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La semana que transcurrió después de dibujar el rostro de Kang fue relativamente tranquila.

No podía negar que el hecho de dibujar el rostro de aquel hombre de mis pesadillas se había convertido en un buen recuerdo gracias al señor Jeon, fue casi que terapéutico. Sin embargo, no volví a ver al Jefe desde entonces.

Los libros que me había regalado, las charlas con Jisoo y los almuerzos con Jennie, Lisa y Jimin después de las pruebas físicas se habían convertido en un buen distractor. Pero mi mente seguía aislada por la intriga al no saber nada de Jungkook, aquel hombre de ojos negros penetrantes que se había adueñado de mis pensamientos.

Había intentando preguntarle de su paradero a Jisoo como quien no quiere la cosas. Pero ella se limitó a decir que había salido de viaje de negocios por unos días. Me abstuve de preguntar si se refería a los negocios legales o ilícitos. Ella tampoco volvió a mencionar nada acerca del Crimue y cada vez que intentaba preguntarle, ella evadía el tema drásticamente, como si el miedo a siquiera pensarlo se hubiese apoderado de su cuerpo.

La información que poseo es muy poca y empieza a ser frustrante. Aunque había interactuado mucho más con Jennie, Lisa y Jimin en términos amistosos, estos también se negaban a darme información de cualquier tipo, más de la que ya me sabía de memoria.

"Tienes un componente de una droga peligrosa en la sangre, estamos estudiando qué reacciones está teniendo en tu cuerpo y cómo podemos mitigarlo"

Sin embargo, por más que mi cabeza le daba vueltas a los motivos en los que aquella droga era peligrosa para mi organismo, no hallaba respuesta. Me sentía en perfectas condiciones y eso parecía tanto desconcertar como alegrar cada día más a los investigadores.

<<Jeon Jungkook, ¿por qué no sales de mi cabeza?>> era mi último pensamiento antes de dormir.

Me cubrí completamente con las cómodas mantas de mi cama y cerré mis ojos, dispuesta a perderme en el placentero estado de inconsciencia parcial cuando escuché su voz después de mucho.

Era un grito.

– ¡Cállate de una jodida vez, estoy harto! ¡Basta de quejas absurdas!

– ¿¡Cómo te atreves a hablarme de esa manera!? –escuché gritar a Nain– ¡Te estoy advirtiendo de una posible infiltrada y tú no haces nada!

Estaba consciente que se refería a mí, pues Jisoo me había comentado el día de ayer que intentó dar la orden de que me llevasen de nuevo al sótano, pero nadie en aquella casa la veía como una autoridad. Además, al hablar con el señor Jeon, este había desautorizado completamente la orden.

– ¡Ya me encargaré yo de determinar si es o no una infiltrada, no quiero que te involucres en este asunto! –espetó con fastidio mientras su voz se oía cada vez más lejos.

– ¿¡Es que acaso te gusta esa prostituta o qué!? ¿¡Por qué me estás tratando de esta manera!? ¡Yo sólo quiero ayudarte! –se escuchó la voz quebrada de Nain, imaginaba su rostro contorsionado, rojo y cubierto de lágrimas– ¡Lo primero que le preguntas al servicio es cómo está ella y ni siquiera te molestaste en preguntarme cómo estoy yo y por qué la quería mandar al sótano! ¡Yo también estoy harta!

𝐋𝐎𝐕𝐄 | 𝐑𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora