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El día siguiente a la fiesta fue bastante tranquilo, la suave llovizna de la tarde se escuchaba lejana y relajante para mis oídos.

Aquel día no había tenido que asistir al laboratorio, por lo que pude darme el lujo de despertarme una hora más tarde de lo usual para seguidamente desayunar y encargarme de la limpieza asignada. No había visto al señor Jeon en todo el día y quizá eso era bueno porque no sabía cómo reaccionar después de lo que había ocurrido ayer. ¿Se acordaría siquiera? Estaba bastante ebrio.

Por otro lado, yo no podía pensar en otra cosa que no involucraran sus suaves labios sobre los míos. Me había imaginado miles de escenarios más, inspirada por tal contacto, y de repente me encontré a mí misma deseando con ansias que se repitiera.

Había sido mi primer beso. Bueno, el primer beso en el que mi voluntad contaba.

Claramente no era la primera vez que una persona juntaba su boca con la mía, pero las veces anteriores a esta habían resultado ser tan repulsivas que nunca correspondí el contacto. No quería ni siquiera pensar en ello, no quería recordar el dolor que acompañaba a tales recuerdos. Sin embargo, un pensamiento inevitable vino a mi mente.

<< Me habría gustado que mi boca hubiese estado impoluta para el señor Jeon. ¿Qué pensaría de mí al enterarse que no había sido el único en tocar mis labios? ¿Qué pensaría de mí al recordar que las personas, luego de pagarle a Kang YP, podían tener fácil acceso a mi boca? El señor Jeon no merecía aquello y me duele como la mierda no habérselo podido dar >>

Suspiré pesadamente mientras terminaba de limpiar las pequeñas mesas de la biblioteca.

¿Era tonto seguir esperando algo de la vida? Había sufrido tanto desde que tengo memoria que realmente empiezo a cuestionarme si merezco algo de aprecio, el arcoiris después de la tormenta.

.

No, no lo merezco

.

Quizá si me continuaba esforzándome como lo había estado haciendo hasta ahora, podría encontrar mi lugar en la mansión del señor Jeon, me sentía bien en este lugar, no me gritaban, comía bastante bien y no me golpeaban ni me lastimaban.

Había descubierto nuevos sentimientos aquí, sin embargo, el que más detestaba ahora era la envidia y la ira. Contra Nain, claro.

Ella tenía todo lo que yo ansiaba recibir, el amor, la devoción y el deseo del señor Jeon, pero aún así parecía no importarle, por lo que no le retribuía con la misma intensidad, lo cual me enojaba muchísimo. Yo deseaba estar en su lugar y ella no valoraba el suyo.

Apreté el pañuelo en mis manos con fuerza al tener en mi mente a la única persona que detestaba dentro de la mansión, por lo que aceleré mis acciones para esfumarla de mi mente.

Sin embargo, como si el destino me odiara, aquella mujer cruzó el umbral de la biblioteca mientras terminaba de limpiar el suelo.

Su rostro estaba rojo, su cabello algo desaliñado a como lo solía llevar y sus ojos destellaban furia mientras se encaminaba hacia mí. Me encogí un poco en mi lugar, pues aquella era la expresión típica que llevaban las personas antes de golpearme. Y esa no fue la excepción.

𝐋𝐎𝐕𝐄 | 𝐑𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora