Rompiste el encanto con llanto
y fue por ella una vez más.
No sé por qué te cuesta tanto
despegarte y dejarla atrás.
Lo pasado te incendia,
aún recorre tus venas
el tibio amor que supo darte esa mujer.
¡Y mirá que pongo ganas!
pero tirado en la cama
te hacen temblar
los recuerdos del ayer.
Pareciera un espejismo
esa lucha con vos mismo
te aferrás a su esencia sin querer.
Y eso duele porque ya no va a volver,
destruís en el camino mi frágil piel...
Decime qué necesitas para olvidar
aquella sensación que ahoga a tu pensar.
Por más que intente, lento vuelvo a claudicar
si es su nombre el que pronuncias
cuando a lo nuestro renuncias
cada vez que por ella desesperás.
Duele perderte, pero más lastima el talante
que adoptás creyéndolo arte
y plasmando su historia en una hoja te quedás.
Ya no puedo de mi sangre darte más.
Te digo ¡Basta! y con un beso te agradezco tu tiempo,
no inventes más pretextos por acá... Volá! Volá!
No creas que no te entiendo,
cada quien escribe el verso
más bonito y sentido,
no siempre tiene que rimar.
Inventamos asonancias
mientras pudimos,
ya se fue la ansia
de forjar camino nuevo
y avanzar.
Sí que supe verte fuerte
al principio, muy valiente
pero hoy te desmorona
hasta el pensar,
es lógico porque aún sientes
aunque grites que te arrepientes,
su perfume se asoma una vez más.
Pareciera un espejismo
esa lucha con vos mismo,
te aferrás a su esencia queriéndola,
y eso duele porque vos la hacés volver
¡No destruyas más a esta ilusa piel!
Necesitás de mucha ayuda
pues ella aún se escuda
tras tu pecho adolorido
por lo que no han vivido.
Ya no inventes más pretextos por acá.
Andá a buscarla...
¡Volá!
¡Volá!