IV. ¡VOLÁ! ¡VOLÁ!

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Rompiste el encanto con llanto

y fue por ella una vez más.

No sé por qué te cuesta tanto

despegarte y dejarla atrás.

Lo pasado te incendia,

aún recorre tus venas

el tibio amor que supo darte esa mujer.

¡Y mirá que pongo ganas!

pero tirado en la cama

te hacen temblar 

los recuerdos del ayer.


Pareciera un espejismo

esa lucha con vos mismo

te aferrás a su esencia sin querer.

Y eso duele porque ya no va a volver,

destruís en el camino mi frágil piel...


Decime qué necesitas para olvidar

aquella sensación que ahoga a tu pensar.

Por más que intente, lento vuelvo a claudicar

si es su nombre el que pronuncias

cuando a lo nuestro renuncias

cada vez que por ella desesperás.

Duele perderte, pero más lastima el talante

que adoptás creyéndolo arte

y plasmando su historia en una hoja te quedás.

Ya no puedo de mi sangre darte más.

Te digo ¡Basta! y con un beso te agradezco tu tiempo,

no inventes más pretextos por acá... Volá! Volá!


No creas que no te entiendo,

cada quien escribe el verso

más bonito y sentido,

no siempre tiene que rimar.

Inventamos asonancias

mientras pudimos,

ya se fue la ansia

de forjar camino nuevo 

y avanzar.

Sí que supe verte fuerte

al principio, muy valiente

pero hoy te desmorona

hasta el pensar,

es lógico porque aún sientes

aunque grites que te arrepientes,

su perfume se asoma una vez más.


Pareciera un espejismo

esa lucha con vos mismo,

te aferrás a su esencia queriéndola,

y eso duele porque vos la hacés volver

¡No destruyas más a esta ilusa piel!


Necesitás de mucha ayuda

pues ella aún se escuda

tras tu pecho adolorido

por lo que no han vivido.


Ya no inventes más pretextos por acá.

Andá a buscarla...

¡Volá!

¡Volá!


AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora