-Calma, amor. Está todo bien, ahora estás en casa y estoy solamente yo.

El mayor se calmó un poco con esas palabras y cuando regresó a la normalidad, se sentó en el sofá de la sala para hablar con Jungkook.

-Ahora dime, ¿Qué fue lo que pasó, amor? -Jungkook se encontraba en la cocina sirviéndole un vaso de agua.

-Bueno... Fui a la oficina del dueño de la galería y... Me rechazó porque, según él, tenía mala reputación. -Yoongi miró el cuadro que con tanto esfuerzo se dedicó a pintar, que ahora estaba a un lado de la puerta con un clavo mal puesto. Luego lo arreglaría.

-¿Qué más pasó?

-Cuando estaba regresando un niño me abrazó y... Su madre... -Suspiró. -Me pareció conocerla de algún lado, pero no sé de dónde.

-Oh. -Ahora a Jungkook se le notaba algo... ¿Enojado? Yoongi no supo cómo calificar su expresión facial.

Le había dado el vaso de agua a Yoongi y se había alejado, casi con la intención de no querer escucharlo.

Solo Una Pintura (Yoonkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora