CAPITULO TRES

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Sexo en el aire.
🔞

_Fue un gusto tenerte aquí aunque llegaste tres horas después.

_El gusto fue mío.

Veo a mi primo subirse en su camioneta.

_Fue un gusto conocerlo calavera.

_No podría decir lo mismo.

_No se preocupe su secreto está a salvo conmigo.

Sube el cristal y veo como se marcha.

_Michell ¿Te vas con nosotros?, Podemos dejarte en el aeropuerto.

_Si por favor muchas gracias.

Nos subimos a la limosina que nos llevará al jet privado.

Las personas aplauden mientras nos movemos y saco la cabeza despidiéndonos.

_Quiero quitarme este vestido, no me dejó comer pastel.

_Siempre quieres comer de todo mi reina.

Me dice brant mientras enciende un cigarrillo.

_¿Que quieres decir?.

Se encoje de hombros.

_Brandon_ llama a su hermano.

La ventanilla se abre y veo la gloria cuando veo un pedazo de pastel en el plato que pasan.

Brant lo toma y me lo extiende mientras su humo llena la pequeña cabina en la estamos yo y el.

_Nunca te dejaría sin pastel.

Empiezo a comer del pastel y gimo por lo rico que está.

_No te olvides de preparar el mío.

_Sabes que me encanta cocinar.

_¿También te encanta ser mi esposa?.

Se acerca y puedo respirar su perfume desde aquí.

_No, la verdad no.

Sigo disfrutando de mi pastel y lo molesto en todo lo que queda del viaje al aeropuerto.

Al llegar mi hermana se baja y duramos varios minutos eternos con ella, despidiéndonos de ella como si nunca nos volviéramos a ver.

_Usa protector solar.

_Las voy a extrañar muchísimo.

_Nosotras te extrañaremos a ti.

_Los hombres esperan, no son de hierro.

Le doy un último beso y la veo perderse con algunos hombres que son sus guardias cuando Jensen no está.

Se suben al jet y tomo el vestido para que no se arrastre mientras camino sonriente con luz.

_¿Por qué tiene tanta protección?.

Odio cuando brant me pregunta tantas cosas pero no tiene que saber que mi hermana está con su peor enemigo por qué vino aquí a buscarla.

_Es normal.

_¿Y por qué viene en un jet privado?.

_¿¡Que te importa!?,_me enojo por qué no quiero que haga tantas preguntas_mi hermana está en un escuela privada es normal que tenga protección y que para venir a otro país sea así.

Me mira con las manos en los bolsillos.

_No cagues esto por qué me voy a enojar muchísimo y no quieres eso.

Camino enojada con mi vestido e ignoro su mano cuando intenta tomar mi brazo.

No sé si son las hormonas o las ganas de que no se entere de toda la mentira que le estuve guardando.

_Tienes razón pequeña_me dice cuando entra en la limosina_Yo lo arruiné.

Lo ignoro mirando la ventana. A los pocos minutos llegamos a nuestro destino, soy la primera en bajar y caminar hasta llegar a las escaleras y subirlas.

La M de Monterrey brilla bañado en oro en el jet, los lujos de esta familia se notan hasta en el hablar. Asientos de cuero rojo y alfombra en el piso.

Me quito los zapatos por qué a Brandon le dará jaqueca verme con ellos en su jet.

Tomo la primera habitación que encuentro y me siento en la cama.

Me quiero quitar el vestido y no se cómo hacerlo sin ayuda, tiene unos tirantes detrás que es imposible llegar a ellos.

Escucho como tocan la puerta de madera y lo ignoro sabiendo quién está detrás de ella, insisten en tocar y me canso tanto que termino abriendo.

_No te enojes conmigo princesa.

_¿Que quieres?.

_¿Te ayudo con el vestido?, Veo que tienes problemas.

_Yo puedo sola.

_No parece.

Interrumpe en la habitación y lo primero que hace es cerrar la puerta con seguro.

Me de la vuelta y me ayuda con los tirantes.

Sus labios mojados tocan mi hombro en besos que me erizan la piel en segundos.

_Ya te puedes ir.

Susurro presa del gusto.

_No creo que quieras eso.

Mete la mano por encima del vestido y aprieta mis pezones mientras me sigue besando el hombro, no niego que lo siento es increíble.

Me voltea para alzarme y dejarme en la cama.

_¿Hace cuanto no me alimentas?.

Su pregunta me deja boba.

_No recuerdo.

Sus manos viajan solas a mi vestido y lo alza para luego hacer a un lado mis bragas y tocar ese punto que me deja débil.

_No me puedes dejar con hambre pequeña.

Me dice cuando introduce un dedo.

_Y tengo mucha, mucha hambre.

Su aliento cálido contra mi piel me deja sin respirar, chupa uno de mis pezones mientras me sigue masturbando despacio.

Al fin y al cabo se mete entre mis piernas chupando con desesperación, la boca se me agua y la saliva se me atasca en la garganta.

_Alimentame.

Me dice y lo repite a los pocos segundos antes de derramarme.

Sin perder tiempo va por mi ya con su camisa suelta y su miembro fuera del pantalón, entra sin aviso sacándome el aire.

Se mueve rápido con azotadas que me dejan con mareos, me besa y me masturba el clítoris con el dedo como si con su miembro no fuera suficiente.

Me aprieta, me muerde, me ahorca, me chupa, me marca, me dice cosas al oído hasta que se viene y mi vestido queda manchado de su semen.

Eso fue rápido pero placentero.

_Paso número treinta y ocho, follarte con vestido de novia, cumplido.

_Eres un idiota.

 Saga mafiosos #3 Perdida con el mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora