Te arrepentirás cuando desaparezca [Mitake]

Tormentosa tortura

La tortura que Mikey vivió no era solo física, sino mentalmente.

Cada día sentía que se volvería loco al no ver a su amado Takemichi y lo peor es que muchos lo señalaban al ser el último en haberlo visto.

Manjiro ve como Shinichiro intenta sacarlo de su habitación, pero no lo logra.

Shinichiro tenía una mirada de tristeza mientras trataba de animar a su amado hermano pequeño.

—Takemichi está bien, él es una persona fuerte y no le gustaría verte en ese estado, ya ha pasado casi un año, la esperanza es lo último que se pierde– Shinichiro le sonríe con mucho amor, detrás de él estaban Izana y Emma, no decían nada, pero ellos sabían las pocas posibilidades de que Takemichi estuviera vivo.

—Todos me miran como un monstruo y tal vez tienen razón, soy un ser horrible, no fuí un buen novio y por eso Takemicchi no está en ningún lado– Mikey rompe en llanto doloroso, odiaba ese sentimiento, pero era su culpa.

Draken de la nada llega agitado y con una mirada de preocupación.

—Miren las noticias– todos corren rápidamente a encender el televisor, Mikey hubiera deseado no haberse levantado y mirar lo que se convertiría en su tormentosa tortura.

"En las últimas noticias, se han hallado algunas pertenencias como celular y un zapato a orillas del río Meguro, en las horas de la mañana los investigadores hicieron pruebas de ADN y se confirmó que pertenecen a el desaparecido joven Hanagaki Takemichi de unos próximos 18 años, ahora equipos de buceo y rescatistas buscarán el cuerpo del joven desaparecido, ahora sigan en la cede central de...".

Shinichiro no deja terminar al periodista y solo apaga el televisor, todos voltean a mirar a otro lado, no podían verle el rostro a Mikey.

No podían.

Y las al oírlo gritar.

Shinichiro llora en silencio por el dolor de su hermanito, Emma se cubre los labios aguantando los sollozos e Izana suspira lleno de tristeza.

Ya se imaginarán lo que siguió después para la vida de Manjiro Sano, el que antes denominaban "el invencible, Mikey".

Mikey suspira al recordar todo ese dolor y remordimiento.

Su día a día habían ido en picada desde ese entonces.

Pero gracias a sus amigos, no se suicidó o hizo alguna locura.