II. DESAMANDO

90 14 8
                                    


Es mi alma rota que te piensa a cada instante,

mi corazón que se detiene a contemplar

todos los gestos y miradas que tu rostro

ayer deseoso me solía regalar.


Cuando quisiste hiciste polvo los retazos

que mucho antes olvidaste reparar,

y cual navío naufragando a la deriva

sola, fría y perdida no te puedo olvidar.


Mentiras nos envuelven hoy, y siempre

como sombras hirientes a la luz perseguirán.

Mañana, ya no existe un mañana

solo quedan deshiladas las excusas, nada más.

Silencio, queda en este momento

desgarrando nuestro cuento y poniendo un final.

Angustia, lo que siento muy adentro

cuando pienso, te recuerdo 

y tu amor no puedo borrar.


Si un ángel cambiara mi destino

y me diera otra oportunidad,

no quisiera vivir otra vez lo mismo

con quien no sepa al amor valorar.


No volvería a caer en el abismo

de aquel brillo que engalana al mirar,

ni en la prisa cándida de un susurro

cuya voz me prometa intensidad.


Mentiras nos envuelven hoy, y siempre

como sombras hirientes a la luz perseguirán.

Mañana, ya no existe un mañana

solo quedan deshiladas las excusas, nada más.

Silencio, lo que guardo cuando intento

a gritos tu nombre olvidar.

El tiempo, lo que imploro, lloro y creo

firmemente y deseo

que de ti me salve ya.


AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora